Texto: DPA / Foto: (@CBF_Futebol) Twitter
Moscú/Río de Janeiro, 22 de marzo 2018. La selección de Brasil, una de las grandes favoritas al título en Rusia 2018, arranca mañana en Moscú la fase final de su preparación para el Mundial de futbol con un amistoso ante los anfitriones en el cual faltará la gran estrella de los sudamericanos, el delantero Neymar.
Douglas Costa es el elegido por el técnico Tite para sustituir en el estadio Luzhniki de Moscú a Neymar, operado a comienzos de mes por una lesión en su pie derecho, y la gran apuesta de la “canarinha” para ganar su sexto título mundial.
“Neymar es insustituible, por el alto nivel y la calidad que tiene”, zanjó Tite en una conferencia de prensa previa al partido. “Pero el equipo tiene que ser fuerte también sin Neymar”. El astro no podrá volver a jugar hasta mayo y llegará con lo justo al Mundial (14 de junio a 15 de julio).
“Douglas Costa no va a sustituir a Neymar. Douglas Costa va a ser Douglas Costa”, elogió Tite a su veloz sustituto.
Pese a la baja de Neymar, Brasil cuenta con grandes nombres en el equipo que saltará al Luzhniki: además de Douglas Costa por la izquierda, el poderoso ataque “verdeamarelo” estará conformado por Willian en la punta derecha y el artillero Gabriel Jesus en el medio.
Tite hará en total tres cambios en su once habitual. Además de a Douglas Costa y Willian, el seleccionador dará una oportunidad al veterano Thiago Silva, que sustituirá en la zaga a Marquinhos.
Para la entrada de Willian desde el arranque Tite retrasará al habilidoso Philippe Coutinho al mediocampo y dejará en el banquillo a Renato Augusto, normalmente una de sus apuestas fijas.
“Tengo que estar siempre preparado”, comentó Coutinho sobre su cambio de posición en la selección. “Me mentalizo en eso para responder a la altura cuando tenga la oportunidad”, agregó el jugador, que está también en fase de adaptación en su nuevo club, el Barcelona.
En el resto del campo Tite apuesta por los jugadores que deben pelear por el título en Rusia: Marcelo y Daniel Alves estarán en los laterales y el sólido Casemiro se situará en la medular por detrás de Paulinho, compañero de Coutinho en el Barcelona.
Miranda acompañará a Thiago Silva en la retaguardia. El arquero Allison, favorito de Tite para cuidar la valla desde que asumió el mando de la selección, saltará al campo como capitán. El técnico acostumbra hacer rotar la cinta entre todos sus jugadores.
“Tenemos varios líderes aquí dentro”, dijo Allison sobre su capitanía. “Todos ejercen liderazgo, cada uno con sus características”, agregó el guardameta.
El test en Moscú es el penúltimo antes de que la “canarinha” empiece su concentración final de cara a Rusia, en mayo. El martes los brasileños se medirán en Berlín con Alemania, su último verdugo en un Mundial y el equipo que endilgó a los sudamericanos su mayor trauma futbolístico, el 7-1 con el que cayeron en las semifinales del torneo jugado en casa.
Rusia, por su parte, llega a la cita castigada por las lesiones. El seleccionador Stanisl<av Cherchesov confía sin embargo en que los partidos con algunas de las mejores selecciones del mundo -el siguiente amistoso es contra Francia el martes- ponga en forma al equipo para el torneo que disputan como anfitriones.
“Tenemos que medirnos el pulso permanentemente”, dijo Cherchesov a la agencia dpa, después de que Rusia ya jugara en noviembre contra las poderosas Argentina (derrota de 1-0) y España (3-3).
“Si vemos juntos los dos partidos, dimos un paso hacia adelante como equipo, mental, física y tácticamente”, analizó.
El técnico, sin embargo, tendrá que prescindir de tres jugadores clave, a los que podría perder incluso para el Mundial. Los zagueros Georgi Dzhikiya y Viktor Vasin y el delantero Aleksandr Kokorin sufrieron todos lesiones de rodilla.
La preparación de la selección rusa, por lo demás, se vio perturbada esta semana por los estrictos controles antidoping, que pusieron también al fútbol en la mira tras los escándalos de dopaje sistemático en el país.
Los inspectores sacaron a los jugadores el miércoles a las 6:30 de la mañana locales de las camas para unos controles que duraron casi seis horas. Diez futbolistas tuvieron que pasar las pruebas.
“Los jugadores de la Liga rusa han tenido que hacer unas 500 pruebas desde septiembre de 2017”, se quejó después el médico de la selección, Eduard Besuglov.
