Una actriz, varias parejas y hasta presuntas colaboradoras en el cártel de Sinaloa; ellas han tenido algún vínculo con capo. La Corte de Brooklyn se convierte en escenario de un singular triángulo amoroso.
Nueva York, EU, 18 de enero de 2019. La Corte de Brooklyn fue ayer escenario de un singular triángulo amoroso, al poner cara a cara a Joaquín “El Chapo” Guzmán con su novia… ¡enfrente de su esposa!
Al acudir como testigo dentro del juicio contra el líder del Cártel de Sinaloa, Lucero Guadalupe Sánchez, ex diputada local por ese estado, relató cómo inició su relación sentimental con el capo y su incursión en el tráfico de mariguana por amor a él.
Sánchez, quien fue la legisladora más joven de Sinaloa, se declaró confusa sobre la clase de relación que mantenía con el narcotraficante.
“Hasta el día de hoy yo estoy confundida porque pensé que era una relación de pareja”, dijo.
“Yo me confundía con mis propios sentimientos, a veces lo quería y otras no, por sus diferentes actitudes trataba siempre de tenerlo contento”, relató la mujer de 29 años, que inició un romance con “El Chapo” cuando tenía 21, mientras la Fiscalía leía en voz alta distintos mensajes que intercambió con Guzmán.
En varios mensajes de texto, en los que ambos se dirigían el uno al otro como “amor”, el capo daba órdenes a Sánchez sobre cómo quería que enviara los paquetes de mariguana, que debían ser de 10 kilos cada uno.
La ex legisladora dijo que se inició en el negocio por amor, ya que el líder del Cártel de Sinaloa, la envió al área del Triángulo Dorado, en las montañas de Durango, para que comprara mariguana para él, dado que ella había vivido en esas comunidades y tendría facilidades para ello.
Su encargo estaba claro: las instrucciones de “El Chapo” era que le mandara droga que tuvieran las tres B de calidad: buena, bonita y barata.
Sin embargo, ella no estaba cómoda con esa decisión, por lo que empezó a enviar la droga al sinaloense “con semilla” (de peor calidad).
“Quería que se molestara conmigo y me mandara venir, pero no lo conseguí”, relató.
Incluso, contó algunas de las desventajas de trabajar en zonas de montaña, donde tenía que subir cada mañana y cada tarde a un cerro para obtener señal telefónica y poder recibir los mensajes con órdenes del narcotraficante.
“El Chapo”, notablemente incómodo, apenas dirigió la mirada a la testigo, en tanto que buscó con los ojos a su esposa, Emma Coronel, en diversos momentos de la sesión.
Coronel, vestida con un traje de chaqueta negro, sólo reaccionó riéndose cuando la amante de su marido habló sobre la confusión de sus sentimientos.
Narra amante de “El Chapo” huída en 2014
La tarde del jueves, testigos narraron el escape del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán de las autoridades en 2014, en una fuga de telenovela.
Nuevos detalles de la historia fueron narrados en la corte de Nueva York que lleva a cabo del juicio contra Guzmán por una fuente de primera mano: Lucero Guadalupe Sánchez López, la amante del capo.
La madrugada del 17 de febrero de 2014, el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán estaba en la cama con su amante cuando su secretaria personal irrumpió en su habitación con un mensaje urgente: había soldados en la puerta. Era hora de irse.
Guzmán, desnudo, corrió al baño e hizo una seña al resto de su familia para que lo acompañara. Abrió la tapa de la bañera que fungía como escotilla para revelar un conjunto de escaleras de madera que conducían a un túnel, señaló el diario The New York Times.
Mientras un equipo táctico de marines mexicanos utilizaba un ariete contra la puerta de su casa, el desapareció en la húmeda oscuridad con Sánchez a su lado.
La antigua amante de Guzmán, llevó al jurado a través de una historia de amor del mundo de las drogas, comenzando desde el momento en que se reunió con el narcotraficante a la edad de 21 años.
Sánchez se desempeñó durante los tres años de tortuoso romance, relató, como “la esposa de la casa” y su compañera de pagos del crimen, comprándole kilogramos de mariguana, atendiendo sus principales empresas y, a menudo, asegurándose que tuviera ropa interior limpia.
“Hasta hoy, todavía estoy confundida”, dijo al jurado estallando en lágrimas ante el jurado. “Porque pensé que, en nuestra relación, estábamos involucrados de manera romántica, como socios”
Sánchez, ahora de 29 años, ex legisladora del estado de Sinaloa, fue arrestada en 2017 cuando intentaba ingresar a Estados Unidos en la frontera con San Diego. Aunque no lo sabía en ese momento, había sido objeto de una extensa investigación de escuchas telefónicas por parte de agentes federales estadounidenses a través de la instalación de un software espía en su Black Berry y que luego fue entregada al FBI.
En uno de los mensajes, Sánchez le dijo a Guzmán que acababa de sellar docenas de kilos de su mariguana con una marca que incluía un corazón y el número cuatro, en referencia al cumpleaños del señor del crimen, el 4 de abril.
“El corazón significa que te amo”, escribió Sánchez. “Y el 4 significaba que bendigo el día que viniste a este mundo”.
La esposa de Guzmán, Emma coronel Aispuro, estaba sentada en la sala del tribunal cuando se proyectó esta charla en una pantalla. “El Chapo” se negó a cruzar miradas con cualquiera de las dos mujeres.
Sánchez dijo que durante el escape en 2014, el capo se adelantó al principio, dejándola con su mujer y su secretaria y un hombre conocido como “Cóndor”.
Los fugitivos estuvieron allí durante al menos una hora, vagando en la humedad y oscuridad por el tiempo suficiente “para traumatizarse”, recordó.
Finalmente emergieron cerca de un río, dijo Sánchez.
Hoy, antes de que Sánchez tomara el estrado, Víctor Vázquez, agente de la DEA involucrado con el equipo de marines que capturaron a Guzmán en 2014 compartió su perspectiva sobre la operación.
El agente describió el operativo que duró toda la noche como un juego del gato y el ratón de alto riesgo a través de varias casas de seguridad del capo que estaban conectadas a través de una serie de túneles secretos.
Los marines nunca encontraron a Guzmán esa noche, pero encontraron algunas de sus pertenencias: un lanza granadas propulsado por cohetes; su pistola incrustada en diamantes y cajas de plátanos de plástico llenos de cocaína.
Después de rastrear a Guzmán con información casi en tiempo real de las escuchas telefónicas de los estadunidenses en los teléfonos del Cártel de Sinaloa, los marinos finalmente descubrieron que había huido a Mazatlán y se encontraba en una habitación del Hotel Miramar, a una cuadra de la playa, dijo el agente.
Los soldados tomaron precauciones extremas al acercarse a Mazatlán, recordó. Se deshicieron de sus uniformes y compraron ropa de playa en un Wal-Mart local.
Después de vigilar el hotel, el equipo preparó el asalto el 22 de febrero, horas antes del amanecer.
Cuando empezó la operación los marines mexicanos entraron en el hotel mientras esperaba Vázquez en el vestíbulo. En cuestión de minutos, un mensaje codificado apareció en su radio: “7-7-7 confirmado”.
“Sabía que lo habían atrapado”, pensó Vázquez en ese momento.
Corriendo hacia el estacionamiento del hotel en el sótano, el agente dijo que vio al capo de rodillas, con una camiseta sucia, rodeado por sus captores.
“Eres tu”, recordó haberle dicho a Guzmán, quien al cabo de un año escaparía de prisión de nuevo.
Pero no solo él. Los marinos también habían encontrado a la señora Coronel y a las hijas gemelas de la pareja.
Después de huir con su amante, Guzmán había regresado, y había sido arrestado, con su esposa.
Las mujeres en la vida de “El Chapo”
María Alejandrina Salazar
Texto: Mario Alberto Rivera Gaona / Agencia Reforma / Foto: Especial