Ningunos superhéroes: Estrellas de la NBA asumen fragilidad mental

DeMar DeRozan reconoció que lucha desde la infancia contra la depresión y Kevin Love hizo público que sufrió un ataque de pánico antes de un partido de la...

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4 abril,2018 10:45 am
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Texto y foto: DPA

Berlín/Cleveland, 4 de abril 2018. DeMar DeRozan reconoció que lucha desde la infancia contra la depresión y Kevin Love hizo público que sufrió un ataque de pánico antes de un partido de la NBA. Que dos estrellas del baloncesto norteamericano hayan admitido esa supuesta debilidad era inimaginable hace un tiempo, pero ahora parece ser la llave para que el tema haya dejado de ser un tabú.

Si algo construyó el deporte estadounidense durante muchos años es que no había lugar para los débiles en sus Ligas profesionales. Dominados por superhombres, nadie podía exponer debilidades. Sin embargo, después de que DeRozan y Love rompieron esa cultura del silencio, ahora se generó un positivo debate sobre el tema. Tanto que la NBA incluso reaccionó con un programa modelo para ayudar a los jugadores.

“No importa cuán indestructible nos veamos, todos somos humanos”, dijo DeRozan, estrella de los Toronto Raptors, en una entrevista con el diario “Toronto Star” en la que reveló su lucha. El escolta dejó al descubierto algo impensado: detrás de una figura de la NBA, elegido cuatro veces para el Juegos de las Estrellas y un salario anual de 27 millones de dólares, la vida no era tan perfecta como aparentaba.

“No es algo de lo que me avergüence”, explicó DeRozan. “Ahora, a mi edad, entiendo cuánta gente ha pasado por esto. Y si sólo sirve para que alguien piense que yo he pasado por esto y sigo ahí fuera, teniendo éxito en lo que hago, estará bien para mi”, explicó el base de 28 años.

En un ambiente donde los grandes egos dominan la escena es inusual una muestra emocional tan profunda, pero la confesión de DeRozan tuvo un efecto positivo.

Foto: El jugador de baloncesto estadounidense DeMar DeRozan, el 06/08/2016 en Río de Janeiro, Brasil.

Unos días después de la entrevista del jugador de Toronto Raptors, fue Love el que contó el drama que había vivido en noviembre, cuando abandonó el partido ante Atlanta con un ataque del pánico.

“Una tormenta de cosas estaba a punto de estallar. Estaba estresado por los problemas que había tenido con mi familia, no estaba durmiendo y el mal comienzo de temporada después de las expectativas me estaba pasando factura”, dijo el alero.

“Salió de la nada. Nunca había tenido uno antes”, escribió Love en un ensayo publicado por “The Players Tribune”, una plataforma virtual creada para conectar a deportistas con sus seguidores. “Sentí que mi corazón latía más rápido de lo normal, tenía problemas para recuperar el aliento, sabía que no podía volver a ingresar al juego. El entrenador (Tyronn) Lue se acercó a mí. Creo que pudo sentir que algo estaba mal. Le dije: ‘ya vuelvo’, y fui corriendo al vestuario en donde me acosté para volver a respirar”, relató Love, que también se refirió a la valentía que había tenido DeRozan.

“A veces pensamos que somos los únicos que pasamos por estas experiencias y la realidad es que probablemente nuestros amigos, compañeros o vecinos también se estén enfrentando a ellas”, añadió.

La ola de mensajes positivos por la valentía de sus testimonios no se hizo esperar. “Creo que las personas que nos miran desde fuera no lo entienden porque nos ven como superhéroes, pero somos personas normales”, dijo Kelly Oubre, de 22 años, de los Washington Wizards, que reconoció que sufre de miedo al fracaso.

El astro LeBron James, compañero de Love en Cleveland Cavaliers, no ocultó su admiración por el gesto. “¡Ahora eres más fuerte que nunca! Un saludo y respeto para ti, hermano”, escribió en su cuenta de Twitter.

En Alemania, el defensor internacional Per Mertesacker relató recientemente en una entrevista con la revista “Der Spiegel” las situaciones de presión extrema que vivió. La descripción de sus sensaciones tras la eliminación con Italia en el Mundial 2006 provocó un gran revuelo, recibiendo tantas críticas como elogios. “Por supuesto que me decepcionó cuando nos eliminó a Italia, pero sobre todo me sentí aliviado”, reconoció Mertesacker.

Lo cierto es que para combatir la mayor presión que se vive en los deportes de Estados Unidos, la NBA y el sindicato de jugadores (NBPA) decidieron apoyar a los jugadores que lo requieran con un programa de salud mental financiado conjuntamente por ambas organizaciones.

Con este proyecto, los profesionales del baloncesto podrán ser guiados por un director de salud mental que los podrá tratar independientemente de lo que hagan sus equipos.

El hecho de que se haya extendido la cantidad de atletas de alta competencia con depresión, ansiedad y ataques de pánico no resulta sorprendente. Es claro que hasta el momento muy pocos lo habían hecho público por temor a la estigmatización o mostrarse débil.

De acuerdo al Instituto Nacional de Salud, casi 45 millones de estadounidenses, el equivalente al 18.3 por ciento de los adultos, padecen problemas de salud mental. Los estudios demostraron además que los deportistas más exitosos están más expuestos a sufrirlos, especialmente de depresión.

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