Bajo el hashtag #MujeresJuntasMarabunta, mujeres de la cultura lanzan un pronunciamiento con 10 exigencias, entre ellas que “los espacios culturales, ya sean públicos, privados o autogestivos, hagan un compromiso para revertir las violencias machistas a través de acciones concretas”.
Ciudad de México, 4 de abril de 2019. Ante los actos de disidencia colectiva manifestados en redes sociales en las últimas semanas contra la violencia en el sector cultural, mujeres del gremio se unieron al movimiento #MujeresJuntasMarabunta y lanzaron un pronunciamiento con 10 exigencias, entre ellas que “los espacios culturales, ya sean públicos, privados o autogestivos, hagan un compromiso para revertir las violencias machistas a través de acciones concretas”.
Como propuestas anotaron la apertura de discusiones colectivas, antes de iniciar un taller literario, por ejemplo, en las que se debata sobre la ética compartida para crear un espacio seguro.
“¿Qué tal si las grandes editoriales, como Penguin Random House y Planeta, abren un Comité de Ética de Recursos Humanos que atienda las denuncias de acoso imparcialmente? ¿Qué tal si las editoriales en general diversifican sus equipos de dictaminación para que haya paridad?”, anotaron.
Otra exigencia fue: “que nuestros pares escritores y otros agentes culturales se involucren en este momento histórico a través de un ejercicio de autoanálisis, estudio y discusión profunda”.
Asimismo, que se haga efectiva la instrumentación de la Ley General de Acceso de l as Mujeres a una Vida Libre de Violencia en el sector cultural, a través del diseño, ejecución, difusión y cumplimiento de códigos y protocolos de conducta de carácter obligatorio para servidores públicos, prestadores de servicios y beneficiarios de programas del sector.
También exigieron que se desarrollen políticas públicas para garantizar la paridad de género en los diferentes niveles de las instituciones culturales, así como en los jurados y selección de todos los concursos estatales y nacionales.
Y que se brinde orientación y acompañamiento tanto para mujeres como para hombres, por medio de talleres, documentos y cursos con perspectiva de género, a fin de evitar la desigualdad, los abusos de poder, los encubrimientos y pactos de silencio en los espacios culturales.
De igual manera, demandan que se creen lineamientos para garantizar la seguridad de becarias y tutoras en residencias, estancias y encuentros organizados por institutos de cultura como, por ejemplo, el Fonca.
“Nos mantendremos firmes y solidarias desde todas las plataformas de las que disponemos hasta lograr que se transformen las prácticas que normalizan el machismo en los gremios culturales: estamos creando una contranarrativa que instaure la paridad de género y reescriba el futuro”, anotan.
Texto: Redacción / Agencia Reforma / Foto: Especial
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