Las calles del centro de Tlapa fueron tapizadas con diferentes diseños de santos, vírgenes, cristos, cruces, flores o figuras geométricas de aserrín multicolor.
Tlapa, Guerrero, 25 de octubre de 2018. En los tapetes hechos de aserrín por los vecinos de Tlapa para la procesión del Señor del Nicho predominó la petición de paz, seguridad, no más feminicidios ni violencia y justicia y verdad por los 43 normalistas de Ayotzinapa con el nuevo gobierno y los migrantes.
Como cada año el 23 de octubre las calles del primer cuadro de la ciudad: Fonseca, Matamoros, Mina, Guerrero, Añorve y nuevamente Matamoros y Fonseca que llevan a la catedral de San Agustín son tapizadas con diferentes diseños de santos, vírgenes, cristos, cruces, flores o figuras geométricas que los vecinos trazan desde temprana hora para después colocarles el aserrín pintado, según los colores elegidos.
La realización de los tapetes de aserrín pintado es una actividad que congrega a los familiares, amigos o vecinos para adornar el paso de la imagen del cristo sufriente El Señor del Nicho, un recorrido de más de tres horas, en que cientos de fieles se congregan para acompañarlo o verlo desde sus casas, como se observó al ex alcalde priista Willy Reyes Ramos, quien recuperó su libertad hace unos meses, tras ser acusado del homicidio del diputado Moisés Villanueva de la Luz y su chofer Erick Estrada Vázquez.
Antes de la procesión, la procesión que sale a las 3 de la tarde, los que viven, rentan o tienen conocidos en las calles por donde pasa, desde temprana hora dibujan sobre el concreto los trazos de la idea que van a plasmar, salen con varios costales o cubetas llenos de aserrín de diferentes colores, pintado un día antes, que van colocando poco a poco, a mano, con moldes. Esto les lleva más de seis horas, quienes terminan antes lo mantienen en su sitio mojándolo con agua.
Tapetes con peticiones específicas
Sobre la calle Añorve, frente al Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan el tapete llevaba la frase: Señor del Nicho que la verdad y la justicia por los 43 llegue con el nuevo gobierno; frente a la casa del director de Tlachinollan: Señor del Nicho guíanos por los senderos de la paz y la seguridad en Tlapa.
En la calle Guerrero, un tapete con cruces se coronó con el llamado: “No más feminicidios”; metros adelante: “Señor del Nicho danos paz” y “Señor del Nicho no más violencia”.
En la calle Añorve se vieron otros tapetes en alusión a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa con la frase: “Todos somos migrantes, ante los ojos de Dios todos somos iguales” y otro en que pedían: “Paz para Tlapa”.
En la procesión se hace oración por la paz
Durante el recorrido de la procesión con el Señor del Nicho, se hicieron ocho estaciones o altos donde se hizo la lectura de cada estación acompañada con rezos como el Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.
En la oración por la paz pidieron a Jesús que mire a la patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad, que consuele a los que sufren y de acierto a las decisiones de quienes gobiernan y que toque el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte por lo que, pidieron, les dé el don de la conversión.
Que proteja a las familias, niños, adolescentes, jóvenes, pueblos, comunidades y como discípulos, misioneros y ciudadanos sean responsables y promotores de justicia y de paz para que el pueblo tenga vida digna.
Las ocho estaciones fueron: La Paz fruto de la justicia; El perdón signo visible del amor; La misericordia del Señor produce alegría, El perdón, camino de la conversión hacia Dios; La misericordia tiene rostro de consolación; El perdón se obtiene viviendo la caridad; La misericordia amor compasivo de Dios y la misericordia, fuente de alegría, de serenidad y de paz.
Antes de la procesión, los obispos Dagoberto Sosa Arriaga y Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, quien estuvo al frente de la diócesis del 2007 a 2012 y ahora está en Ecatepec de Morelos, Estado de México, oficiaron la misa, según anunciaron una noche antes y la cual sería para pedir la paz.
Roberto Domínguez sólo acompañó al Señor del Nicho a la primera estación y de ahí se le vio regresar a la catedral y Sosa Arriaga también cortó camino al salirse sobre la calle Añorve, entre la sexta y séptima estación, y verlo cruzar las calles intermedias rumbo a la catedral.
Tras la llegada de la imagen a la catedral, lo dejaron para que los feligreses, en orden pasaran uno a uno para verlo de cerca, llevan su algodón para limpiarlo porque no se permite tocarlo. Ahí permaneció otras horas, hasta que la fila se agotó, para luego subirlo nuevamente a su altar donde permanece el resto del año.
Con eso concluyen las festividades que durante un mes llevan a diversos gremios, empresas, instituciones, comerciantes, colonias, comunidades, transportistas a la catedral para venerar al Señor del Nicho; llevando como diversión la Danza de la Mona y sus mojigangas, castillos de luces artificiales, entre otras actividades.
Esta imagen fue traída por los frailes agustinos para la evangelización hace más de 400 años.
Texto y foto: Carmen González Benicio
