Un argentino, que llega a Acapulco un 15 de marzo de 2020, es el primer caso detectado y confirmado por las autoridades; a la par, en Chilpancingo, un estudiante de la UAG que había llegado de Valencia, España, es también diagnosticado
Acapulco, Guerrero, 15 de marzo de 2022. A dos años del primer contagio de Covid-19 registrado por las autoridades de la Secretaría de Salud en Guerrero, las personas poco a poco le han perdido miedo a la enfermedad y las vacunas han perdido la reactivación de las actividades no esenciales.
Un argentino, que llegó a Acapulco un 15 de marzo de 2020, fue el primer caso detectado y confirmado por las autoridades de la Secretaría de Salud, a la par en Chilpancingo, un estudiante de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) que había llegado de Valencia, España, también fue diagnosticado con coronavirus.
La noticia fue destacada nacional, debido a que el 27 de febrero de 2020 se detectó al paciente cero. El primer portador de la enfermedad, quien estuvo de vacaciones en Tailandia, del 14 al 22 de febrero de ese año. Un hombre de 32 años, residente de Ciudad de México.
Hasta este martes, la Secretaría de Salud contabiliza 97 mil 979 contagios acumulados y 6 mil 467 muertes por la enfermedad en Guerrero, que fue declarada como pandemia el día 11 de marzo, luego de haberse detectado el primer caso en China, el 17 de noviembre de 2019.
En Guerrero, la enfermedad dejó ver las carencias del sector salud, y también el terror de las personas que durante la jornada de sana distancia, que comenzó el 23 de marzo al 30 de mayo, con la suspensión de toda actividad, se encerraron en sus casas para evitar brotes de contagios.
El primer llamado que hizo, en ese momento el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, ocurrió el 22 de marzo de 2020, ante 12 casos sospechosos, pidió a la población no salir de casa. Para octubre de ese año habían fallecido 53 trabajadores de la Secretaría de Salud del estado, según la información que dio la secretaría general del sindicato, Beatriz Vélez Núñez.
En mayo, como parte de la estrategia del gobierno federal de destacar municipios donde no había un solo contagio, lanzó “los municipios de la esperanza”. En Guerrero se contabilizaron 12: Ometepec, Cochoapa el Grande, Metlatónoc, Malinaltepec, Iliatenco, Tlacoapa, Zapotitlán Tablas, Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, Juchitán, Cuajinicuilapa e Igualapa.
Los filtros estrictos, el impedimento de la llegada de familiares que vivían en otros municipios y el autoaislamiento de las comunidades en su mayoría indígenas, pausó momentáneamente la llegada del virus en la primera oleada. Conforme fueron pasando los meses, los municipios pasaron del color azul que se les había destinado, a un rojo, indicando la presencia de la enfermedad.
Un año después, el 12 de enero de 2021, se informó del inicio de la vacunación en Guerrero para el personal médico de primera línea de batalla. Ese día había un acumulado de 27 mil 52 casos de Covid-19 y 2 mil 783 muertes.
Un mes después comenzó la vacunación a adultos mayores de 60 años, considerados prioridad en la estrategia federal, en municipios de las regiones Tierra Caliente, Costa Grande y Montaña, con un lote de 25 mil 500 vacunas de la fórmula de Astrazeneca.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud del estado, los picos de contagios más altos fueron, en la primera ola, entre el 2 y el 14 de julio de 2020, con 290 y 286 contagiosa en un solo día. En la segunda ola, del 16 al 28 de enero de 2021, se registraron 382 y 365 contagios. En la tercera ola con Delta, la versión más agresiva de Covid-19, el pico más alto se registró el 19 de agosto de 2021, con 926 contagios en un solo día, mientras que con la versión Ómicron, el día que más contagio hubo fue el 18 de enero de 2022, con 780 casos en un solo día.
A dos años de la pandemia, que no acaba, la población sigue usando en su gran mayoría el cubrebocas para evitar contagiarse a pesar de estar vacunados, porque los doctores han precisado que la vacuna sirve para aminorar los síntomas de la enfermedad, no ser hospitalizado y no para quedar inmune.
Las actividades que de manera habitual se realizaban hasta antes de febrero de 2020, comenzaron a normalizarse en febrero de 2022, luego de la cuarta ola con Ómicron, que a pesar de ser la versión más contagiosa de Covid-19, no provocó tantas muertes, ante la avanzada vacunación contra la enfermedad y los síntomas para algunos fueron ligeros y parecidos al de un resfriado.
Las actividades escolares, que durante los dos años fueron a distancia y virtuales, en febrero comenzaron a ser presenciales y para la primera semana de marzo, la mayoría de las escuelas habían regresado en su totalidad a las clases en las aulas. Según la Secretaría de Educación, un millón 123 mil estudiantes de todos los niveles retornaron a las aulas.
Texto: Jacob Morales Antonio/ Foto: José Luis de la Cruz
