Retos en el Congreso de Guerrero

Ángel Aguirre Rivero

247 0
31 mayo,2019 5:15 am
247 0

Ángel Aguirre Rivero
La Política es así
 
Bajo la consigna “tengo prisa por trabajar” construimos a solicitud del entonces diputado local y coordinador de la bancada priista en el Congreso Florencio Salazar Adame, las nuevas instalaciones de que hoy goza esta honorable institución, erigiéndose en ese entonces como de las más modernas del país.
El tiempo apremiaba, dicha obra nos llevó más de un año, sin embargo me animó el hecho de apoyar al Poder Legislativo; acción que se acompañaba con la independencia presupuestal de dicha institución, pues resultaba indigno que los legisladores locales tenían que ir a cobrar sus emolumentos al Palacio de Gobierno.
He estado atento a lo que sucede en el parlamento de Guerrero desde que inició la 62 Legislatura.
A nadie debe extrañar que en el Congreso local se expresen posiciones encontradas en tribuna y fuera de ella. La esencia de un Parlamento es el debate y la defensa de la forma de hacer política de las y los diputados, en el ámbito legislativo.
En la Legislatura se deposita la representación política de los guerrerenses, necesaria en la tarea de crear las leyes y contribuir así a la convivencia y la paz social. Lo que no es aceptable es que sea utilizado como un espacio para defender los intereses de un partido político, de un grupo de poder o nivel de gobierno haciendo a un lado el interés de los ciudadanos.
En los años que me desempeñé como legislador en la Cámara de Diputados enfrenté situaciones adversas, la mayoría se resolvieron por la madurez de las partes y la disposición al diálogo. Cuando prevalece el interés superior, que es el de la gente, es posible.
Así, pude obtener importantes espacios de representación que se convirtieron en legislación, recursos y obra pública para Guerrero.
Por eso me llama la atención que los conflictos que enfrenta desde sus inicios la 62 Legislatura, prevalezcan ya casi a la vuelta del primer año en que asumieron. Hablar de una curva de aprendizaje a estas alturas creo que no tiene sentido, sobre todo cuando hay legisladores experimentados en todos los grupos parlamentarios.
Es lamentable también que por falta de un diálogo que resuelva, persista el paro laboral que detiene los trabajos.
No se trata de estar a favor de un partido político o de otro, porque caería en el mismo error que creo, se está cometiendo. La parálisis legislativa por desacuerdos, por conflictos, es síntoma de que faltan acuerdos políticos mínimos, o que no se cumplen los que se establecen. Los hombres y los políticos valemos por la importancia que le demos a cumplir nuestra palabra.
Lo que no puede ocurrir en el quehacer político ni legislativo, es que se quemen las naves, que se desentierren las lanzas y que la guerra sea incesante, que las batallas se sucedan una tras otra.
Las y los diputados de Guerrero no pueden negarse a sí mismos la oportunidad de establecer una agenda de transformación para la 62 Legislatura, pero sobre todo, para Guerrero. Para lograrlo se deben despojar de voluntarismos y egos, la construcción de acuerdos, el cabildeo de las iniciativas, requiere que nuestros legisladores tengan una disposición de ánimo para ello.
El Congreso de Guerrero no puede seguir en el desencuentro y como consecuencia de ello, a la deriva; sin sede para sesionar; sin trabajo en sus comisiones. Para resolver la actual circunstancia, los legisladores deberán transitar por los cauces de la legalidad; respetar su propia Ley Orgánica, poner por delante los intereses de la gente; rendir cuentas cuando les sean requeridas y dialogar, dialogar.
Con agrado vi que en la sesión del pasado martes, se votaron a favor por unanimidad, dos acuerdos parlamentarios, uno para hacer un llamado al gobierno federal para dar un trato similar al que dio a Tabasco en las tarifas de cobro de la energía eléctrica; el otro, para que Protección Civil estatal esté vigilante de que los municipios de Guerrero tomen las medidas preventivas ante la llegada de la temporada de lluvias. Ese es el camino.
El autoritarismo no puede ser la regla en la vida de la 62 Legislatura. Aún cuando la praxis en la política es una lucha permante por el poder (así sea desde espacios de poder), la alternativa siempre será la vía del diálogo y el acuerdo, y no permitir que las diferencias dividan, por el contrario que enriquezcan las discusiones.
El primero de julio la gente determinó con su voto la composición de la actual Legislatura, pero no otorgó una patente de corso político a nadie, y tampoco depositó la verdad en ningún legislador.
Lo que están esperando los guerrerenses son resultados de su trabajo.
Del anecdotario
A Gonzalo Santiago Bautista lo conocí hace algunos años en el restaurante Suntory de la colonia del Valle en la Ciudad de México.
Comía yo con el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, cuando vi a un hombre bajito que se acercó a mi mesa para decirme:
–Señor ex gobernador Ángel Aguirre, soy el chef general de este lugar y quisiera atenderlo; soy guerrerense, oriundo de Azoyú.
–Qué gusto querido paisano.
Desde entonces nos hicimos muy buenos amigos.
Lleva más de 25 años trabajando en este lugar, considerado el mejor en comida japonesa.
En 2015, Gonzalo fue seleccionado entre 200 chefs del mundo para asistir a un evento convocado por el gobierno de Japón en Tokio, del total de participantes eligieron sólo a 10, entre ellos nuestro querido paisano.
Luego de presentar su platillo, obtuvo el primer lugar en este certamen, por encima de países asiáticos y europeos, por lo que se hizo acreedor de un reconocimiento que le fue entregado por el secretario de Agricultura de ese país.
Gonzalo se siente orgulloso de sus orígenes y lo ha demostrado promoviendo a más de 50 paisanos (especialmente de Azoyú) quienes hoy se desempeñan como chefs en los diversos Suntorys y Shu del país.
El káissek es un menú especial de nueve y hasta 12 tiempos que se prepara en Japón para ceremonias muy especiales, y en México sólo Gonzalo lo sabe preparar.
Las raíces y el amor por su tierra nunca los pierde, y alguna vez que acudí a comer me preparó un salsa de molcajete al estilo costeño y un pescado a la talla, lo que rompió con los protocolos del restaurante y llamó la atención de algunos comensales, especialmente japoneses que se preguntaban qué había en ese molcajete que jamás habían visto.
Gonzalo es de los héroes desconocidos guerrerenses a quien hoy le rendimos homenaje desde esta columna.
La vida es así.
 

In this article

Join the Conversation