Texto: Arcelia Maya / Agencia Reforma/ Foto: Especial
Ciudad de México, 1 de octubre de 2018. Desde este ciclo escolar, los seminarios de México rediseñaron los planes y programas de estudio a fin de erradicar en la Arquidiócesis posibles casos de pederastia cometidos por sacerdotes.
En entrevista con Reforma, Federico Altbach Núñez, rector del Semanario Conciliar, aseguró que el cambio más importante es que se cerró el ingreso al Seminario Menor, donde permanecían internos alumnos de preparatorias públicas que aspiraban a ser sacerdotes.
La Iglesia católica de la capital implementó ahora talleres y cursos, sólo los fines de semana, para los jóvenes que tienen la intención de ser seminaristas; así, no se estarán obligados a vivir lejos de sus familias.
Además, Altbach resaltó que otra de las medidas en el Seminario Conciliar (que corresponde a la licenciatura) indica que los seminaristas que concluyan sus estudios en filosofía, deberán buscar un empleo y regresarán a vivir con sus familias por un periodo de un año.
“Con esto se espera que vuelvan a reinsertarse en su familia y que tengan un año de maduración”, detalló.
En tanto, los seminaristas que finalicen sus estudios en teología, no estarán internos en los seminarios sino que vivirán en casas parroquiales.
Dichas casas, explico, alojarán de cuatro a siete seminaristas y existirá un párroco encargado de la comunidad, así como un sacerdote ocupado de la formación de los estudiantes.
“Se busca con ello combatir el clericalismo, esas actitudes de un sacerdote que son más de separación o alejamiento y más bien buscar actitudes de cercanía, de sana interacción con los demás.
“Se pretende que los sacerdotes sean más cercanos a las personas, más conscientes de la vida diaria, de la dinámica de la gente, que sean más sociables, que sepan convivir con más naturalidad con hombres y mujeres de toda índole”, expuso.
Altbach explicó que en el Seminario Conciliar también existe un departamento de desarrollo humano y psicoterapia que acompañará a los seminaristas y los ayudará a entender sus problemas emocionales.
“Esos casos (de pederastia) son una catástrofe y una tragedia para la Iglesia, todos, no solamente para los clérigos y sacerdotes sino para todos los fieles y todos los creyentes.
“Todo daño a una persona y más a un menor de edad es una tragedia para todos. En realidad, tenemos la idea de cero tolerancia de cualquier actitud de violencia, de agresividad de un alumno”, afirmó.
Agregó que el perfil de los sacerdotes que estudiarán con los nuevos programas será el de un líder religioso capaz de interactuar con diversidad de feligreses y de favorecer el trabajo en equipo dentro de su comunidad.
