El público, juvenil en su mayoría, fue sacudido por el trabajo de la compañía Teatro Cuerpo Social
Taxco, Guerrero, 27 de septiembre de 2017. A tres años de la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, la herida caló hondo y se manifestó en escena en un grito de plena libertad a través de la puesta en escena Semillas, que se presentó ayer en esta ciudad dentro de la Muestra Regional de Teatro de la Zona Centro.
Con su trabajo, el autor y director Carlos Cruz, de la compañía Teatro Cuerpo Social, conmovió y sacudió las conciencias de públicos de secundaria y preparatoria, con un intenso trabajo corporal, gestualidad y concentración en un foro semivacío, apoyado con una pantalla al fondo, videos, iluminación y otros elementos con los que desgarró la comodidad para restregar la realidad del dolor y la angustia por los jóvenes desaparecidos.
La obra remitió a las entrañas de la danza drama ritual, una danza butoh a la mexicana, en la que se incorporan piezas de la tradición musical y obras contemporáneas, donde el actor se desplegó en vuelos, congoja, tristeza, denuncia y rabia a través de su cuerpo y la gestualidad desbordadas.
Paulatinamente, sin bajar del tono intenso, aparecieron en algún momento los rostros de los 43 sobre el fondo del escenario y ahí el actor tributó un homenaje y reconocimiento a la lucha social, pero también a la denuncia y la exigencia que ha sido el grito de batalla, ya no sólo de ellos sino de todos los desaparecidos: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Carlos Cruz se sumerge en esa tragedia y dolor, donde con la danza y su cuerpo dialoga con los desaparecidos, cuyos rostros parecen decirle algo y él los reconoce y está una y otra vez por su ausencia, que quebranta el alma y la esperanza que lo hacen trizas, como los retratos que se extinguen en sus manos.
Es aquí cuando, en un final contundente, se transforma y pone en su voz sus palabras como mensaje para ellos y para todos: “Necesito desde la honda rabia que me cabe, encontrarte con vida y gritar tu nombre, que mis manos te abracen, y que abrazándonos, sepamos que hay algo más en este valle de sombras que la desesperación y la desaparición.
“Desde la distancia les abrazo, hermanos, que este abrazo no sea el último y que este abrazo donde sea que estén les recuerde que alguien les busca, que a mí y a todos nos hacen falta”.
Los espectadores quedaron quietos, casi mudos, impactados por la fuerza escénica y la dramaturgia en esta propuesta artística, que no tuvo vetos al expresar ideas y emociones, sobre lo que la compañía enfatiza y se vuelve una posibilidad de diálogo, un espacio que se abre para desarrollar la reflexión y la observación ante la realidad.
La Muestra Regional de Teatro continúa este jueves y concluye el viernes en el teatro Juan Ruiz de Alarcón del hotel Posada de la Misión, donde las funciones se presentan a las 11 de la mañana y 7 de la noche, con entrada gratuita.
Texto y foto: Claudio Viveros Hernández