Levanta Rafa Nadal su cuarta corona en Flushing Meadows y se acerca a Federer

El tenista español se impone en la final del Abierto de EU por 7-5, 6-3, 5-7, 4-6 y 6-4 al ruso Daniil Medvedev. Con este resultado, llega a...

246 0
9 septiembre,2019 10:05 am
246 0

El tenista español se impone en la final del Abierto de EU por 7-5, 6-3, 5-7, 4-6 y 6-4 al ruso Daniil Medvedev. Con este resultado, llega a 19 títulos de Grand Slam y se sitúa a uno solo de los 20 que acumula el suizo, el jugador más laureado de la historia.
Nueva York, EU, 9 de septiembre de 2019. El tenista español Rafael Nadal conquistó ayer el título del Abierto de Estados Unidos, cuarto para su palmarés, gracias a una maratoniana victoria por 7-5, 6-3, 5-7, 4-6 y 6-4 contra el ruso Daniil Medvedev, y quedándose así a un solo entorchado del suizo Roger Federer en el listado histórico de vencedores del Grand Slam.
Flushing Meadows vibró por enésima vez con Nadal, que aguantó los embates de su adversario en el set inaugural y que luego se vio sorprendido por el aguante de su rival. Así, el de Manacor consiguió su título “grande” número 19 y se situó a uno solo de los 20 que acumula el helvético en su estatus de jugador más laureado en dicha estadística.
El español, con problemas para jugar con primeros (47 por ciento) y para conseguir ganadores, no dominó con tanta autoridad e incluso se vio por debajo en el electrónico del estadio Arthur Ashe después de ceder en su segundo turno de saque.
Sin embargo, el moscovita no supo sacar partido a tal ventaja ni a su mayor número de golpes ganadores en este parcial (16, por los 10 de su adversario). A continuación, el número 2 del ranking mundial recuperó su saque y ya fue, a partir de ahí, afinando algo más su tenis para no permitir que el jugador de enfrente impusiese su poderío en el peloteo.
Nadal solo cedió dos puntos tras el break y, a raíz asegurarse la muerte súbita, supo presionar a Medvedev para lograr la rotura que le dio el parcial y que empezó a declinar la balanza. El de Moscú estaba tocado, pero desde luego no estaba hundido y lo corroboró nada más empezar el segundo set, teniendo una bola de quiebre que no aprovechó.
Los dos juegos posteriores se cerraron sin problema para cada sacador, si bien de nuevo el de Manacor apretó con su estilo de cambiar alturas en los tiros al fondo de pista. Hasta cuatro break points necesitó salvar Medvedev, en el cuarto juego, con el objetivo de no descolgarse de una final que se le estaba poniendo cuesta arriba.
Decaimiento y reacción del ruso
Su contrincante ya lo intuía y no falló en el sexto, rompiendo a la primera oportunidad y consolidando tal situación de inmediato. Nada importó que el ruso ganase después su servicio en blanco, puesto que Nadal amarró el segundo set para su casillero y dejó encauzado el partido.
La tensión había ido en aumento, aunque el moscovita supo cómo manejarse ante la adversidad en una tercera manga sin vaivenes al inicio. Fue en el quinto juego donde Nadal aceleró el pulso, propio y de extraños, cuando rompió el saque de Medvedev justo tras alcanzar el 30-40. Parecía la sentencia anticipada… y de repente el moscovita se sacó de la chistera muchos minutos más de resistencia.
Devolvió la rotura en el sexto y mostró templanza para salvar otros dos break points en el noveno, espoleándose sobremanera hasta ganar en blanco el undécimo y hacer rotura en el siguiente juego. A la segunda ocasión que tuvo de llevarse el set, el inquilino del número 5 de la ATP bailó a Nadal de un lado a otro y halló el hueco para meter la bola de la esperanza.
Medvedev había resurgido con ímpetu y el encuentro estaba de nuevo a la par, levantándose de ir abajo dos sets a cero para poner la final tablas y dejando todo para el último y quinto set, donde volvió a exhibir el moscovita las fuerzas suficientes para no encajar el break.
Una carrera tras otra, un drive tras otro, un revés tras otro, ninguno concedía un resquicio a su rival hasta llegar al quinto juego. De nuevo el español brindó la “animalada” de la noche, como en sus respectivos compromisos de cuartos de final y semifinales, quebrando en su segunda oportunidad y merced a un rally de calidad.
Lo cerró remachando de revés, a media pista y cruzado, después de una dejada inteligente del ruso. Pero Nadal lo había interpretado de fábula y corrió sin cesar hasta golpear esa pelota, confirmar el break y a continuación consolidarlo. La cuarta corona neoyorquina ya estaba, a esas alturas, pedida por encargo para el de Manacor.
Después de 4 horas y 51 minutos de una final para enmarcar, ni reparó más en esa polémica el balear, cada vez más cerca de la leyenda. Le costó alzar su cuarta copa en Nueva York.
Atizaba plano Medvedev, eligiendo el revés a dos manos muy a menudo, mientras que su oponente variaba más el estilo, la dirección y hasta la empuñadura. Sangre fría pese a tanto ajetreo, hasta el punto de firmar una dejada maravillosa para granjearse la tercera bola de partido y de título. Sacó fuerte y ya el ruso fue a remolque, mandando demasiado lejos el siguiente golpe que le tocó dar. Ese falló encumbró a Nadal.
Gana Bianca Andreescu el US Open y Serena Williams sigue sin récord
La joven tenista canadiense Bianca Andreescu conquistó el sábado pasado el US Open, cuarto y último Grand Slam de la temporada, gracias a su victoria en la final por 6-3 y 7-5 sobre la estadunidense Serena Williams, quien por su parte se quedó otra vez sin igualar el récord de la leyenda australiana Margaret Court.
A sus 37 años y número 8 del ranking mundial de la WTA, Williams perdió otra nueva oportunidad de sumar el título número 24 de Grand Slam a su dilatado palmarés. A la estadunidense le ocurrió como en la edición del 2018 en este campeonato, cuando cedió ante la japonesa Naomi Osaka en el partido definitivo por salir campeona.
Esta derrota contra Andreescu significó, en adición, la cuarta final de un torneo “grande” que pierde Williams de manera consecutiva, después de las de Wimbledon y US Open en 2018, junto a la de Wimbledon de este mismo año a manos de la rumana Simona Halep (6-2 y 6-2).
La particular maldición de la jugadora yanqui tuvo otro capítulo delante de una Andreescu crecida, capaz de hacerse con el gran premio pese a ser una debutante este año en Flushing Meadows. Con 19 años recién cumplidos, le puso la guinda al cuento de hadas haciendo diana en su primera finalísima de Grand Slam.
Y lo hizo, además, intimidando desde el comienzo. Rompió el saque de su adversaria en el peloteo inaugural, a la primera ocasión y encarrilando un set que fue más rápido de lo previsto. Ambas jugadoras mantuvieron con solidez sus servicios hasta el séptimo juego, larguísimo y en el que Williams salvó hasta cinco break points.
Las tornas pudieron cambiar de inmediato, cuando la estadunidense disfrutó de una pelota de quiebre en el octavo juego; sin embargo, la canadiense mostró temple impropio de su edad y salvó la papeleta, para a continuación romper otro saque rival y sumar la primera manga a su casillero.
El estadio Arthur Ashe jaleaba a la local, pero ella se veía desdibujada por una Andreescu en racha. En un visto y no visto, la de Ontario se situó con 5-1 y saque a favor; con 40-30, Williams se agarró con pundonor a un partido que se le escurría velozmente y rompió el servicio.
Empezó entonces una remontada de órdago, con Andreescu viéndose superada por los largos y variados drives de su contrincante. Metidas de lleno en el duodécimo juego, la de Míchigan falló en sus intenciones en el momento más inoportuno, lo que acalló a las gradas y vaticinó otro match point.
Aunque lo salvó, Andreescu no cejó en su empeño y se granjeó una tercera opción de cerrar el set, el duelo y el título para sus aún semivacías vitrinas. Y así lo hizo, con un paralelo fuerte y que dejó clavado a una Serena Williams de nuevo sin plusmarca histórica de “grandes”.
Texto: Europa Press / Foto: USOpen (Twitter)
 

In this article

Join the Conversation