Este caso evidencia que no se aplican los protocolos, y es preocupante si se relacionan con las denuncias de otras usuarias en 2017 y 2018, señala la feminista Rosa María Gómez
Chilpancingo, Guerrero, 25 de marzo de 2020. La señora Teresa Cervantes, mamá de la usuaria del Refugio de Mujeres en situación de Violencia Extrema, quien al salir de la instancia no contó con redes de apoyo y descubrió que las fotografías de sus hijos estaban en el sistema de la Fiscalía General de la República (FGR) de personas no localizadas o desaparecidas, informó que la mujer se encuentra a salvo y realizó por sus medios las gestiones para que los datos de los infantes fueran sacados del mecanismo de búsqueda nacional.
Vía telefónica indicó que su hija ya no corre peligro, está muy lejos de su agresor que la sometió a violencia intrafamiliar en su relación marital, y sus hijos están con ella desde que ingresó al Refugio en noviembre de 2019.
Antes, una fuente reveló que la usuaria salió del Refugio el 10 de marzo de 2020 y cuando quiso darle seguimiento a los temas legales del caso, el asesor del Centro de justicia para las Mujeres en Chilpancingo le dijo que todo estaba parado por la pandemia de coronavirus.
La mamá aclaró que su hija no pudo instalarse en casa de un familiar en Chilpancingo después de dejar el refugio, y con sus ahorros se instaló en un cuarto donde vivió las últimas semanas con sus hijos, hasta que se le acabó el dinero y en última instancia recurrió a ella, a quien no quería preocupar debido a sus problemas de salud.
Añadió que después de que el caso se dio a conocer en estas páginas, personal del Refugio insiste en que le ofrecieron un empleo.
Precisó que decidieron continuar por sus propios medios las gestiones para procurar medidas de restricción, y los demás asuntos legales a que haya lugar.
Subrayó que su hija fue víctima de violencia de su esposo, no es responsable de las actuaciones de servidores públicos que debían garantizar su integridad física, emocional y de sus hijos.
En consulta telefónica, la feminista y ex secretaria de la Mujer, Rosa María Gómez Saavedra dijo que en el Refugio debe haber personal que conozcan los protocolos para ingreso, estancia y egreso de las usuarias.
Mencionó que las mujeres ingresan mediante instancias de la Secretaría de la Mujer, se evalúa el grado de violencia que han sufrido y si se considera que sufren violencia extrema entonces ingresan ella y sus hijos.
Aclaró que el Refugio no sólo es para el resguardo físico de las víctimas de violencia extrema, “sino para que tenga la condiciones de cambiar la condición de vida de violencia a una condición de mayor seguridad”.
Es decir, deben contar con asesoría jurídica y sicológica, con la secrecía y confidencialidad, porque casi siempre el ingreso de las víctimas es por lesiones en tentativa de homicidio y otros hechos delictivos que deben de tener seguimiento legal.
Indicó que en el tiempo que pasan ahí, de tres a cuatro meses, este procedimiento debe estar adelantado y deben tener condiciones para rehacer su vida en otro lugar, distinto a donde vive el agresor.
Además señaló que el Refugio debería contar con un fondo económico para que las mujeres cuando salgan tengan condiciones de supervivencia en las primeras semanas, y se debe verificar que la relación con los grupos familiares que las van a recibir es buena, “que la puedan mantener en una relación de ver hacia donde ella decide ir o trabajar para mantenerse en resguardo”.
Aclaró que este caso evidencia que no se aplican los protocolos, y es preocupante si se relacionan con las denuncias de otras usuarias en 2017 y 2018.
Insistió en que el personal del Refugio debe ser calificado: una directora de tiempo completo, el personal psicológico en dos turnos y jornada acumulada para que las trabajadoras tengan descanso suficiente para dar atención con calidad y calidez.
Ahora, consideró que tendría que revisarse las condiciones del personal que resguarda a las usuarias.
Texto: Lourdes Chávez
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