Ofrendan los guerreros de Zitlala sangre y sudor a sus dioses a cambio de agua

Los hombres con trajes de jaguar, niños y mujeres imploran por medio de la comida comunitaria, el baile y la lucha por lluvia y buenas cosechas en el...

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7 mayo,2019 7:31 am
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Los hombres con trajes de jaguar, niños y mujeres imploran por medio de la comida comunitaria, el baile y la lucha por lluvia y buenas cosechas en el próximo ciclo agrícola.
Zitlala, Guerrero, 7 de mayo de 2019. Los hombres jaguar de la comunidad nahua de Zitlala ofrendaron a sus dioses prehispánicos gotas de sangre y sudor a cambio de gotas de lluvia.
El domingo en está comunidad, ubicada en los límites de la región Centro y Montaña, concluyó una serie de rituales que los vecinos llevan a cabo desde tiempo inmemorial el 1 de mayo para implorar a la cruz cristiana y a los dioses de la fertilidad lluvia y buenas cosechas en el nuevo ciclo agrícola.
Desde la mañana, niños, jóvenes, adultos y mujeres, se preparan para bailar, hacer plegarias y luchar de manera fiera contra sus rivales como una forma de ofrendar a sus dioses prehispánicos.
Después de las 2 de la tarde, las calles empedradas, pavimentadas, empinadas, instaladas en cerros, se convierten en un escenario donde desfilan, bailan, gritan y braman al ritmo de la música de viento decenas de personas con trajes de jaguares amarillos, verdes, naranjas, negros.
Antes, los peleadores ya han comido caldo de res, mole, huevo en salsa verde, tortillas, tamales. Algunos han bebido cerveza y mezcal para apaciguar los nervios y el calor.
Ya en la calle, la alta temperatura se potencializa en el interior de las gruesas y pesadas máscaras de res con colmillos de cerdo.
En medio del trajinar de los peleadores, un cortejo fúnebre despide a un joven que en vida también ofrendó sus golpes y su flagelación para que hubiera lluvia, semillas y cosecha. Se sabe porque arriba del ataúd le colocaron una máscara y un chirrión.
En el recorrido de los hombres jaguar, el chirrión en lo alto de la mano es símbolo de la batalla que se aproxima.
Los barrios del centro con los de la zona norte y la comunidad de Tlaltempanapa son los bandos en los que se divide el cuadrilátero.
A las 4 de la tarde, los tigres de Zitlala se trenzan a reatazos en el centro de la población que se ha convertido en un singular coliseo nahua con cientos de vecinos, curiosos, periodistas nacionales y extranjeros.
Para esta ceremonia en la que participa todo el pueblo, policías estatales y soldados del Ejército realizaron labores de vigilancia y también hicieron fotos al ritual. Mientras que Protección Civil del estado atendió en un rincón a los hombres fracturados, desmayados o con moretones.
En la plaza también se diferenciaron las clases sociales, el pueblo permaneció a ras de suelo o en la gradería, mientras que el alcalde, funcionarios, invitados y periodistas privilegiados por hacer propaganda a su gestión estuvieron en el primer piso del Ayuntamiento, habilitado como palco presidencial.
Más tarde, el alcalde Rogelio Ramos (PRD, MC y PAN) bajó con la multitud para tratar de mostrar que es diferente a otros alcaldes al no estar con resguardo.
Las feroces peleas de tigres en Zitlala volvieron hacer retumbar a los dioses.
Texto y foto: Luis Daniel Nava
 

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