Los asentamientos pobres “son el futuro del mundo”, alerta el autor, Emiliano Ruiz Parra, en el lanzamiento de Golondrinas, un libro que recopila las historias de quienes fundaron la demarcación
Ciudad de México, 2 de julio de 2022. Al profesor José Encarnación ya lo intentaron linchar una vez por su trabajo como líder comunitario en el barrio de Golondrinas, un asentamiento marginado al norte de Ecatepec, en el Estado de México.
Es por ello que un elogio de su parte, de quien logró llevar el agua y la electricidad a su comunidad luego de varios años de batallas, conlleva una hondura especial.
“A Golondrinas lo divido en dos partes: Un antes y un después de Emiliano”, declaró la noche del jueves durante la presentación del nuevo libro de Emiliano Ruiz Parra, Golondrinas, un barrio marginal del tamaño del mundo (Debate).
Y es que, de los 26 años que han pasado desde la fundación de esta colonia, en los últimos nueve Ruiz Parra, periodista, recorrió todas sus calles, documentó su desarrollo y sus luchas, trazó sus orígenes y, sobre todo, habló con su gente.
El resultado es un libro híbrido entre la crónica periodística, el testimonio coral, el ensayo urbanístico, la indagación documental histórica y, también, un retrato personalísimo del autor y su familia.
Pero es sobre todo, un homenaje a la tenacidad de las mujeres que fundaron el barrio que, para Ruiz Parra (Ciudad de México, 1982), es del “tamaño del mundo”.
“Al llegar a Golondrinas, lo que encontré fueron pioneras, y pioneros también, que suelen ser muchas cosas: desterradas de su tierra y, muchas veces, desterradas de su propia lengua”, expuso el periodista en la presentación.
Una de las tesis que guía su trabajo es que esa comunidad en Ecatepec podría estar –o, más bien, ya está– también en Cochabamba, Lagos, Mumbai, Sofía y Beijing, junto a cientos de urbes más.
“El slum, o barrio marginal, como Golondrinas, es el futuro del mundo”, según advierte Ruiz Parra desde el inicio del libro.
Ahí destaca cifras de la ONU que lo ilustran: en 2020, una de cada de tres personas en el mundo vivían ya en un barrio “irregular” como Golondrinas; para 2050, dos terceras partes de la población mundial vivirán en una ciudad, compuesta mayormente por asentamientos como éste.
Para el periodista, la paradoja que entrañan los barrios marginales del mundo es que, a pesar de ser los lugares más populosos, donde viven millones y millones de personas, son también los más invisibles.
De ahí la importancia de contar las historias de quienes dejaron todo, empujados por la pobreza, para fundar las colonias de la periferia.
“Un colono, una pionera, una colona, es siempre también un soñador, una soñadora. Un lugar como Golondrinas siempre es un sueño, un sueño que implica dejar atrás muchas cosas, implica dejar atrás a veces esa identidad, que implica dejar atrás el campo, el ser del campo, para empezar a ser urbano, obrero, obrera”, explicó Ruiz Parra.
Ahí está, por ejemplo, la historia de Leti Solorio, quien, junto con sus dos hijas fundó Golondrinas en 1996, cuando, en medio de una tormenta, erigió la primera casa de tela y palos sobre la tierra.
También, como un emblema de todos los problemas que enfrentan las mujeres de la periferia, está la historia de Imelda Reyna, proveedora de su familia a través de una pollería en el misma colonia, sobreviviente de violencia doméstica y madre de un joven asesinado.
“Es un libro que me causó mucha tristeza y alegría al saber que ya está editado”, dijo Reyna, conmovida, durante la presentación, y extendió las gracias a quienes, como Ruiz Parra, contribuyeron a que se lograra una condena para uno de los asesinos de su hijo.
Son estas, entre el mosaico de historias que presenta el libro, las que contribuyen a desmontar los prejuicios que el centro construye sobre la periferia.
“Creo que una buena medida de la construcción intelectual del centro es la difamación de la periferia, el estar acostumbrados a que de Ecatepec sólo vienen noticias de robos de coches, de secuestros de adolescentes, desaparición de personas, feminicidios”, reflexionó Ruiz Parra en entrevista posterior a la presentación.
Darse cuenta que sí, todo eso se da, “pero se dan un montón de otras historias interesantes, heroicas, enriquecedoras o que tenemos que problematizar, pero que no es sólo eso”, abundó.
Historias heroicas como la del Profe José Encarnación, un emigrado de Tabasco a Ecatepec que logró romper con el sistema clientelar del PRI en la localidad, que pudo llevar el agua y la luz a su barrio y que casi es linchado, en un revés trágico, por una gestión deficiente al enfrentarse a una inmobiliaria que fue mal vista por los habitantes de Golondrinas.
“Un día le dije a Emiliano: ‘Si no hubieras venido, lo escribo yo’; soy tan terco que, si no lo escribes tú, lo escribo yo”, bromeó.
Otra dimensión del libro es el relato de la historia de los padres del periodista, Carmen Parra y Cuauhtémoc Ruiz, dos militantes trotskistas que trabajaron intensamente en los barrios obreros de Naucalpan, Atizapán y Ecatepec.
“Son dos experiencias marginalizadas por el mainstream que yo me propuse poner en el centro, al menos en mi libro”, declaró Ruiz Parra sobre la relación de la historia de su familia con Golondrinas.
“Así como el barrio marginal es una experiencia de millones que no la vemos contada, también esta otra experiencia (la del trotskismo en México) fue de, al menos, cientos de miles que nos marcó, directa o indirectamente, a muchos, que transformó este país y que no la queremos contar”.
Una narración “con una profundísima generosidad”: Ricardo Raphael
Al presentar el libro, los periodistas Ricardo Raphael y Lydiette Carrión destacaron la profunda humanidad de la narración del autor.
“Es un texto narrado con una profundísima generosidad, desde luego, con una extraordinaria pluma y, justamente, gracias a la parsimonia, al ritmo, al enorme respeto de las historias que están ahí contadas, a la dignidad con la que se trata a cada persona”, expuso Raphael.
Un libro que, a decir de Carrión, podría llegar a entenderse como con cierto pesimismo sobre el futuro del mundo, pero que Ruiz Parra reivindica como uno, al contrario, optimista
En ese espacio vital llamado Golondrinas, con sus fundadoras heroicas, está cifrado el destino –y el presente– del mundo entero.
Texto: Agencia Reforma
