Recibió una llamada “ríspida y dura” de Astudillo tras refutar a la Fiscalía, revela el obispo Rangel

La conversación motivó que se rompieran las relaciones entre el obispado y el gobierno del estado; media el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González.

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9 febrero,2018 6:31 am
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Al gobernador le molestó que declarara en los medios que las investigaciones que involucran a los dos sacerdotes en Taxco con criminales, son infundadas. “Me sentí muy ofendido” y se habían roto las relaciones con el Ejecutivo, señala el prelado, aunque ayer desde el gobierno del estado le informaron que se había pactado una reunión con el mandatario. Dice que asistirá para “lograr la paz, la tranquilidad y la verdad”.

Texto: Zacarías Cervantes
Foto: Archivo el Sur-

Chilpancingo, Guerrero. El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, declaró ayer vía telefónica que el gobernador Héctor Astudillo Flores le llamó la noche del martes para reclamarle “de manera muy ríspida y dura” por qué declaró a los medios de comunicación que las investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE), respecto al asesinato de los sacerdotes Germaín Muñiz e Iván Añorve, carecen de sustento.

Entrevistado vía telefónica este jueves, el obispo Rangel Mendoza informó que la noche del martes sostuvo una conversación muy “dura, muy ríspida, y muy áspera” que motivó que se rompieran las relaciones entre el obispado y el gobierno del estado, hasta que ayer jueves le llamó un representante del gobierno estatal para informarle de una reunión que pactó el arzobispo de Acapulco Leopoldo González con el gobernador para la próxima semana.

El fiscal Olea Peláez afirmó en conferencia de prensa el martes que el asesinato de los dos sacerdotes en Taxco se debió a rencillas durante el baile en Juliantla, al que asistieron grupos criminales de Morelos, Guerrero y del Estado de México, y que de este último eran los agresores a los sacerdotes, porque habrían reconocido al padre Germaín con el de la fotografía que aparece armado y que se distribuyó en redes sociales con una nota vinculándolo a otro grupo.

Mientras tanto la postura del obispado de Chilpancingo-Chilapa y del arzobispado de Acapulco es que el asesinato de los dos sacerdotes fue “circunstancial y fortuito” porque el ataque se dio cuando el vehículo en el que viajaban los sacerdotes rebasó al de los pistoleros y éstos se molestaron y les volvieron a dar alcance y a rebasarlos, les cerraron el paso y les dispararon.

Entrevistado este jueves, el obispo Rangel Mendoza denunció que a raíz de esta postura, que declaró a diversos medios de comunicación, el gobierno del estado ha comenzado una “campaña de difamación y calumnias” en su contra, sólo porque la Iglesia sostiene que el asesinato de los dos sacerdotes fue circunstancial y fortuito y que no fue consecuencia de una riña ni por vínculos con la delincuencia organizada, como lo declaró el fiscal Olea Peláez en conferencia de prensa.

Dijo que como parte de esta campaña está la llamada que recibió del gobernador la noche del martes en la que le reclamó su postura en contra de la versión de la Fiscalía por el caso del asesinato de los dos sacerdotes.

“Yo solamente estoy pidiendo a las autoridades que se llegue a la verdad, y que no sean solamente declaraciones como lo hizo la Fiscalía, a partir de hechos supuestos”, y emplazó que lo que declaró el fiscal tiene que confirmarlo con hechos.

Añadió que en busca de la verdad, se dio a la tarea de platicar con tres personas que venían en la camioneta donde viajaban los padres, y que ellas afirman que de ninguna manera hubo un pleito en el lugar donde estuvieron, en el que según el fiscal había gente armada de grupos de Morelos, Estado de México y de Guerrero, “y yo creo que ni en las películas se ve esto, de que estén los cárteles que son contradictorios, conviviendo juntos”.

Sin embargo, añadió que a él solamente le interesa aclarar el asesinato de los dos sacerdotes, porque no hay justificación para que fueran asesinados, “y no fue en el lugar donde estaban, sino cerca de Taxco, una ciudad internacional, turística, en donde no si no hay seguridad, eso para mí es algo muy peligroso para el estado de Guerrero”.

Pero dijo que por esa petición, ahora se ha iniciado una campaña de difamación, no sólo en contra del padre Germaín, sino en contra de él.

Aclaró que la fotografía en la que aparece el sacerdote Germaín Muñiz posando con un arma larga, se la tomó con guardias comunitarios del pueblo que cuida las minas (Carrizalillo) en donde “está plagado de narcotraficantes” y que el padre tenía que pasar por que es una zona en la que tenía que hacer su apostolado y relacionarse con ellos todos los días, entablándose “un clima de confianza y de amistad, lo que no quiere decir que somos cómplices o que estamos coludidos con ellos”.

Pero añadió que a raíz de esta confrontación de las versiones que se dio con la Fiscalía la noche del martes recibió la llamada “muy ríspida, áspera y dura” de parte del gobernador y que le reclamó por qué dijo que las afirmaciones de la Fiscalía son infundadas.

El obispo dijo que le respondió que la Fiscalía ha encaminado sus señalamientos a que el padre era un narcotraficante “y en eso yo no estoy de acuerdo, tampoco que su muerte fue por un pleito y que iban todos armados, aquí todo lo que interesa es que entiendan que asesinaron a dos sacerdotes, y que reclamamos a dónde están los que perpetraron ese asesinato”.

Añadió que también le reclamó al gobernador que su obligación es brindar seguridad, como la debe haber en todo el mundo.

Informó que a partir de esa comunicación se rompió el diálogo entre la diócesis y el gobierno del estado, pero que ayer le habló una persona de parte del gobernador y que le dijo que quiere hablar con los obispos, “yo estoy de acuerdo en reunirme con él, aunque personalmente, me sentí muy ofendido, pero por lograr la paz, la tranquilidad y la verdad, yo estoy de acuerdo en reunirme con él”, declaró.

Antes, en el programa de Atando Cabos conducido por Denise Maerker, el obispo declaró que a raíz de ese diferendo entre las autoridades religiosas y el gobierno del estado, el gobernador pactó la reunión para la próxima semana con el arzobispo de Acapulco Leopoldo González.

Lea toda la información en la edición impresa de este viernes 9 de febrero de 2018:

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