Texto: Zacarías Cervantes / Foto: Jessica Torres
Chilpancingo, Guerrero, 5 de octubre de 2018. Después de las diferencias entre el gobernador Héctor Astudillo Flores y el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, ayer por la mañana se reunieron después de la celebración de la misa con motivo del día de San Francisco en la iglesia que lleva ese nombre en la capital, en donde según el obispo, resolvieron sus diferencias.
Dijo que en la reunión con el gobernador, hubo una reconciliación “porque el distanciamiento lo que produce es pura esterilidad y es mejor reconciliar tanto a la parte gubernamental como la parte eclesiástica”, dijo el obispo consultado después de su reunión en privado con el gobernador.
Añadió que “tenemos un fin común ayudar a la gente y a quienes se encuentran en situaciones de riesgo y moralmente débiles y dijo que se pueden hacer más cosas unidos que separados.
El obispo se reunió con el gobernador en una sala de la iglesia de San Francisco después de la misa , mientras afuera los esperaban cientos de ciudadanos para saludarlos, en medio de mesas y sillas repletas de cazuelas con pozole y tazas de café y cacerolas con pan.
El obispo contó que el gobernador trató los problemas de violencia y que convinieron en aportar cada quien lo que le corresponde.
El gobernador y el obispo traían diferencias desde a principios del este año cuando dos sacerdotes murieron al ser atacados en la carretera de Taxco a Igual cerca de esa ciudad, sin que la Fiscalía General del Estado haya entregado resultados de las investigaciones.
Ayer el obispo dijo al respecto que en la reunión no trataron el caso pero aseguró que los sacerdotes, a pesar de la violencia siguen acudiendo a sus iglesias en las comunidades a pesar de que necesitan de seguridad por parte del gobierno.
Añadió que tanto la parte gubernamental como los ciudadanos tienen un fin común para proteger no solo a sus líderes religiosos, sino a sus maestros y médicos.
Consultado después de su reunión con el gobernador, el obispo Rangel Mendoza, dijo que platicaron sobre los asuntos de la violencia en contra de los religiosos, pero que no hubo acuerdos en ese sentido.
Sin embargo aseguró que el gobernador le ofreció su ayuda, “sobre todo porque nosotros tenemos (los obispos) una autoridad moral sobre las personas que están hasta los lugares más apartados de la Sierra”.
Dijo también que no ve buena voluntad para que se pacifique Chilapa y la Sierra en donde hay dos grupos antagónicos que se disputan el territorio.
