Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano/ Foto: Cortesía de la actriz
Ciudad de México, 22 de julio de 2018. La actriz acapulqueña Gabriela Cartol aseguró que con La camarista, cinta que protagoniza y que estará en el próximo Festival Internacional de Cine de San Sebastián, en España, que se llevará a cabo en septiembre de este año, es un gran mérito además de que es una oportunidad para representar a México y a Acapulco.
“Estoy muy emocionada, como que todavía no me cae el veinte, pues hablamos de un gran mérito”, agregó en entrevista telefónica a la Ciudad de México, donde radica desde hace algunos años.
“Será genial acudir (a España) y representar a México, a Acapulco sobre todo, por el asunto de que la cultura ha sido un poco menospreciada, con pocas oportunidades si quieres sobresalir, obligándote a salir para hacer una carrera”.
Respecto a la cinta, que concursará en la categoría de Nuevos Directores, relató que “desde que leí el guión sabía que iba a ser una gran película porque es un gran guión con una gran directora (Lila Avilés) y sobre todo muy apasionada, pues ya tenía muchos años de investigación de este asunto de las camaristas”.
En ese sentido, recordó que La camarista “es la historia de una (mujer) que trabaja en el Hotel Presidente Intercontinental de la Ciudad de México, uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. Y está intentado sobresalir para darle una mejor calidad de vida a su hijo, siendo mamá soltera”.
No obstante, aseguró que su personaje es gris, carente de identidad, misma que a lo largo de la cinta tratará de encontrar con ayuda de sus compañeros del hotel y hasta de los huéspedes.
“Pocas historias encuentras así, con una riqueza de personaje y pues soy muy afortunada”, recordando que en 2015 fue nominada al Ariel por un personaje igual de interesante en La tiricia.
La actriz, el lupus, la vida
Cartol, de a penas 29 años de edad y quien vivió sus primeros años en la unidad habitacional del Fovissste, aseguró que “yo siempre me sentí actriz y entonces desde muy chiquita externé ese deseo, a todo el mundo: a mis amigos, mi familia y hacía shows y daba autógrafos y ya cuando se llegó a hora de la verdad, terminando la preparatoria, estaba entre gastronomía y actuación”.
A varios años de distancia, recodó con nostalgia a su padre, quien murió hace cinco años pero alcanzó a ver con orgullo los primeros de su hija ya como actriz mientras que su madre “está muy orgullosa está feliz y en parte le debo todo: el ejemplo, el apoyo”.
No obstante, si hasta este punto de su vida las cosas no han sido fáciles, en los meses recientes se han complicado más con una enfermedad que la aqueja: el lupus.
“Es una enfermedad muy compleja y es algo con lo que se tiene que lidiar a día a día”.
Así, dijo, “al principio fue muy, muy difícil, a pesar de tener siempre una actitud muy positiva; el sentarme, moverme, los dolores, la necesidad de ayuda, la caída del cabello todo eso juega en contra y no te deja ya no decir actuar, sino sencillamente hacer tu vida cotidiana”.
Luego de unos tres meses y el replantear su vida, de a poco se recuperó, se estabilizó e incluso, escribió una obra de teatro que montó el año pasado llamada La energía del vacío, “donde canalicé todo lo que sentía”.
“De hecho, en La camarista se ve un poco de mi etapa final de la enfermedad, hay una hinchazón, apenas me empieza a crecer al cabello y lo increíble es que eso le vino muy bien al personaje y se ve increíble”.
Así y con esa actitud positiva, la acapulqueña concluyó con que “Acapulco es mi ciudad natal, lo llevo en mi corazón y espero poner lo acapulqueño en alto con algo positivo y contrarrestar todo lo malo que se dice”.
Del mismo modo, “(quiero) poner un poco el ejemplo de que si quieres algo, se puede” recordando que se necesita constancia y hacer equipo; aseguró que “la ficción le da sentido a mi vida y me salva una y otra vez”, por lo que para ella en el futuro habrá más y más cine.
