Servicios Estatales de Salud compraron el medicamento, sólo en 2016, a un precio tres veces superior que el IMSS; utilizaron partidas del Seguro Popular, encuentra un estudio de Mexicanos Contra la Corrupción.
Ciudad de México, 18 de octubre de 2018. Los Servicios Estatales de Salud, a través del Seguro Popular, compraron en 2016 insulinas a un precio tres veces mayor que el que pagó el IMSS, revela un estudio de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Al realizar compras aisladas de este medicamento, los estados pagaron 526.6 millones de pesos por 3 millones de plumas de insulinas o 170 pesos por cada una.
En contraste, a través de las compras consolidadas, en el mismo lapso el IMSS adquirió 12.6 millones de cartuchos de insulina por un total de 680.9 millones de pesos, es decir que gastó 54.5 pesos por cada uno.
“Lo anterior implica que los servicios estatales de salud potencialmente malgastaron 358 millones de pesos”, expone el documento que forma parte de la investigación Salud Deteriorada. Opacidad y Negligencia en el Sistema Público de Salud.
Si el Seguro Popular hubiera comprado el mismo tipo de insulinas a igual precio que el IMSS, habría ahorrado mil 233 millones de pesos para el periodo 2011-2016, estima el estudio.
Pero mientras en el IMSS se ha llevado a cabo un viraje hacia la prescripción de insulinas de bajo costo, con efectividad similar como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el Seguro Popular persiste la compra de insulinas de alto costo, sin que tengan mejores resultados en el control de los pacientes.
Mexicanos Contra la Corrupción analizó los datos de 493 mil diabéticos que se atienden en distintos estados a través del Seguro Popular. De estos, 83 mil 711 tenían tratamiento con insulina NPH y otros 83 mil 711 con insulina glargina, que es entre cinco y 10 veces más cara.
Sin embargo, sólo 14.1 por ciento de los tratados con glargina estaba controlado, frente al 14.4 por ciento de los que recibían NPH.
Si el tratamiento con insulina glargina no ofrece ventajas adicionales, plantea MCCI, los recursos que se invierten en su compra podrían usarse para adquirir más insulinas NPH y así enfrentar el desabasto de este medicamento, ya que 70 por ciento de los centros de salud reportan abasto irregular o desabasto total de insulina.
Por otro lado, el estudio refiere que en el Seguro Social el problema son las compras monopólicas. De 2011 a 2018, el 84 por ciento del monto total de la compra de insulinas estuvo concentrado en cuatro principales proveedores: Mayo, Ralca, Comercializadora de Productos Institucionales SA de CV y Landstainer.
Adicionalmente, MCCI identificó rotación de proveedores. Por ejemplo, los que abarcaban 87 por ciento del monto de la compra en 2012 no figuraron en las compras despuÈs de 2015, mientras que otros que no aparecían en 2012 abarcaron más del 45 por ciento de la compra entre 2015 y 2017.
“Habría que investigar a mayor profundidad este patrón de compras para descartar la posibilidad de que fuera resultado de favoritismos políticos o arreglos entre laboratorios y distribuidores”, expone la investigación.
El estudio concluye que no existe una política nacional que guíe las compras del sector público y que se dejan espacios que permiten la presión de la industria para incluir una u otra insulina en las compras consolidadas.
Y señala la necesidad de adquirir insumos y medicamentos, tanto a nivel central como estatal, en forma consolidada, a partir de una planeación nacional, con análisis de mercado y evitando la discrecionalidad en los precios.
Texto: Dulce Soto / Agencia Reforma / Foto: Twitter @MXvsCORRUPCION
