En Tixtla, peritos de la FGE e independientes continuaron las diligencias en el terreno y con un dron en la barraca de la Candelaria para recabar datos del secuestro y asesinato de la niña asesinada hace dos años. Su mamá y familiares de personas desaparecidas fueron a la casa que habitaba la familia y corearon consignas contra el feminicidio
Tixtla, Guerrero, 10 de febrero de 2022. En el tercer día de diligencias periciales del feminicidio de la niña Ayelin Iczae, su mamá Flora Marcelo Rojas visitó la casa abandonada en que vivieron hasta el descubrimiento y entierro de los restos de su hija, en octubre de 2020, en la colonia La Candelaria, ubicada sobre colinas al norte de la cabecera municipal.
La acompañaron madres y familiares de personas desaparecidas, mientras peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) e independientes esperaron a la mamá que fue a recoger algunas pertenencias de la niña, antes de hacer el acordonamiento.
Como se ha vuelto usual en los sitios donde llegan policías y militares armados, en este caso de resguardo a una operación ministerial que incluyó perros policías de búsqueda y de Protección Civil estatal, ningún vecino se acercó a ver qué ocurría. Sólo el ladrido de los perros dio cuenta de la entrada de la amplia comitiva al vecindario en las calles sin nombre ni pavimento.
Como para dar cuenta de quiénes son, las buscadoras cantaron consignas: “Ayelin escucha, tu madre está en la lucha; si el pueblo se uniera, se uniera como debiera, temblarían los asesinos desde el cielo hasta la tierra; ¿por qué los buscamos?, porque los amamos, ¿hasta cuándo los buscaremos?, hasta encontrarles”.
La versión extendida del caso es que en una casa de la misma zona, Ayelin estuvo secuestrada cuatro días, después de ser observada y capturada en algún punto del barranco de La Candelaria.
La barranca es usada por los vecinos como camino para acortar la distancia de la colonia a la carretera Chilpancingo-Chilapa que divide a Tixtla.
Llegaron a la casa poco antes de las 3 de la tarde. Previamente, el grupo de especialistas terminó la recolección de indicios en el lugar donde se encontró parte del cuerpo mutilado de la infante de 13 años. Flora Marcelo indicó que en el rastreo localizaron ayer más restos óseos, muy pequeños, que también serán analizados.
En su casa, construida en partes de concreto, madera y lámina, dijo que encontró todo como lo dejó, los zapatos y la ropa en su lugar, no parece que alguien haya entrado desde que salió con sus hijas, Diana y Cristal, desplazadas por amenazas.
Al salir de la casa, en apoyo a Flora, las activistas exigieron cantando “ni una más, ni una asesinada más”, “ni una menos, vivas nos queremos”, “porque nos faltan 43 y nuestros hijos también”. La última frase, significativa del movimiento de las madres y padres de los estudiantes desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa, cuya sede es esta misma ciudad.
La segunda parte de la diligencia que comenzó ayer en la tarde y continuará hoy, consiste en documentar con fotografías y videos, la barraca de la Candelaria, y registrar el tiempo de traslado y la acústica, de donde se observó ir a la niña por última vez.
El tiempo para cruzar este camino sinuoso es de unos 5 minutos de la colonia al punto donde hallaron los restos de la niña, señalado con una cruz, y de 10 minutos hasta la carretera federal. A poca distancia se puede ver después de unos metros una oficina municipal de La Mujer, y el paso de vehículos.
Los especialistas recordaron que en octubre de hace dos años, en este mismo camino había un pequeño arroyo de temporal por las lluvias. Todas las consideraciones serán tomadas en cuenta para estimar los momentos en que la niña fue privada de la libertad, y sus restos depositados donde finalmente fue hallada.
Un dron equipado con video y cámara fotográfica, sobrevoló primero el lugar. Lo mismo al concluir la recolección de indicios en la parte baja. Materiales para el juicio que tiene a cuatro personas detenidas, vinculadas a proceso una semana después de los hechos.
Texto: Lourdes Chávez/ Foto: Jesús Eduardo Guerrero
