RAZONES VERDES

Eugenio Fernández Vázquez ¿Por qué Calderón da lecciones, en vez de explicar sus fracasos? Hay muchos políticos que ocuparon cargos de responsabilidad de muy alto nivel, en los que no lograron nada o apenas muy poco, que no se sienten responsables de su propio fracaso. No sólo eso: encima pretenden aleccionarnos sobre lo que se …   Read More

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22 octubre,2017 7:57 am
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Eugenio Fernández Vázquez

¿Por qué Calderón da lecciones, en vez de explicar sus fracasos?

Hay muchos políticos que ocuparon cargos de responsabilidad de muy alto nivel, en los que no lograron nada o apenas muy poco, que no se sienten responsables de su propio fracaso. No sólo eso: encima pretenden aleccionarnos sobre lo que se debe hacer, como si fuera distinto de lo que se debía de haber hecho cuando tenían el poder. Es el caso, por ejemplo, de Felipe Calderón y la política ambiental.

Por alguna extraña razón, en la comunidad internacional hay quienes consideran que el ex presidente Felipe Calderón es un hombre comprometido con el medio ambiente. En consecuencia, en cuanto terminó su gobierno consiguió que lo eligieran para dirigir la Comisión Global para la Economía y el Clima, que comisionaron los gobiernos de Colombia, Etiopía, Indonesia, Noruega, Corea del Sur y Reino Unido y que, en principio, reporta a la comunidad internacional. Hoy ya no la preside sino de forma honoraria, pero el cargo le ha servido para recibir invitaciones y pagos por todo el mundo para hablar sobre economía y cambio climático.

Sin ir más lejos, este viernes habló en México en el Foro Latinoamericano del Carbono, una conferencia que reunió a académicos, funcionarios y representantes de la iniciativa privada de todo el continente. Durante tres días discutieron sobre las alternativas que existen para frenar el cambio climático. Ahí, Calderón habló sobre las políticas contradictorias en las ciudades, que privilegian el uso del transporte público sobre el privado, y respecto a cómo hacer ciudades más compactas y resilientes. Insistió en la necesidad de ponerle un precio al carbono y en otras medidas disponibles.

En verdad, todo lo que dijo es correcto. La pregunta es: ¿por qué no lo hizo él en los seis años que fue presidente? ¿Cuál es su responsabilidad en el fracaso de México para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, para frenar la deforestación, para cambiar la forma en que nos alimentamos? Felipe Calderón no sólo es responsable de esos fracasos por omisión, también por acción.

Como presidente, Calderón impulsó una política agropecuaria centrada en la producción privada, a gran escala y gran consumidora de insumos, que agota los recursos naturales y concentra la riqueza. Sacrificó la agricultura campesina y sustentable, que conserva y restaura la biodiversidad y la riqueza de los suelos. Al mismo tiempo, en materia forestal siguió privilegiando una política que ha mostrado una y otra vez que no sirve, que se concentra en el impulso a las plantaciones forestales comerciales, en el combate a incendios y en la reforestación, en lugar de privilegiar el manejo forestal sustentable, que ha mostrado su eficacia para la reducción de emisiones por deforestación y degradación.

Entre las grandes obras de infraestructura que se recuerdan de su sexenio están las carreteras –20 mil kilómetros nuevos, según su propio gobierno– y no los sistemas de transporte alternativos. En materia de energía, su gran apuesta –también un fracaso– fue la construcción de una nueva refinería, no la renuncia a los combustibles fósiles –ni siquiera la promesa de renunciar a ellos.

El peor daño que hizo su gobierno al desempeño climático de México, sin embargo, no está en la política ambiental o energética. El golpe más duro que le dio Calderón al país entero fue el debilitamiento de los gobiernos de los tres órdenes por la guerra que él inició de una forma criminal y torpísima, y por la desinversión en personal capacitado y recursos materiales en que los dejó.

Sin gobiernos municipales no hay ordenamiento territorial que valga, y hoy están a merced de los criminales desde la sierra de Guerrero hasta el desierto de Chihuahua. En su charla en el foro de este viernes, Calderón afirmó que el liderazgo de los gobiernos estatales es importantísimo. Sin embargo, la impunidad de que gozaron los gobernadores durante su sexenio sentó las bases para que ese liderazgo se quedara de dientes para afuera, mientras el territorio se entrega a mineras, agroindustriales y mafias. Si no se hacen valer las leyes, las políticas públicas no se implementan y las prohibiciones legales son papel mojado. Sin embargo, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente siguió tan débil como lo ha sido siempre durante los seis años que Calderón gobernó, y la falta de justicia siguió siendo la norma.

Es cierto que este gobierno ha sido terrible en materia ambiental, y que, a diferencia del sexenio del panista, los recortes al sector han sido durísimos, pero Felipe Calderón tiene muy poco que presumir en estos temas. A juzgar por sus actos, nunca tuvo un compromiso serio con el medio ambiente, y si lo tuvo, falló. Así las cosas, ¿con qué legitimidad se atreve a dar lecciones al respecto? Mejor sería que explicara por qué no pudo hacer más, o que se alejara de los reflectores, aunque fuera por pudor.

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