Plantean incluir en el censo 2020 preguntas para medir desigualdad y rasgos raciales

"La gente no es que se olvide de su historia, sino que no está registrada”, apuntó la historiadora universitaria.

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15 febrero,2018 7:44 am
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Acapulco, Guerrero, 15 de febrero de 2018. En el cierre del encuentro Retos para medir la desigualdad étnico-racial indígena y afrodescendiente, en la mesa redonda Estrategias ante la desigualdad se propuso que en el próximo censo, en 2020, se debe incluir una pregunta que pueda medir la desigualdad, las características raciales, los rasgos físicos y que se deben hacer campañas gubernamentales de sensibilización según cada región.

También propusieron pedir al Inegi que cree anuncios específicos en el país para sensibilizar y asegurar la respuesta a la pregunta.

Este miércoles, la investigadora de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), Alejandra Cárdenas Santana, en su intervención señaló que es importante la recuperación histórica para que la “población de origen africano pueda sentir orgullo de pertenencia”.

Señaló que la recuperación de la memoria facilita la identidad y añadió que uno de los problemas que enfrenta estos sectores de la población “es su reconocimiento institucional, están pugnando por que haya una pregunta en el censo del 2020 y en ese sentido es importante que la gente se autorreconozca, que se identifique que como una persona afromexicana, afrodescendiente y en ese sentido la historia juega un papel importante”.

Precisó que no sólo es relevante la recuperación histórica de personajes ejemplares y destacadas, sino “la importancia de que el propio movimiento vaya generando sus propios intelectuales, que vaya generándose dentro del propio movimiento personas que tengan posgrados, estudios superiores, que ayuden para analizar las estadísticas, pero que sean personas del mismo movimiento”. La historiadora universitaria señaló que no sólo las personas han olvidado su historia, “sino que también es una política pública”.

Ejemplificó que en el Museo Fuerte de San Diego no tiene una sala para la historia de los afrodescendientes, ni en el Museo de Chilpancingo, es decir, “que en todos esos lugares que se recupera la memoria histórica no aparezca esta parte de la población, lo que es un problema serio; la gente no es que se olvide de su historia, sino que no está registrada”.

Cárdenas señaló que eso se debe a que “cuando se conforma el proyecto de Nación se obliga a la población a tener determinados símbolos homogenizadores y aparece la idea del mestizo como la idea del mexicano, como si no hubiera una amplia diversidad cultural; era una idea de país y hubo un borramiento no sólo de la población de origen africano, sino de otras culturas que también coexistimos en este país”.

Señaló que esas políticas han hecho mucho daño y “justamente han sido los movimientos sociales los que han reivindicado la idea de que somos un país cultural y han exigido derechos”. Una de sus propuestas de la investigadora fue que el Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas ( CDI), quien tiene una subsecretaria para afrodescendientes, publique los derechos conquistados así como la ley contra la discriminación”.

Sobre las preguntas en el censo del 2020 del Inegi dijo que sería una forma de reconocerlos, aunque lo que “se discute es que si sería una pregunta, si serían varias preguntas, qué tipo de preguntas tendrían que ser, se va poner el acento en los aspectos culturales o en lo racial”.

Mientras que la integrante de la Asociación de Mujeres Indígenas y Afromexicanas Radicadas en Acapulco, Magdalena Valtierra, indicó que es necesario tener traductores para los indígenas  y señaló que viven discriminados. Indicó que los tienen muchas carencias, sobre todo en servicios públicos.

Sobre el acceso a la justicia para los indígenas, señaló que es un “tema triste”, porque se suponen que en los juzgados tienen que tener su propio presupuesto para tener intérpretes y no es así.

Dijo que se necesitan varios traductores porque a la misma hora se tienen audiencias en el Jugado, pero también en el hospital y es necesario que se apoye en ese sentido. Señaló que es importante el acompañamiento y el apoyo. Mientras que el supervisor de la zona escolar 085 de educación indígena región Acapulco, Zihuatanejo, Marquelia y Chilpancingo, Rogelio Solano Lorenzo, recordó que las escuelas bilingües se crearon en 1994 en Acapulco y se fundaron para conservar las tradiciones, costumbres, ideas y lenguas. Indicó que también en el sector educativo han sido discriminado por el gobierno y han sido apoyados más por personas que no son instituciones.

Luego comentó su caso donde dijo que “se dice muy bonito supervisor, han de pensar que tengo un salario muy alto, pero su servidor nada más tiene el nombre de supervisor, pero la plaza es de un docente de 5 mil pesos, y de ahí tengo un préstamo y por lo cual cada quincena percibo 3 mil pesos y esto para mantener la supervisión y a mi familia”.

Añadió que ha sido discriminado, “el gobierno nada más me dio mi orden de comisión, un papelito, y de ahí ve cómo le haces, cómo consigues y aquí andamos gestionando, tocando puertas; llevo 11 años en la supervisión y ni un beneficio he tenido hasta el momento”.

Señaló que a las escuelas están llegando maestros que no hablan ninguna lengua indígena, pero por necesidad los reciben. Señaló que la política de los gobiernos es la misma, de “discriminación de los indígenas y de nulo apoyo”.

Siguen estigmas contra los afrodescendientes

Mientra tanto, las especialistas Paula Leite, del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred); María Elsa Velázquez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y Andrea Orozco, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), ponentes en el panel Censo 2020 avances y retos –bajo la moderación de Carlos Viáfara, de la Universidad del Valle de Cali, Colombia–coincidieron en que los términos afrodescendiente o negro son aún poco conocidos entre la población del país y que incluso causan molestia, a pesar de los avances en cuanto a visibilización de este grupo poblacional en los últimos años en el país.

Paula Letite inició el panel ante unas 30 personas reunidas en un salón del hotel Emporio, quien luego de recordar su experiencia al elaborar una encuesta nacional sobre discriminación en México en 2016, destacó lo anterio, indicando que a dos años de iniciar el Censo Nacional de Población 2020, se deben incluir preguntas que, efectivamente, den información de dicho grupo poblacional, que ha sufrido a lo largo de la historia de marginación y segregación.

Por su parte, la representante del INAH, María Elisa Salinas, señaló como necesario buscar el reconocimiento de este grupo poblacional.

Luego de recordar que a la fecha se mantiene un estigma negativo sobre dicho grupo poblacional, indicó que este reconocimiento es una tarea conjunta “no sólo es una responsabilidad del Inegi, el Conapred o alguna organización”.

Finalmente, Andrea Orozco, del área de Censos, población y Vivienda del Inegi, recordó que el próximo censo de 2020 buscará identificar poblaciones, pero no tiene entre sus objetivos profundizar más allá.

No obstante, incluirá preguntas específicas en su cuestionario básico que permitan conocer acerca de las poblaciones indígena y afrodescendiente en México, de la mano de criterios de identidad, el reconocimiento espontáneo de pertenecer a tal grupo poblacional o los etnónimos –nombre de un grupo étnico–.

Del mismo modo, a pesar de problemas como la poca comprensión de conceptos como la afrodescendencia, los propios etnónimos y las reacciones negativas de la gente al ser cuestionada por los entrevistadores.

La serie de conferencias Retos para medir la desigualdad étnico-racial indígena y afrodescendiente en México inició el pasado lunes 12 de febrero y tuvo como objetivo aportar elementos que contribuyan a la generación de datos estadísticos que permitan medir la desigualdad étnico-racial en México.

Luego de convocar a sociedad civil, funcionarios públicos y académicos, se buscó a lo largo de los días, de la mano de mesas redondas, talleres y paneles, identificar qué tipos de datos se necesitan para medir las condiciones de vida de la población indígena y afrodescendiente del país.

Texto: Karina Contreras y Óscar Ricardo Muñoz Cano/ Foto:  Jesús Trigo

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