Se desborda la nostalgia en el concierto homenaje a Gustavo Cerati en la Cdmx

Todo fue goce, celebración y tributo. Noche grandiosa para los fans de Soda. Pero falta Gustavo, y mucho.

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13 marzo,2020 7:53 am
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Todo fue goce, celebración y tributo. Noche grandiosa para los fans de Soda. Pero falta Gustavo, y mucho.

Ciudad de México, 13 de marzo de 2020. Cuesta trabajo escuchar a Soda Stereo, verlo, corearlo y sentirlo en vivo sin Gustavo Cerati.

Incluso cuando se abre el homenaje Gracias Totales con la voz e imagen del fallecido cantautor, valga la redundancia, gracias a la magia del video con Sobredosis de TV.

Pese al bombardeo mediático sobre el Covid-19, en el Foro Sol 60 mil espectadores (cifras oficiales) están fugados de la pandemia: ausencia de tapabocas, amigos se abrazan y las parejas se besan.

Se vende cerveza, alcohol y botana a granel. Es noche de festejo, no de preocupaciones. ¡Qué chingaos!

Héctor Zeta Bosio y Charly Alberti, bajista y baterista, respectivamente, compañeros de ruta de Cerati, motor musical de ese mítico trío argentino vendedor de más de 25 millones de discos sólo en América Latina, encaran a una nueva generación de escuchas.

Con sus celulares, chicas y chicos captan y escrutinan el desempeño escénico de los Sodas: un Zeta muy musical, muy bailador, muy animado, y un Charly muy sólido, muy serio, muy ecologista.

Todo es nostalgia pura, desde “ombre al agua y Disco eterno (con un León Larregui que casi no se escuchó), hasta El rito (con un emotivo Álvaro Henríquez) y La cúpula (con un prendido Rubén Albarrán).

Hay dos bandos repartidos en zona general, palcos y suites: quienes gozaron al Soda original y quienes disfrutan al mito musical.

Se nota. Los primeros están emocionados, excitados, contándole a sus hijos y parejas su romance con los argentinos. Mientras, los segundos se desbordan, lloran. Por fin vieron a la banda de la que tanto les hablaron.

Hay gran despliegue visual, de luces y pantallas LED. Hay sonido potente. Pero también los fantasmas en la ecualización sonora juegan pasadas.

Y Zeta y Charly lo saben, y no se acongojan. Tocan con la tersa experiencia acuñada en décadas.

Benito Cerati, hijo de Gustavo, canta Zoom. El respetable le aplaude, pero el joven se queda muy lejos de llenar los zapatos del padre.

Mon Laferte y el hijo de Zeta, Simón, (quien venció a la muerte de niño en un trágico accidente de auto) regalan una memorable versión de Un millón de años luz, especialmente dedicada para la nueva generación.

Hay participaciones en video: Juanes (Prófugos), Robi Draco Rosa (En remolinos) y Chris Martin (De música ligera). Pero ninguna mueve como aquellas donde sale Cerati (La ciudad de la furia y Fue).

Desfilan en pasarela los Sodas vivos ante una ovación unánime. No tiran discurso, no tratan de suplantar el rol de showman de Gustavo. Charly toma el micrófono y agradece al final a todos por seguir su historia.

Y retumba en el graderío un enardecido Gracias Totales.

Todo fue goce, celebración y tributo. Noche grandiosa para los fans de Soda.

Pero falta Gustavo, y mucho.

Texto: Hugo Lazcano / Agencia Reforma / Foto:

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