“¡Me dio la mano!”: la euforia que causa Felipe VI a su paso por Guatemala

Un día después de recibir la llave de honor de Antigua, el monarca español recorrió a pie las calles empedradas de la bella ciudad colonial y saludó a...

201 0
15 noviembre,2018 2:34 pm
201 0
Un día después de recibir la llave de honor de Antigua, el monarca español recorrió a pie las calles empedradas de la bella ciudad colonial y saludó a algunos de los viandantes que encontró a su paso, dejándolos boquiabiertos por la sorpresa, en la víspera de la XXVI Cumbre Iberoamericana, que se celebra en Guatemala.
Antigua, Guatemala, 15 de noviembre de 2018. “¡Es muy imponente y muy guapo! ¿Ha venido con Letizia?” A Suzel le cuesta creer que acabe de cruzarse con el mismísimo rey de España en la catedral de la ciudad guatemalteca de Antigua, a donde Felipe VI viajó esta semana para participar en la XXVI Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno.
La mujer guatemalteca visitaba tranquilamente el monumento con su madre y sus dos hijos menores cuando vio entrar una comitiva oficial con un “hombre muy alto” en medio. “Estamos muy sorprendidos. Pensamos que nos iban a sacar, pero no. Al rey se le ve muy accesible y, para ser quien es, no lleva tanta seguridad. Es tal cual aparece en la tele”, explica a DPA con una amplia sonrisa.
Un día después de recibir la llave de honor de Antigua, el monarca español recorrió a pie las calles empedradas de la bella ciudad colonial y saludó a algunos de los viandantes que encontró a su paso, dejándolos boquiabiertos por la sorpresa.
“Antigua es un pueblito. No estamos acostumbrados a tener un rey paseando por aquí”, señala Willy Posadas, un guía turístico de la ciudad que recibió a Felipe VI a las puertas de la catedral de Santiago con un apretón de manos.
“Me dijo que está muy contento de estar aquí. Yo le expliqué el origen de la ciudad, pero él sabía ya bastante”, añade el joven.
“Conocer al rey ha sido una de las cosas más lindas que me ha pasado en la vida. Tuve que contenerme para no darle un abrazo”, admitía con visible emoción Diego Espinosa, gerente del proyecto de restauración de la catedral de Antigua y encargado de mostrar al monarca español los avances de los trabajos.
A paso rápido y rodeado de fotógrafos y personal de seguridad, Felipe VI recorrió los más de mil metros que separan el Hotel Puerta Antigua, donde se aloja en Antigua, del Hotel Museo Santo Domingo, el recinto en el que hoy y mañana se celebra la cumbre regional bajo el lema “Una Iberoamérica próspera, inclusiva y sostenible”.
En su recorrido, atravesó la concurrida y monumental Plaza Central, donde se mezcló entre los viandantes, los turistas y los vendedores ambulantes que cada día merodean bajo sus frondosos árboles. “¿Quiere un collar?”, preguntaba al paso de la comitiva del rey una mujer indígena con su cesto de artesanía en los brazos, ajena a cuanto sucedía.
Otros, por el contrario, no podían ocultar su expectación por la presencia del rey. “¡Nos ha dado la mano!”, exclamaba entre risas un grupo de estudiantes vestidos con el uniforme del colegio Inval de Antigua.
Y es que al paso del monarca saltaban las alarmas… literalmente. Ocurrió al pasar delante del Banco Industrial, cuando una sirena empezó a sonar. El rey también observó con curiosidad los carteles de una agencia de viajes del centro de Antigua que, con vistosas fotografías, ofrecía excursiones al volcán de Acatenango.
Con su paseo, Felipe VI revolucionó las calles de una tranquila ciudad que apenas sobrepasa los 40 mil habitantes y que estos días está blindada por la Policía y el Ejercito ante la celebración de la cumbre iberoamericana, con grupos de agentes fuertemente armados en cada esquina bajo las buganvillas.
En la Plaza Central, el rey se detuvo ante una alfombra multicolor elaborada con serrín, una tradición típica de la famosa Semana Santa de Antigua. “Esos colores nos vienen muy bien para la foto”, murmuraba un periodista que observaba la escena.

El rey Felipe recibe la llave de honor de Antigua 

Recién aterrizado en Guatemala, el rey español Felipe VI recibió hoy la llave de honor de la bella ciudad colonial de Antigua en la víspera del arranque de la XXVI Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno.
Varias decenas de personas esperaban al monarca con la cámara preparada para fotografiarlo a su llegada al Centro de Formación de la Cooperación española, donde tuvo lugar el acto.
“¡Viva España y viva el rey!”, gritó uno de los concentrados cuando Felipe VI descendió de su vehículo. “¡Viva la República!”, exclamó otro en un gesto sonoro contra el rey.
El monarca recibió la llave de Antigua de manos de la alcaldesa de la ciudad, Susana Asensio, y en presencia del presidente guatemalteco, Jimmy Morales.
Según señalaron fuentes de la Casa Real, se trata de un gesto de agradecimiento del Gobierno del país centroamericano.
En una noche apacible, digna del país de “la eterna primavera”, el rey español presidió la inauguración de la nueva iluminación de la iglesia del recinto del Centro de Formación de la Cooperación española, que está ubicado en el antiguo Colegio de la Compañía de Jesús, fundado en 1582.
El rey y el presidente de Guatemala apretaron al mismo tiempo, con gesto de complicidad, el botón de encendido de las luces, que destacan los elementos ornamentales de la fachada del templo.
“El nuevo alumbrado da cuenta del compromiso y la amistad entre España y Guatemala y pretende convertirse en un testimonio duradero de esta cumbre iberoamericana que traerá grandes beneficios para Guatemala y La Antigua”, destacó el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica de España, Juan Pablo de Laiglesia.
El antiguo recinto de los Jesuitas, rehabilitado en la década de los 90 gracias a la cooperación española, incluía en sus años de esplendor tres claustros y un templo, en el que vivían alrededor de doce religiosos. La función principal del colegio era la docencia y en él se impartieron clases de filología, filosofía y retórica.
A partir de 1767, cuando se expulsó a los jesuitas de España, el colegio de Antigua quedó desalojado y, con el paso de los años, varios terremotos destruyeron el recinto, que recibió a partir de entonces usos tan dispares como fábrica de textiles o mercado.
La restauración del centro tuvo lugar a partir de un convenio firmado en 1992 entre España y Guatemala. Cinco años más tarde, fue inaugurado por la reina Sofía, madre del actual monarca, y sus salas y su monumental patio de columnas volvieron a la vida.
El acto de hoy fue el primero de Felipe VI en Antigua tras su llegada a Guatemala para participar en la cumbre iberoamericana, a la que asisten en total al menos 17 jefes de Estado y de Gobierno.
El rey español guarda una relación especial con Latinoamérica, que heredó de su padre, Juan Carlos I.

Texto: Ana Lázaro Verde, DPA 

Cena con sabor a Guatemala para los líderes de la Cumbre en Antigua 

Antes de hablar sobre la política y coyuntura de la región, los jefes de Estado y de Gobierno de la Cumbre Iberoamericana disfrutarán el jueves de una cena internacional sazonada con el sabor tradicional de la gastronomía guatemalteca.
Ensalada de lechugas mixtas con queso de cabra se servirá junto a lomito de res sobre hongos portobello, tocineta de cerdo con salsa de chocolate y papas asadas con cilantro, entre otros platillos elaborados por el chef Mario Campollo y su equipo de por lo menos 50 cocineros y reposteros en el Hotel Museo Santo Domingo, en la ciudad de Antigua, en Guatemala.
“Es una cena muy ad hoc, bastante adaptable para todos”, dice a DPA Campollo, que desde el fin de semana está muy ocupado con los preparativos de la XXVI Cumbre Iberoamericana. Le esperan días de arduo trabajo, sobre todo por la cena de bienvenida para los mandatarios, que se realizará hoy por la noche.
“Estamos trabajando todos en conjunto y algunos estamos doblando turnos para poder sacar este evento sin problemas”, explica el chef guatemalteco de 51 años.
Son 17 los jefes de Estado y de Gobierno que han confirmado su asistencia al foro iberoamericano, conformado por países de América Latina, España y Portugal. Entre los asistentes se encuentra el rey Felipe VI de España.
Campollo dice que le hubiera gustado que la cena de gala del jueves tuviera más comida típica de Guatemala, que es anfitriona por primera vez esta Cumbre, pero añade que de todas formas hay suficientes elementos gastronómicos del país en el menú.
Por ejemplo, se servirá un puré de calabaza y mantequilla que lleva pepitoria, una semilla muy utilizada en la cocina de Guatemala con una pulpa de sabor ligeramente amargo. “Esto le da el toque ‘chapín'”, asegura el cocinero. “Chapín” es un término usado para referirse a los oriundos de Guatemala.
Como postre se servirán macarons rellenos de chilacayote, un aperitivo hecho en base a una calabaza.
La preparación del chilacayote, además, es una tradición vinculada a las culturas prehispánicas de Mesoamérica. “La calabaza tiene que estar nixtamalizada”, dice Campollo.
El proceso de nixtamalización (“nixtamal” proviene de la palabra náhuatl nextli, que significa “cenizas de cal” y de tamalli, que significa “masa de maíz cocido”) consiste en cocer maíz o, en este caso, la calabaza, con agua y cal viva.
“Después lavamos bien la calabaza y la cocinamos con azúcar”, dice el chef. La calabaza, entonces, se convierte en almíbar o en caramelo sólido, ambos conocidos como chilacayote, dulce típico guatemalteco.
Estos macarons con chilacayote se servirán junto a peras pochadas con vino, mousse de toffee, dulce de leche y salsas de chocolate.
“Hay toques (de la cocina de Guatemala), aunque como chef me habría gustado más”, manifiesta Campollo, que lleva 27 años trabajando en las cocinas del lujoso Hotel Museo Santo Domingo.
Con todo ese tiempo trabajando en un hotel tan icónico para la colonial ciudad de Antigua, Campollo tiene mucha experiencia cuando se trata de alimentar a mandatarios y líderes internacionales.
Incluso ha atendido antes al rey. “Siempre come muy sencillo, muy saludable”, comenta. “Muy pocas grasas, siempre se cuida”.
También señala que si esta vez la comida es “muy internacional”, es porque quieren adaptarse a los paladares de todos los comensales.
“Es que hay personas que si le damos una salsa que tiene mucho picante, algún chile, quizás no lo va a comer”, explica. “Creo que se están asegurando de que todos puedan comer de todo”, agrega.
Además de la cena de gala del jueves, los mandatarios se reunirán en privado el viernes, también en el marco de la Cumbre. Ahí comerán platillos “más típicos”, dice Campollo.
Queso chancol, sopa de güicoy (una planta que se cultiva en Mesoamérica), pollo con crujiente de pepitoria y puré de malanga (un tipo de tubérculo), serán algunos de los aperitivos para esta cena “más íntima”, como la califica el experimentado chef.

Texto: Carmen Peña, DPA / Foto: Morena Perez Joachin, DPA

In this article

Join the Conversation