Texto: DPA/ Foto: EFE
Policías y funcionarios del Ministerio Público (fiscalía) ingresaron en dependencias de esos obispados con una orden de entrada y registro en la búsqueda de antecedentes que podrían constituir delitos que afecten la integridad e indemnidad sexual de menores de edad, como abuso sexual, violación, prostitución infantil, almacenamiento o difusión de material pornográfico infantil etc.
La diligencia ordenada por el fiscal de la región de O’Higgins, Emiliano Arias, quien está centralizando a nivel nacional este tipo de investigaciones, tiene como objetivo incautar documentos y piezas sobre casos de abusos en poder de la Iglesia católica, como denuncias, investigaciones previas y antecedentes entregados a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El registro de hoy es consecuencia de la incautación previa de material e información en el obispado de Rancagua y en el arzobispado de Santiago, así como en la Oficina Pastoral de Denuncias (OPADE) y en el obispado Castrense.
Con el procedimiento de hoy, la fiscalía pretende obtener documentación que pueda verificar situaciones de abuso y si existió omisión por parte de algunos obispos al abordar estos casos.
La Iglesia católica chilena vive, por las denuncias de abusos sexuales, una de las crisis más profundas de su historia, hasta el punto de que el papa Francisco pidió en mayo pasado la renuncia a toda la conferencia episcopal. Hasta ahora, de los 31 obispos que pusieron sus cargos a disposición, el pontífice ha aceptado la renuncia de cinco de ellos.
El Papa acepta renuncia de obispo de EU acusado de acoso sexual y ordena investigarlo
En vísperas de la reunión del Papa Francisco con cardenales y obispos estadunidenses para abordar el tema de los escándalos por abusos sexuales por parte de clérigos, el Vaticano ordenó una investigación al obispo de Estados Unidos, Michael Bransfield, acusado de acosar sexualmente a adultos.
Francisco aceptó la renuncia de Bransfield, obispo de Virginia Occidental y nombró a un administrador temporal para su diócesis de Wheeling-Charleston, anunció el Vaticano.
El administrador, el obispo de Baltimore William Lori, informó en un comunicado que el Papa le ordenó “llevar a cabo una investigación sobre las denuncias de adultos contra el obispo Bransfield por acoso sexual”.
Y se comprometió a realizar “una investigación exhaustiva en busca de la verdad en las problemáticas acusaciones contra el obispo Bransfield”.
La decisión coincidió con la reunión entre una delegación de cardenales y obispos católicos estadunidenses con el papa Francisco en medio de una crisis de confianza en el liderazgo de la Iglesia por el escándalo de abusos sexuales y encubrimiento que salpicó al propio Francisco.
En la reunión de hoy con el Papa en el Vaticano, el cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, encabezó la delegación estadunidense.
Fue DiNardo quien solicitó audiencia con el Papa el mes pasado tras las revelaciones de que Theodore McCarrick, un excardenal caído en desgracia, había ascendido en el escalafón eclesiástico pese a que las altas esferas del Vaticano y de la Iglesia del país conocían las acusaciones de abusos sexuales en su contra.
Además de solicitar una investigación completa del Vaticano sobre el caso McCarrick, DiNardo pidió respuestas a las acusaciones de que funcionarios vaticanos –incluido Francisco– sabían del comportamiento del religioso desde el año 2000.
DiNardo solicitó la investigación dos días después de que un gran jurado de Pensilvania divulgó los hallazgos de la mayor investigación sobre abusos sexuales en la Iglesia católica estadunidense, que determinó que 301 sacerdotes en el estado habían abusado sexualmente de menores de edad en los últimos 70 años.
