Las sorpresas electorales en Perú y Ecuador

Gaspard Estrada   Como lo mencionamos la semana pasada en este espacio, los peruanos y los ecuatorianos fueron a las urnas. Y los resultados fueron sorpresivos en ambos...

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14 abril,2021 5:21 am
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Gaspard Estrada

 

Como lo mencionamos la semana pasada en este espacio, los peruanos y los ecuatorianos fueron a las urnas. Y los resultados fueron sorpresivos en ambos casos, pero por motivos diferentes. En Perú, como ha sido el caso en las elecciones anteriores, el resultado electoral no coincidió con los resultados de las encuestas. Tras la apertura de los paquetes electorales, el dirigente sindical y maestro rural Pedro Castillo, obtuvo un 18.9 por ciento de los votos, a pesar de que no figuraba dentro del pelotón de candidatos que encabezaba los sondeos. Se trata de un profesor de primaria que siempre tuvo aspiraciones políticas. Como líder regional del partido Perú Posible desde 2005, era un completo desconocido en el resto del país hasta 2017. Aquel año, una multitudinaria protesta de docentes, que exigían un aumento salarial a cambio de la evaluación periódica a los maestros, paralizó las clases durante 75 días en casi todo Perú. Castillo, que estaba al frente de las movilizaciones, se transformó en una figura pública nacional. Tras la primera vuelta, su nombre entra en las grandes ligas de la política peruana. Castillo promete nacionalizar el gas de Camisea, el proyecto energético más importante del país. También quiere aumentar el presupuesto público del sector salud y asegura que aumentará el de educación hasta el 10 por ciento del PIB –actualmente está estancado en 4 por ciento. Para la mayoría de los analistas económicos, así como para sus competidores de la primera vuelta, estas propuestas son consideradas inviables.

Por otro lado, Castillo también tiene una agenda ultra conservadora en el plano social: rechazo al aborto, rechazo al matrimonio homosexual, rechazo a incluir la igualdad de género en el currículum escolar, rechazo a la eutanasia.

Frente a él, con el 13.2 por ciento de los votos, está Keiko Fujimori, la hija del ex dictador Alberto Fujimori, que es candidata por tercera vez. Esta última afronta en libertad condicional una investigación fiscal por lavado de activos, organización criminal y obstrucción a la justicia. El ministerio público investiga una supuesta recepción ilegal de fondos para su campaña electoral en 2011 y en 2016 por parte de la constructora brasileña Odebrecht (1.2 millones de dólares de fondos ilegales en total) y del principal grupo financiero peruano (3 millones de dólares). Esta sucesión de escándalos ha tenido impacto en el resultado electoral de Keiko Fujimori, que tuvo un resultado electoral inferior en comparación a la elección de 2016. Quedan dos meses hasta la segunda vuelta de las presidenciales en Perú.

A la espera de que finalice el escrutinio, todo apunta a que será la líder del fujimorismo la encargada de dar la cara por un sector de Perú que no quiere a Castillo ni en foto. Eso tampoco es plato de gusto para la mayoría. Keiko Fujimori es la candidata que mayor rechazo genera entre los votantes.

En el caso ecuatoriano, los resultados estuvieron en línea con las últimas previsiones demoscópicas. El ex banquero de Guayaquil, Guillermo Lasso, será el próximo presidente de Ecuador, tras recibir 52.48 por ciento de los votos frente al 47.52 por ciento de Andrés Arauz, candidato respaldado por el expresidente Rafael Correa. Sin embargo, lo que las encuestas no previeron es que el candidato ganador tendría el grupo político de menor peso y menor número de escaños en el Congreso: solo 12. Unión por la Esperanza, la coalición política del correísmo, obtuvo 49. Así que para poder gobernar, Lasso deberá encontrar el respaldo de Pachakutik, con 27 legisladores; Izquierda Democrática, con 18; y Partido Social Cristiano, con otros 18. No está dicho que los obtenga.

Y es que la crisis económica y fiscal que ya arrastraba Ecuador antes de la pandemia de la Covid-19, se agudizó por esta última. Esto va a condicionar los primeros pasos como mandatario del político conservador. Los índices de pobreza se han disparado en el último año, el empleo se ha deteriorado y precarizado y la economía no muestra síntomas de recuperación ágil. La salud es, además, una de las principales preocupaciones de los ciudadanos que fueron a votar junto con la corrupción, siendo éste el ingrediente que condiciona la ineficiencia del sistema público de salud. Todas estas problemáticas estaban en el programa electoral de Guillermo Lasso. Su promesa de cambio pesará en el estrecho margen de tiempo a partir de su toma de posesión el próximo 24 de mayo para dar solución a las demandas sociales urgentes.

 

* Director Ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC), con sede en París.

 

Twitter: @Gaspard_Estrada

 

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