Nuevas detenciones ligadas al guardaespaldas de Macron

"Conforme pasa el tiempo, conocemos cosas más enormes. La situación se ha agravado: hemos pasado de una disfunción del gabinete a una crisis de Estado. Hoy no se...

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21 julio,2018 5:56 am
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“Conforme pasa el tiempo, conocemos cosas más enormes. La situación se ha agravado: hemos pasado de una disfunción del gabinete a una crisis de Estado. Hoy no se trata de Collomb, sino de un primer ministro que ha permitido que haya una policía paralela”, dijo el líder de La Francia Insumisa.

Texto y foto: EFE
París, Francia, 21 de julio de 2018. Tres policías franceses se encuentran hoy bajo arresto por haber trasmitido imágenes de vídeo-vigilancia a Alexandre Benalla, el guardaespaldas de confianza del presidente francés, Emmanuel Macron, detenido después de haber golpeado a un manifestante durante las protestas del pasado 1 de mayo.
El ministro del Interior, Gérard Collomb, comparecerá mañana en la comisión de investigación abierta por la Asamblea Nacional para dar explicaciones sobre el conocido como “caso Benalla”, que ha provocado la mayor crisis política del mandato de Macron, acusado por la oposición de haber querido encubrir a su jefe de seguridad.
Se trata de los agentes de alto rango destinados a la seguridad y el tráfico de París que proporcionaron a Benalla los vídeos grabados por las cámaras de seguridad durante la operación.
Según la Fiscalía de París, los tres agentes están acusados del “robo de imágenes del sistema de video-vigilancia” y de “violación del secreto profesional”.
Se trata del jefe del Estado Mayor adjunto, de un comisario que estaba en la plaza de París donde Benalla fue grabado pegando al manifestante y del comandante responsable de las relaciones entre la Prefectura de Policía de París y el Elíseo.
Después de que el diario vespertino Le Monde desvelara el vídeo e identificara a Benalla como el autor de la agresión, el jefe de seguridad del presidente acudió a esos agentes para obtener las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Con estas nuevas detenciones ya son cinco las personas arrestadas, junto al propio Benalla y Vincent Crase, empleado de seguridad del partido de Macron que también se encontraba en el lugar en el que tuvo lugar la agresión.
Además, el domicilio de Benalla en la localidad de Issy-les-Moulineaux, a las afueras de París, fue registrado por los agentes.
Suspendido de sus funciones en un primer momento durante dos semanas, Benalla es objeto de un procedimiento de despido por parte del Elíseo desde ayer, cuando, según el gobierno, se conoció que había intentando obtener las imágenes de vídeo-vigilancia.
(En la imagen: Fotografía de archivo que muestra al presidente francés, Emmanuel Macron (c), junto a su colaborador Alexandre Benalla (c-d), durante un mitin celebrado en Rodez, Francia, el 5 de mayo de 2017)
“Caso Benalla” sume a Francia en la mayor crisis política bajo Macron
El “caso Benalla”, desatado por la agresión a manifestantes de un jefe de seguridad de la Presidencia francesa que se hizo pasar por policía, ha provocado la mayor crisis política del mandato de Emmanuel Macron, ante las sospechas de que el gobierno trató de silenciar los hechos.
Cada nueva información sobre el escándalo desangra un poco más a Macron y su Ejecutivo, que comienzan a verse acorralados por una oposición que ya demanda dimisiones.
En el centro de las críticas está el ministro del Interior, Gérard Collomb, quien supo desde el día siguiente al suceso, acaecido durante las protestas del 1 de Mayo, que el encargado de la seguridad en los viajes de Macron, Alexandre Benalla, había golpeado a manifestantes mientras lucía distintivos y un casco policiales.
El Palacio del Elíseo informó hoy de que va a despedir a Benalla. Para muchos, el anuncio llega tarde.
La pregunta que flota en el aire es por qué las autoridades no pusieron en conocimiento de la justicia -como estipula el Código Penal- el presunto delito cometido por ese miembro del círculo más cercano al mandatario.
Después de que el diario “Le Monde” difundiese el miércoles el video amateur que ha destapado el escándalo, la Fiscalía abrió una investigación preliminar, por la que Benalla ha sido detenido y acusado de actos de violencia y usurpación de funciones.
Junto a él también ha sido arrestado Vincent Crase, responsable de la seguridad del partido de Macron que trabajaba puntualmente para la Presidencia y que, al igual que Benalla, había sido autorizado para asistir a la manifestación como “observador”.
El caso salpica en primera persona al jefe de gabinete de Macron, Patrick Strzoda, quien declaró ayer ante la Fiscalía y que fue el responsable de la sanción de 15 días sin empleo y sueldo con la que fue castigado Benalla cuando conoció los hechos.
Mientras, el gobierno trata atropelladamente de enmendar todo aquello que no hizo mientras el asunto permaneció en la sombra.
El Ministerio del Interior ha suspendido a tres policías que supuestamente filtraron a Benalla las imágenes de sus desmanes tomadas por cámaras de videovigilancia.
Pero eso no ha servido para explicar por qué Collomb no actuó con mayor contundencia desde el principio.
El ministro, el más antiguo aliado político de Macron y pieza clave en su triunfo electoral, comparecerá el próximo martes ante el Senado para tratar de explicar su inacción.
La temperatura ha subido a su alrededor y varios grupos políticos, como los socialistas, reclamaron hoy su dimisión.
Otros, como el izquierdista Jean-Luc Mélénchon, llegaron a pedir una moción de censura contra el gobierno al considerar que es el primer ministro, Edouard Philippe, el responsable último de esta situación.
“Conforme pasa el tiempo, conocemos cosas más enormes. La situación se ha agravado: hemos pasado de una disfunción del gabinete a una crisis de Estado. Hoy no se trata de Collomb, sino de un primer ministro que ha permitido que haya una policía paralela”, dijo a la prensa el líder de La Francia Insumisa.
Para enrevesarlo todo, los datos que los medios franceses desvelan sobre el propio Benalla apuntan a un hombre extremadamente cercano a Macron y que gozaba de una serie de privilegios que obligan a cuestionarse sobre la naturaleza de su relación.
“Le Monde” publicó este viernes que el hombre, de 26 años, tiene su domicilio en unos lujosos apartamentos propiedad del Elíseo a orillas del Sena, en el Quai Branly. Irónicamente, el mismo lugar en que el expresidente François Miterrand alojaba a su amante Anne Pingeot y su hija Mazarine Pingeot.
También disponía de coche oficial con conductor y, aunque fue apartado de los viajes de Macron, estuvo presente en el autobús en el que la selección francesa desfiló este mismo lunes por París para celebrar la Copa del Mundo.
El Presidente guarda silencio. Tampoco se sabe cuándo abordará el asunto ni si llegará hacerlo. El “caso Benalla” le ha explotado en el momento más bajo de su popularidad, con un apoyo del 39 por ciento de los franceses, según una encuesta difundida el jueves.

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