Restablece Ai Weiwei memorias… evoca a los 43 de Ayotzinapa

En los últimos tres años, subrepticiamente y sin ser detectado, Ai (China, 1957) ha estado visitando el país con frecuencia para documentar el sufrimiento y secuelas que ha...

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11 abril,2019 6:00 pm
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En los últimos tres años, subrepticiamente y sin ser detectado, Ai (China, 1957) ha estado visitando el país con frecuencia para documentar el sufrimiento y secuelas que ha causado la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el 26 de septiembre de 2014.
Ciudad de México, 11 de abril de 2019. México y China son dos naciones culpables de un asesinato en espejo: mientras una acaba con su futuro, la otra quiere borrar su pasado. Tanto en un caso como el otro, la memoria de ambos países queda injustamente cercenada.
Con esta tesis lapidaria, el artista chino Ai Weiwei ideó Restablecer memorias, su primera gran exposición en el país, en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC). Sus juicios sobre el lugar que hospeda la muestra, como declaró, no son dichos a la ligera.
“Como extranjero, proveniente de un lugar cómodo, no quieres hacer algo superficial o demasiado somero o que la gente considere oportunista, eso es algo que me preocupa mucho”, explicó este jueves, al develar el contenido de una exhibición largamente anticipada.
En los últimos tres años, subrepticiamente y sin ser detectado, Ai (China, 1957) ha estado visitando el país con frecuencia para documentar el sufrimiento y secuelas que ha causado la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida el 26 de septiembre de 2014.
El artista, reconocido en el mundo entero como una de las voces disidentes más críticas contra el gobierno de su país –encarcelado sin cargos y torturado en 2011 en China–, ha abordado en su trabajo temas como la destrucción de la memoria de su nación, la crisis migratoria mundial y la violación sistemática de los derechos humanos en el mundo.
“Escogí este tema para una exhibición, para reflexionar en dos posibles direcciones: de dónde vengo, qué es lo que estoy haciendo como artista, pero lo más importante es: cuál es mi conexión con México y cuál es mi conocimiento sobre la cultura mexicana, qué es más demandante y más difícil”, expuso.

Foto: Héctor García / Agencia Reforma

A través de una exhaustiva revisión de los expedientes del caso y, sobre todo, de horas de entrevistas con los familiares de los estudiantes, activistas y periodistas, Ai presenta dos obras artísticas relativas a los hechos de la noche de Iguala.
Una, ex profeso para la exhibición, es un mural hecho con piezas de lego que muestra los rostros de los 43 desaparecidos y los otros tres normalistas fallecidos o en coma. Un millón de estas piezas dan rostro a cada uno de los estudiantes.
La intención de utilizar estos juguetes, como ya lo ha hecho antes, es remediar la mala calidad que suelen tener las fotos de los presos políticos y de los desaparecidos con un material que remita a los pixeles de una cámara para que las imágenes se vean más definidas y limpias.
El mural, o retablo, como lo llamó el curador de la muestra Cuauhtémoc Medina, domina desde una pared la sala 9 del MUAC, dispuesta enteramente para la muestra.
La otra obra sobre el caso es un documental todavía en proceso, llamado Vivos. Varias de las numerosas entrevistas que lo conforman se muestran en 10 pantallas con audífonos dispuestas en la misma sala.
Sobre el caso, a partir de su convivencia con los deudos de los normalistas, Ai, tiene opiniones fuertes.
“Estamos enfrentándonos a un mundo muy dramático y, cuando comencé a visitar a los padres, me di cuenta de que son las personas más inocentes –sin culpa– y que sus hijos simplemente un día no regresaron, pero ellos creen que están vivos, quieren que regresen vivos y creen que tienen el derecho de tener la información correcta.
Después de cuatro años, ellos siguen igual: no hay una respuesta clara, nadie sabe cuál realmente fue el hecho, pero ellos perciben que, obviamente, el gobierno está involucrado, la policía está involucrada, los militares están involucrados”, denunció.
Como antecedente de este trabajo, el artista se refiere a la investigación ciudadana que realizara, con un millar de voluntarios, para dilucidar cuántos estudiantes habían muerto en el terremoto de Sichuan del 2008, donde las escuelas gubernamentales, por negligencia, fueron de las primeras en colapsar por completo.
“Ellos (los gobiernos) toman la vida humana, o la dignidad humana, con demasiada ligereza. Piensan que no somos nada o piensan ‘está bien, la gente puede aguantarlo’, así que, ¿quién lo va a parar? ¿La víctima? La víctima merece la calma, así que quien queda es la sociedad que tiene la responsabilidad de preguntar el porqué y demandar la verdad, una respuesta confiable, no sólo una ‘verdad histórica’ que no provee evidencia.
Cada crimen crea un vacío y esos vacíos envenenan a la sociedad, nos hacen tener nula confianza en los medios, en otras personas, en nuestras propias emociones humanas y en nuestra dignidad; lastima a todos: cada criatura viviente de nuestra sociedad va a ser lastimada”, lamenta.
Además del asesinato del futuro con la muerte de sus jóvenes, Ai Weiwei denuncia el asesinato del pasado cometido por el gobierno comunista chino, en los tiempos de la revolución cultural.
Una de sus instalaciones más importantes, Salón ancestral de la familia Wang, consiste en volver a ensamblar las mil 300 piezas originales de un templo familiar de la dinastía Ming, con una antigüedad de 400 años.
Según relata, Ai compró todas las piezas del imponente salón, que eran vendidas a pedazos tras el desmantelamiento del patrimonio de la familia Wang con la ofensiva maoísta contra los terratenientes de China.
Un grupo de carpinteros expertos provenientes de China trabajaron en el durante meses en la sala 9 del MUAC.
Cuestionado repetidamente sobre su papel como artista o activista, una división que él se niega hacer, el documentalista, escultor, fotógrafo, pintor, bloguero y estrella de redes sociales chino responde con elocuencia.
“En realidad no me interesa si soy un artista o no, quizá soy un maestro del lego o de la selfie, como Rembrandt fue un maestro de la pintura al óleo y Andy Warhol de la serigrafía, en realidad no me importa un carajo”, expuso, en una respuesta que fue celebrada con risas.
Esta naturaleza indivisible entre arte y activismo estará abierta en el MUAC del 13 de abril hasta el 6 de octubre en el recinto del Centro Cultural Universitario.
“Esto se trata, en realidad, de la lucha sobre cómo nos identificamos a nosotros mismos, cuál es nuestra propia integridad, porque la gente trata de decirnos quiénes somos, trata de no permitirnos de verdad declarar quiénes somos.
“Se necesita de cada ciudadano para actuar, para verdaderamente contar la historia y para insistir de verdad en la justicia social. La justicia social jamás vendrá por sí misma, debe provenir de una lucha”, resume sus ideas sobre la muestra y su obra.
Texto: Francisco Morales V. / Agencia Reforma
Foto (El artista chino Ai Weiwei develó su primera exposición en México: ‘Restablecer memorias’, que abrirá sus puertas el sábado en el MUAC): Héctor García / Agencia Reforma

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