Lanza Jesús Silva-Herzog Márquez su libro de ensayos “Por la tangente” en formato electrónico

Dedica su libro "Por la tangente" al ensayo, género que elude rutas definitivas y opta por travesías sin rumbo, al compás de la seducción: “un deleite que no...

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6 mayo,2020 9:00 am
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Ciudad de México, 6 de mayo de 2020. El escritor Jesús Silva-Herzog Márquez dedica Por la tangente, su más reciente libro, al ensayo, género que elude rutas definitivas y opta por travesías sin rumbo, al compás de la seducción: “un deleite que no pretende lecciones”, apunta.

“La seducción”, escribe, “ha de mantenerse desde la primera hasta la última palabra. Y entre una y otra, ha de ofrecer un abanico de experiencias: la sorpresa del descubrimiento, el gozo del aprendizaje, la calidez de una conversación cordial y la emoción de un buen pleito”.

Virginia Woolf, Imre Kertész, George Steiner, William Hazlitt, Alfonso Reyes, Octavio Paz y Jorge Cuesta, entre otros, son autores convocados en este libro, subtitulado De ensayos y ensayistas, del sello editorial Taurus, disponible, en tiempos de pandemia, en formato electrónico.

“Lo que orienta estos textos y los coloca dentro de las tapas del libro es en buena medida el azar, el haber encontrado algún texto por algo que está sucediendo, el regresar a un texto por alguna pista que se encuentra en otro libro. Diría que, en términos de mis referencias personales, ni son todos los que están ni están todos los que son, pero ese, digamos, capricho, ese azar de la escritura de los textos, me pareció motivo suficiente para incluirlos”.

–¿Es usted un lector que se guía más por el azar que por el método?

–La otra palabra para designar el género del ensayo, si hacemos caso a Montaigne, es el paseo, y el paseante, como Montaigne, no es el tipo que dice: “Voy a despertar a las 7 de la mañana, voy a caminar dos kilómetros hacia el noroeste, ahí me voy a detener en la iglesia, permaneceré 45 minutos, daré vuelta con dirección al poniente”, etcétera, sino que es, como bien lo platica Montaigne, dejarse llevar por lo que nos va seduciendo a cada paso. Si me gustó este lugar me quedo, si me aburrió me voy. (El libro) no forma parte en ese sentido de un itinerario de lecturas en donde se pretendería en un curso agotar el género ni explorar su cumbres a lo largo del tiempo.

–Ha hablado de invitar, mediante estos textos, al ejercicio de la duda ante la proliferación de predicadores. ¿Por qué la pertinencia?

–Creo que hay una tentación de encontrar atajos a la verdad, que hay mucha intención, desde muchos lugares, de adherirnos a una ruta de verdad excluyente; creo que son las tentaciones de la política en general, de cualquier signo. Me parece que es el signo, también, de las perspectivas que imaginan que la ciencia arribó a su meta, y en ese sentido creo que, desde su origen, el ensayo da un paso atrás y pone bajo sospecha tanto las verdades de la revelación, como las del experimento.

Es una sugerencia muy pertinente en estos tiempos, cuando alguien se nos presenta como el único camino de la justicia o el único camino de la verdad, cuando se presenta alguien como el vocero de Dios, o del pueblo, pues hay que tomar con mucho cuidado lo que representa.

Texto: Yanireth Israde / Agencia Reforma / Foto: Agencia Reforma

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