Made in China

Jorge Camacho Peñaloza

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20 marzo,2020 8:02 am
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Jorge Camacho Peñaloza

No puede haber una crisis la próxima semana. Mi agenda ya está llena. Henry Kissinger.

Un fenómeno que surge de un elemento que ni siquiera es visible al ojo humano; que impacta en la dinámica mundial, que pone en alerta y crisis a gobiernos, empresas, comunicaciones, a las bolsas de valores; que detiene el comercio y la producción, capaz de generar recesión económica mundial; que genera miedo, paranoia, que paraliza a la población y que la obliga a refugiarse en sus casas, hoy en día sólo puede ser provocado deliberada y controladamente con fines muy específicos.

Públicamente se conoció que el 31 de diciembre de 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió el primer alertamiento, de que se había detectado un virus en Wuhan, ciudad China de 11 millones de habitantes, de acuerdo con la narrativa, en un mercado de venta de comida de animales exóticos.

Al día de ayer ya eran 158 países con casos de contagio, el número de contagiados en el mundo fue de 220 mil y más de 8 mil personas han fallecido, de esos 3 mil 405 italianas y 3 mil 245 chinas, 84 mil lo han superado, Irán, España, Alemania y Francia, Inglaterra y Estados Unidos, entre los países más infectados.

Y ante este panorama, China está saliendo al rescate del mundo. Sí, ya envió toneladas de materiales médicos a Italia y países Europeos, Ursula von der Leyen, Presidente de la Comisión Europea, ha agradecido el gesto de los chinos, México está por recibir apoyo chino.

Desde 2005 China ha prestado más de 150 mil millones de dolares a países de América Latina, el 53 por ciento a Venezuela, el Presidente de china prometió que de 2015 a 2025 invertirá 250 mil millones de dólares en la región, el 80 por ciento en sectores estratégicos. Desde 2008 esa nación se ha convertido en la primera exportadora del mundo.

En los últimos años China ha estado desarrollando acciones de todo tipo para arrebatarle el liderazgo geopolítico, geoeconómico y geoestratégico a Estados Unidos, lo cual ha logrado en gran medida en los ámbitos económico, político y cultural. Es un hecho que actualmente los paradigmas dominantes en el mundo ya no son los occidentales (del Tío Sam) sino los orientales, con China a la cabeza.

Llama la atención que en la actual coyuntura del Covid-19 haya sido en China donde se dio el origen de la epidemia, y que ese país de más de mil 400 millones de habitantes, haya desarrollado una asombrosa reacción para controlar la pandemia en menos de dos meses cuando se supone que la alta densidad poblacional es caldo de cultivo para los virus, construyendo dos hospitales de 366 mil pies cuadrados (34 mil metros cuadrados) de dos pisos para mil 500 camas en 10 días y haya controlado el virus en 12 semanas sin ninguna crisis de ingobernabilidad ni protesta social y en donde fallecieron 3 mil 241 personas por el virus.

Llama la atención que inmediatamente después de controlar el virus, China haya enviado a Italia 30 toneladas de material médico donado y personal médico para solidariamente ayudar a ese país a controlar el virus, en donde más casos confirmados de Covid-19 se han registrado fuera de China; pero lo que más asombra y resulta increíble es que a días de haber declarado (el 12 de marzo) el control del coronavirus, China anunciara, el 17 de marzo, que ha logrado desarrollar exitosamente la vacuna contra el virus y que en breve iniciará la producción masiva seguramente para enviarla a todo el mundo a bajo costo y se erija como el gran salvador del mundo.

No está alejada la posibilidad de que China se haya arrojado primero a sí mismo el virus para no generar suspicacias y después salir con que ya tiene la vacuna y envía generosamente sus equipos médicos a los países como Italia a ayudar y así llevarse las palmas y simpatía como el gran líder del mundo.

Vuela vuela palomita y ve y dile: A los paisas de ojos rasgados que mí no me hacen guaje, lo del coronavirus es puro cuento chino; qué alergia ni qué alergia, no crean que no me doy cuenta, así como me ven, bigotudo, ensombrerado y huarachudo, pa’ mi que lo del coronavirus es pura geoestrategia.

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