Ciudad de México, 5 de julio de 2021. Ante el amago de grupos criminales en el municipio de Aguililla, Michoacán, la población marchó el sábado para pedir por la paz y la reconciliación en la zona.
La movilización ocurrió luego de enfrentamientos entre militares y civiles, quienes le exigen a los primeros actuar contra los grupos de la delincuencia organizada que pelean la plaza y generan miedo entre la población.
Los enfrentamientos del jueves y viernes en el cuartel militar incluyeron el uso de gases lacrimógenos por parte de los soldados y de piedras del lado de los pobladores, quienes además intentaron derribar un acceso con un camión de basura.
Con estandartes de la Virgen de Guadalupe, vecinos de ese municipio de Tierra Caliente caminaron del templo al cuartel militar, donde días antes comenzaron una manifestación pacífica que derivó en confrontación con los soldados.
Los habitantes de Aguililla reclamaron a las autoridades que tomen el control ante el fuego cruzado que azota la región y que les ha provocado, además de violencia, apagones y bloqueos carreteros.
El pasado miércoles, decenas de habitantes del municipio marcharon también para exigir a las autoridades seguridad y el restablecimiento de la carretera a Apatzingán, la cual es constantemente trozada por grupos criminales, lo que impide el abasto de alimentos a la población.
La marcha de la semana pasada partió desde el cuartel del Ejército, recorrió varias calles de la comunidad y concluyó en el mismo punto de partida.
Como una medida de presión, un grupo de habitantes cortó el pasado fin de semana el suministro de agua potable al cuartel militar e instaló carpas en el terreno donde aterriza el helicóptero del Ejército que los reabastece de víveres.
“Para que sientan lo que siente el pueblo de Aguililla, aislado y sin acceso a la comida, se las están aplicando”, indicó un vecino.
“Que AMLO visite Aguililla”: párroco
El gobierno federal debe actuar ante el asedio criminal que azota a Aguililla, exigió ayer Gilberto Vergara, párroco de ese municipio de Tierra Caliente.
“Yo no sé si verdaderamente echarle la culpa al pasado pueda justificar al presente. Si bien son problemas que heredaron, son gobierno y pidieron estar ahí. Pidieron la oportunidad de servir y entonces tienen que poner cartas en el asunto”, señaló el religioso.
Texto: Benito Jiménez / Agencia Reforma
