Pablo Casado, juventud y conservadurismo para la renovación del PP 

Casado lideró las llamadas Nuevas Generaciones del partido entre 2005 y 2013, cuando fue además director de gabinete del ex presidente del Gobierno español José María Aznar.

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21 julio,2018 11:14 am
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Casado lideró las llamadas Nuevas Generaciones del partido entre 2005 y 2013, cuando fue además director de gabinete del ex presidente del Gobierno español José María Aznar.

Texto: Pablo Sanguinetti / DPA / Foto: Twitter @pablocasado_
Madrid, España, 21 de julio de 2018. Muchos quedaron sorprendidos cuando Pablo Casado Blanco se sumó a la carrera por presidir el Partido Popular (PP), pero en poco más de dos semanas el joven político conservador supo deshacerse de obstáculos y rivales para ser elegido hoy como sucesor de Mariano Rajoy al frente del partido más votado de España.
Avalado por su juventud, su defensa de valores tradicionales del PP y su habilidad para mostrarse como renovador de un partido en crisis, el abogado y economista de 37 años convirtió en fortalezas sus debilidades y superó a la experimentada Soraya Sáenz de Santamaría, que se perfilaba desde hacía años como futura líder del PP.
“Al futuro no se le espera sentado. Al futuro se le sale a conquistar”, dijo hoy Casado en su discurso final ante los delegados que terminaron eligiéndolo como nuevo líder en un congreso convocado después de que Rajoy, presidente del partido desde 2004, renunciara al cargo en junio tras ser destituido del gobierno.
La frase resume la carrera meteórica de Casado (Palencia, 1981) desde que comenzara “pegando carteles” del partido, como se enorgulleció hoy en el congreso que culminó su ascenso hasta uno de los papeles centrales en el panorama político español.
Casado lideró las llamadas Nuevas Generaciones del partido entre 2005 y 2013, cuando fue además director de gabinete del ex presidente del gobierno español José María Aznar, y en 2015 dio el salto a la cúpula del partido cuando Rajoy lo nombró vicesecretario de Comunicación.
El cargo lo obligó a dar la cara por el PP ante los medios en momentos especialmente complicados por desafíos como la proliferación de escándalos de corrupción que hundieron la imagen del partido -y que terminaron por tumbar a Rajoy con una moción de censura- o la grave crisis independentista en Cataluña.
Ambicioso, seguro, joven y apuesto, Casado superó el reto y aprovechó la visiblidad para granjearse un prestigio que hizo sonar su nombre como posible candidato a presidir la ciudad o la comunidad de Madrid en las elecciones regionales del año próximo.
Pero Casado soñaba con ir más allá y ni siquiera se detuvo ante las sospechas de posibles irregularidades en un máster universitario que cursó, en un escándalo similar al que forzó la dimisión de la presidenta del Gobierno regional de Madrid, Cristina Cifuentes.
Cuando se abrió el proceso “express” para elegir al sucesor de Rajoy tras su abrupta caída, Casado, rápido de reflejos, se sumó inesperadamente a una carrera que parecía reservada a otras figuras del partido y en la votación de afiliados el 5 de julio terminó ya segundo por detrás de Sáenz de Santamaría.
En sus dos discursos ante el congreso extraordinario de hoy, Casado plasmó las líneas básicas de lo que espera al PP: una renovación de nombres e imagen y una vuelta a los valores más conservadores y tradicionales del partido con el objetivo de recuperar una mayoría absoluta como la que gozó Rajoy en su primer mandato.
“España nos necesita más que nunca, más fuerte y más unidos”, dijo a los delegados del partido, a quienes prometió “ilusión, pero también renovación”.
Casado supo ponerlos de pie con sus apelaciones a la unidad de España, la lealtad al rey, la defensa de la familia y las críticas sin matices a las tensiones secesionistas que en particular desde Cataluña marcaron el segundo Gobierno de Rajoy.
“Yo no quiero comentar lo que pasa en España, quiero decir lo que tiene que pasar en España. Tenemos que volver a liderar esta sociedad, lo merecemos”, avisó, devolviendo la mira del PP al gobierno. “El Partido Popular ha vuelto. Hemos vuelto”.
Su primer desafío, sin embargo, pasará por cerrar las heridas abiertas tras dos semanas de campaña feroz que exhibieron la división interna del PP. El partido más votado de España inicia así una nueva era con un líder inesperado que, en su primera batalla, demostró ser ya más hábil y rápido que sus contendientes.
Casado, sucesor de Mariano Rajoy 
El Partido Popular (PP) inició hoy sábado una nueva era con la elección del joven economista y abogado Pablo Casado Blanco como presidente y sucesor de Mariano Rajoy, que dirigió la formación conservadora durante 14 años hasta renunciar al cargo el mes pasado tras ser destituido como jefe de gobierno español.
Casado, de 37 años, consiguió el voto de más de un 57 por ciento de los 3 mil 082 delegados reunidos en un congreso extraordinario del PP en Madrid y superó a la otra candidata, la ex vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, tras una dura campaña marcada por las acusaciones cruzadas y videos difamatorios.
El ex vicesecretario de Comunicación del PP se hizo así con el liderazgo del partido más votado de España e iniciará una nueva etapa con tres retos centrales: encabezar la oposición al gobierno del socialista Pedro Sánchez, iniciar la renovación del PP y devolver relevancia a un partido golpeado y dividido.
“Al futuro no se le espera sentado, al futuro se le sale a conquistar”, avisó Casado en su último discurso antes de la votación en el congreso extraordinario del PP que lo llevó a uno de los puestos clave en el panorama político del país. “España nos necesita más que nunca, más fuertes y más unidos”.
A pesar de que Casado no figuraba entre los candidatos a liderar el PP cuando se abrió la sucesión de Rajoy, el político conservador sedujo al aparato del partido con su apuesta por la renovación y por la recuperación de valores tradicionales de la formación, encarnados por figuras como el ex presidente José María Aznar.
En sus discursos de hoy evidenció ese regreso a las esencias con diversos guiños a la familia, la lealtad al rey, el rechazo a la eutanasia o el aborto y la exaltación de la unidad de España frente a tensiones independentistas como la catalana. El objetivo: reconquistar la mayoría absoluta para el PP.
“Yo no quiero comentar lo que pasa en España, quiero decir lo que tiene que pasar en España. Tenemos que volver a liderar esta sociedad, lo merecemos”, reclamó Casado, que prometió “ilusión, pero también renovación”. “Una renovación tranquila, constructiva, de futuro, un cambio de etapa, contando con todos”.
Casado se asentó así como respuesta a Ciudadanos, la formación liberal que viene robando votos al PP en la derecha, y derrotó a la más experimentada Sáenz de Santamaría (Valladolid, 1971), considerada desde hacía años como futura líder del PP pero lastrada por su papel de “número dos” en el gobierno de Rajoy.
La victoria de Casado fue así interpretada por el izquierdista Podemos como un giro del PP a posturas más derechistas. “Antes no teníamos ningún partido de extrema derecha pero hoy hay tres, dos grandes y uno pequeño”, ironizó el secretario de Organización del partido, Pablo Echenique, sobre el PP, Ciudadanos y Vox.
Pedro Sánchez, por el contrario, felicitó en un tuit a Casado y le deseó “ánimo en la tarea que tiene por delante”. “El gobierno seguirá trabajando por el crecimiento económico, el empleo digno, la conquista de nuevos derechos y libertades y la reconstrucción del Estado del Bienestar”, indicó el presidente del Ejecutivo.
Casado (Palencia, 1981) inició de joven su militancia en el PP y lideró las juventudes del partido hasta ser nombrado por Rajoy en 2015 vicesecretario de Comunicación, cargo con el que tuvo que dar la cara ante los medios en una etapa compleja para el partido por diversos escándalos de corrupción y por la crisis en Cataluña.
Cuando Rajoy fue destituido del gobierno por una moción de censura el 1 de junio y dejó la presidencia del PP, que ocupaba desde 2004, Casado no figuraba entre los candidatos a la sucesión, pero sorprendió postulándose y desde entonces fue derribando obstáculos y rivales hasta su victoria de hoy en el congreso extraordinario.
Más allá de la lucha por renovar el PP, el primer desafío de Casado pasará por cerrar las heridas abiertas en una campaña que exhibió la división interna del partido. “A nadie preguntéis a quién ha votado, todos hemos votado al PP y todos hemos ganado”, dijo hoy abriendo la mano a Sáenz de Santamaría y a sus rivales internos.

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