Presenta Fernando Iwasaki en la Filuni un libro que es un cruce de culturas y fronteras

Comenta el escritor Juan Villoro la obra del peruano-japonés "Mi poncho es un kimono flamenco", publicado por la UNAM

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2 septiembre,2022 9:40 am
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Comenta el escritor Juan Villoro la obra del peruano-japonés “Mi poncho es un kimono flamenco”, publicado por la UNAM

Ciudad de México, 2 de septiembre de 2022. “Los chinos, los italianos, los japoneses, los españoles, los argentinos, los mexicanos todos me conciernen, todos son próximos”, aseveró el escritor Fernando Iwasaki, peruano-japonés afincado en España, al comentar su libro Mi poncho es un kimono flamenco, publicado por la UNAM.

Esta obra conduce a un cruce de culturas y de fronteras, como se advierte desde el título, que reúne el poncho peruano, el kimono japonés y el flamenco andaluz, destacó el escritor Juan Villoro durante la conversación con Iwasaki en la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni) de la UNAM.

“Es un libro de viajes intelectuales, porque Fernando ha estado en los más diversos escenarios –Estambul, Utrecht, Tokio– tratando de transmitir su visión de la cultura, no necesariamente su propio trabajo, sino generosamente lo que le interesa de la literatura, que muchas veces es el trabajo de los otros”, apuntó Villoro sobre el texto que reúne las conferencias que Iwasaki impartió en diversas universidades, así como en institutos Cervantes de Europa.

Los orígenes de Fernando Iwasaki, como informa la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, abarcan, al menos, cuatro países de tres continentes: su bisabuelo materno era italiano; su abuelo paterno, un japonés que se afincó en Lima en la década de 1920 y, la abuela materna, ecuatoriana.

“Para mí la identidad” –escribe en Mi poncho es un kimono flamenco– “no es algo que me constriña a ser una sola cosa, sino algo elástico que se amplía sin cesar, de modo que puedo sentirme peruano y español, europeo y latinoamericano, oriental y occidental, andino y andaluz, sin conflictos internos y sin renunciar a mis raíces peruanas, japonesas, ecuatorianas e italianas”.

La identidad, reflexionó Villoro al respecto, es una convención que asumimos, porque todas las identidades son mudables.

“La identidad es un malentendido y este libro es una oportunidad de traducir ese malentendido en un lenguaje comunicable, crear un puente para acabar con el malentendido de ser el otro”.

La conversación entre Iwasaki y Villoro, esta tarde en la terraza de la Filuni, transitó del futbol al flamenco y de la cocina –gastronómica y literaria– a los géneros olvidados, como los prólogos, las presentaciones o las conferencias, como las reunidas en Mi poncho es un kimono flamenco.

“Cuando lees un texto que sabes que va a ser interpretado: en ese momento somos actores. Tengo un hijo cantautor y dos hijas actrices, entonces en casa tenemos muy claro que un profesor es un actor y una persona que habla en público debe ser una especie de intérprete que tiene que administrar los silencios, los gestos, las pausas –de pronto decir algo muy rápido, porque forma parte de la interpretación– el humor, que tienes que ir espolvoreando en tu lectura para mí una conferencia es como una obra de teatro”, comparó el también historiador, filólogo y gestor cultural.

Además de reivindicar al teatro, Iwasaki defendió el valor de textos que se escriben por compromiso y no son rescatados, como los prólogos o las presentaciones.

Su libro El arte de introducir es una muestra de la valía que tienen para él las presentaciones y el texto oral.

Al final de la conversación, una de las asistentes elogió la voz de Iwasaki, quien canta en los karaokes de todas las ciudades que visita.

“Tenemos que ir a uno”, propuso el autor.

Texto: Yanireth Israde / Agencia Reforma

 

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