Durante una reunión por internet con dirigentes de grupos culturales, por error ponen en la pantalla mensajes del grupo de WhatsApp “Desactivación colectivos”, integrado por funcionarios de la dependencia. La secretaria Alejandra Frausto se deslinda en un comunicado; piden su renuncia
Ciudad de México, 4 de diciembre de 2020. El miércoles se reveló la existencia de un grupo de conversación del servicio de mensajería WhatsApp entre funcionarios de la Secretaría de Cultura (Secultura) federal, bajo el nombre “Desactivación colectivos”, organizado para contrarrestar las acciones de creadores que han protestado en busca de apoyos institucionales durante el año.
En una reunión entre funcionarios de Cultura e integrantes de colectivos de artistas y creadores, se puso por error en pantalla una imagen del chat que los funcionarios tienen en WhatsApp, llamado “Desactivación colectivos”.
En este chat participan, entre otros, la directora de Vinculación Cultural (y quien fue moderadora del encuentro del miércoles), Esther Hernández; el director de Promoción y Festivales Culturales, Pablo Raphael; la asesora jurídica de la subsecretaría de Desarrollo Cultural, Paula Vázquez; la directora del Centro Nacional de las Artes, Ángeles Castro y las directoras de la subsecretaría de Desarrollo Cultural, Alejandra Chávez y Martha Bremauntz, entre otros.
Se analizan sanciones: Frausto
Al respecto, la Secultura emitió un comunicado en el cual la secretaria Alejandra Frausto Guerrero se deslinda de este grupo, y asegura que no tenía conocimiento de su existencia y funcionamiento. “Nos pronunciamos de manera contundente a favor del diálogo como único mecanismo para construir acuerdos entre la institución y los grupos y colectivos artísticos”.
El comunicado añade que los servidores públicos participantes del chat recibieron un apercibimiento, que “se analizan las sanciones correspondientes” y que fue cesada de su cargo la persona responsable de la creación del grupo, cuyo nombre no dio a conocer.
Entre otros diálogos que se alcanzaron a ver durante la reunión virtual, Paula Vázquez asegura: “Les damos unos días para pensarlo, la convocatoria estará abierta por si cambian de opinión”.
En un segundo mensaje, ella misma dice: “No. No vamos a seguir negociando nada”.
Pablo Raphael apunta en otro mensaje: “Ya me desconocieron como interlocutor”.
Finalmente, alguien cuyo nombre no se reconoce, advierte: “Alejandro, ¿puedes cerrar tu WA (abreviatura de WhatsApp)? Se ve en pantalla”.
Y en el mismo chat Ángeles Castro pregunta: “¿Las grabaciones se pueden entregar con un compromiso por parte de ellos de no divulgar???”.
“Los servidores públicos participantes del hecho han recibido un apercibimiento, y ese analizan sanciones correspondientes, pues si comportamiento en contrario a los principios de trabajo de la institución y a la ética de los servidores públicos. De acuerdo a lo anterior, se ha cesado de su cargo a la persona responsable de la creación del grupo en mención”, dice el comunicado oficial.
De acuerdo con lo narrado por los colectivos en conferencia, el “error” se produjo hacia el cierre de la reunión y una de las funcionarias, Martha Bremauntz, trató de minimizarlo.
Incluso, narraron, reaccionó con sorpresa el funcionario de la Secretaría de Gobernación que a petición de los colectivos acompaña las reuniones.
“Desactivación de colectivos. ¿Eso es un diálogo?”, cuestionó Guadalupe Ocampo del colectivo No vivimos del Aplauso. “Esa no es la transformación que estábamos buscando, era un trabajo bilateral”.
Se desatan las críticas por la “conjura” oficial “violenta y obscena”
La filtración del chat de WhatsApp generó este jueves una indignación generalizada entre miembros de la comunidad cultural.
Incluso ya se han escuchado las exigencias de renuncia de Alejandra Frausto, titular de la dependencia.
“Hoy deberían ser despedidos e inhabilitados todos los funcionarios de la Secretaría de Cultura preocupados por desactivar colectivos y artistas y no por trabajar con ellos. Nada tan vergonzoso como el desprecio a la cultura por parte de los funcionarios”, tuiteó, por ejemplo, el escritor Emiliano Monge.
El Consejo Nacional de Danza y el Congreso Nacional de Teatro, por su parte, reaccionaron con un comunicado en el que reprobaron la “conjura”.
“La conjura de una parte importante de funcionarios de alto nivel de la Secretaría, en contra de un movimiento legítimo de organización civil, se muestra doblemente violenta y obscena”, advirtieron.
“Primero, porque ocurre en un momento sumamente sensible para las y los trabajadores del arte cuya vida precarizada se ha vuelto más difícil con los estragos de la pandemia. Y, segundo, por hacerse precisamente fuera de escena, lo que devela un mecanismo de simulación en el actuar de la Secretaría de Cultura”.
Tal mecanismo, señalaron, no es sino simulación; no una “excepción o accidente”, sino una “constante en la manera de operar”.
El solo nombre del grupo, y el incumplimiento de acuerdos, ya habla de ataque y boicot, expusieron creadores participantes en la reunión virtual.
“Ante la persecución política institucional y ‘desactivación de colectivos’ ciudadanos, la única sanción justa es la renuncia de la servidora pública a cargo de la dependencia desde la que se planea, ejecuta o, aunque sea, imagina tal persecución y desactivación”, clamó al respecto el cineasta José Antonio Cordero, integrante del Moccam (Movimiento Colectivo por la Cultura y el Arte de México), uno de los 11 colectivos que formaron parte de la reunión.
En conferencia de prensa, los colectivos acusaron ayer simulación por parte de la Secultura, y desconocieron como interlocutores a los funcionarios involucrados en el chat.
“No estamos dispuestos a regresar a un diálogo simulado; la confianza se ha roto. Exigimos un diálogo verdadero y resolutivo”, planteó Carolina Vidal, de la Asociación de Artesanos, Productores, Promotores Indígenas de los Pueblos Originarios y Migrantes de México (AAPPI).
Condenaron, por otra parte, la táctica del “chivo expiatorio” al referirse al despido del responsable de organizar el chat, a quienes los colectivos identificaron como Alejandro Ortiz, pero sin confirmar su identidad.
Rechazaron también que Frausto no supiera de la existencia del grupo, y aseguraron que en ese chat estaba todo el equipo de la subsecretaría de Desarrollo Cultural, encabezada por Marina Núñez Bespalova.
La reunión donde se reveló la existencia del chat tenía como propósito dar seguimiento a los diálogos que se llevan a cabo desde diciembre de 2019 con miras a un congreso nacional.
Andrea Salmerón, quien participó en la misma, reiteró que el objetivo “no es pedir un apoyo” ni “asistencialismo”, el objetivo “de este trabajo es un Congreso Nacional de Agentes Culturales con la intención de implementar reformas legales administrativas y laborales, y otras que urgen para mejorar las condiciones de vida y trabajo de todo el gremio artístico”.
Entre los colectivos figuran la Asamblea por las Culturas, AAPPI, GRECU, ANTI Asociación Nacional de Teatro Independiente, CPT Colegio de Productores de Teatro, DDAM Danza Diálogo y Acción de México, MOCCAM Movimiento Colectivo por la Cultura y el Arte de México y No Vivimos del Aplauso, así como RECIO Red de Espacios Culturales Independientes de la Ciudad de México.
Al finalizar su conferencia de prensa, emitieron un comunicado conjunto donde zanjan: “Lo que habría que ‘desactivar’ son las malas prácticas que por años se han usado una y otra vez contra los integrantes de los colectivos organizados, prácticas que no buscan dialogar ni ayudar a resolver los problemas, sino desarticular y dividir”.
Es “una vergüenza”: Juan Villoro
“Una vergüenza!”, con estas palabras calificó el escritor Juan Villoro en Twitter la existencia del chat que se filtró el miércoles.
En la misma línea de Villoro, José María de Tavira calificó de “vergonzoso” el caso. El escritor Emiliano Monge fue contundente: “Hoy deberían ser despedidos e inhabilitados todos los funcionarios de la Secretaría de Cultura preocupados por desactivar colectivos y artistas y no por trabajar con ellos. Nada tan vergonzoso como el desprecio a la cultura, por parte de los funcionarios de cultura”.
Inti Santamaría le responde: “Con todo y Frausto. No me creo que ella no supiera nada. La desactivación de colectivos es una labor demasiado grande como para provenir motu proprio de cinco o seis funcionarios de medio pelo”.
Y Monge añade: “Y si no lo sabía, es igual de grave”.
Texto: Redacción / Agencia Reforma
