Segundo lugar

Arturo Martinez Nuñez- La disputa por el segundo lugar de la contienda presidencial mexicana se ha tornado virulenta e inclemente. Mientras el segundo siga peleando con el tercero,...

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6 marzo,2018 6:42 am
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Arturo Martínez Núñez
 
La disputa por el segundo lugar de la contienda presidencial mexicana se ha tornado virulenta e inclemente. El pleito entre la coalición Por México al Frente de Ricardo Anaya y Todos por México de José Antonio Meade se ha encauzado por un territorio salvaje donde de un lado hay el uso faccioso de las instituciones de justicia para intentar dañar a un candidato y por el otro, a un aspirante que se dice perseguido pero que no alcanza a explicar con precisión el origen y destino de una fortuna que creció como la espuma en un par de años.
Anaya ha acusado directamente al presidente Enrique Peña Nieto de utilizar a la Procuraduría General de la República como ariete para intentar desestabilizar su campaña, ha amenazado con meter a la cárcel a cualquier funcionario actual al que se le compruebe haber participado en hechos de corrupción y se envuelve en la bandera de niño héroe exigiendo que si tienen algo en su contra, se le detenga de inmediato.
El PRI utiliza o se beneficia de la acción de la PGR y de la campaña mediática que le sigue para seguir acusando a Anaya de “doble cara”, “corrupto” y hasta “plagiador”. La PGR en una acción inédita, da a conocer un video de las cámaras de seguridad de la propia dependencia, argumentando un supuesto “interés periodístico” que nadie alcanza a comprender.
Un grupo importante de “intelectuales” y “opinadores” profesionales, publica el lunes un desplegado manifestando su rechazo al uso de las instituciones en contra de cualquier candidato.
Mientras la guerra de lodo y tinta se sucede en las alturas, Andrés Manuel López Obrador camina tranquilo hacia la victoria. “De caballito” como se dice en el béisbol, deporte del que es aficionado y practicante. AMLO continúa su gira por las 32 entidades de la nación para evaluar la estructura y reunirse con empresarios. Hace bien en no enfrascarse en una lucha que no le corresponde y de la que él nada tiene que ganar y sí mucho que perder.
Llama la atención que hoy, personajes como Santiago Creel o Diego Fernández de Cevallos, pretendan disfrazarse de paladines de la justicia y exijan que no se utilice a las instituciones del Estado Mexicano en contra de un candidato. En pocas palabras, están exigiendo al gobierno que deje de hacer exactamente lo mismo que ellos hicieron cuando fueron gobierno en el 2004 e intentaron por todas las vías legales y paralegales, descarrilar la candidatura de López Obrador. Parecen decir “hagan lo que nosotros decimos y no lo que nosotros hicimos”.
Lo mismo ocurre con los intelectuales que hoy exigen que las instituciones y sus procedimientos no se respeten, cuando hace unos años quemaban en leña verde a Andrés Manuel porque no respetaba y mandaba al diablo precisamente a las mismas instituciones de las cuales se dicen hoy víctimas.
Anaya se queja de que las “instituciones” lo quieren meter a la cárcel, pero él a su vez amenaza con meter a la cárcel a los “corruptos” –incluyendo al presidente de México–, utilizando para ello a las mismas instituciones que hoy señala.
Parece ser que los candidatos que disputan el segundo lugar electoral están dispuestos a todo con tal de eliminar a su rival. López Obrador por su parte, los llama a no desestabilizar al país en su lucha por ver quién será el contrincante definitivo del tabasqueño.
Ricardo Anaya debe de explicar con claridad y sobre todo con pruebas, el origen y evolución de su fortuna. Debe de aclarar con precisión su relación con el imputado Manuel Barreiro. Debe de transparentar si tiene otros negocios no declarados o conflictos de interés personal o familiar.
La PGR debe de hacer su trabajo y proceder conforme a derecho si existen elementos para hacerlo. Si no los hubiera, debe de limpiar el nombre de Anaya y dejar de entrometerse en el proceso electoral.
José Antonio Meade debería pasar de la acusación a la propuesta. Poco le ayudan sus aliados, tratando de empujarlo de manera artificial.
López Obrador debe de continuar concentrado en su estrategia, mirar desde el retrovisor cómo se pelean sus rivales y acelerar el proceso de promoción y de defensa del voto en cada rincón del país.
Mientras el segundo siga peleando con el tercero, el primero camina tranquilo hacia la meta.
 
facebook.com/ArturoMartinezNunez

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