En Cutzamala y Tlapehuala durmieron en la calle a la espera de que les realizaran los depósitos y en Marquelia lo hicieron en la iglesia. En la cabecera de este último municipio la encargada del Bansefi pidió apoyo policiaco porque no la dejaban retirarse. En Acapulco, mujeres provenientes de Atoyac, Tecpan y Coyuca de Benítez revelaron que a algunas les depositaron cuatro pesos: “Nos hubieran dicho cuánto y no venimos”.
Ciudad Altamirano/ Chilpancingo / Acapulco, Guerrero, 3 de mayo de 2019. Cientos de mujeres beneficiarias de programa Bienestar (antes Prospera) hicieron largas filas por varias horas en las distintas sucursales Bansefi del estado para cobrar el bimestre noviembre- diciembre. Muchas durmieron en la calle y hubo decenas de casos que después de trasladarse por varias horas desde sus comunidades no pudieron cobrar porque no había sistema en el banco.
Alrededor de 800 personas principalmente mujeres de los municipios indígenas de Malinaltepec, Tlacoapa, Acatepec, y San Luis Acatlán no pudieron cobrar el apoyo económico que les llega del extinto programa de Prospera en Bansefi de Marquelia porque no había sistema, y cuando llegó a las 3 de la tarde había terminado el horario de la única trabajadora, contó un habitante de la comunidad de San Miguel El Progreso.
La cantidad que esperaban recibir eran mil 600 pesos.
Mientras que las dos sucursales de Bansefi en Tierra Caliente, región una en Tlapehuala y otra en Cutzamala, se mostraron saturadas durante los últimos dos días y se informó que hubo mujeres que durmieron en la calle para poder checar su saldo o hacer algún retiro.
En Acapulco las beneficiarias esperaron por horas para poder cobrar las becas de sus hijos en la sucursal de Bansefi. Las mujeres que hicieron largas filas desde las 5 de la mañana viajaron desde comunidades de Atoyac, Tecpan y Coyuca de Benítez.
“Es una burla”, dijo una de las mujeres formadas mientras que otra consideró que “para qué entregan la orden de pago si nada más traen un peso”, porque escucharon que algunas beneficiadas les dieron cuatro pesos y a otras nada.
El lunes ante la falta de organización para el pago del programa en la única sucursal en Acapulco a donde se trasladaron las beneficiarias desde distintas comunidades hubo empujones y gritos, e incluso la policía estatal y turística municipal llegó a controlar el acceso al banco. En esa ocasión las mujeres estuvieron más de 13 horas esperando el pago de las becas de sus hijos que estudian nivel medio superior.
Ayer, una fila de unas 200 mujeres que iba de la entrada del banco daba vuelta en la esquina y llegaba al Zócalo esperaba nuevamente poder entrar al banco. En esta ocasión cuando se abrió la sucursal a las 9 de la mañana y los trabajadores organizaron en listas el acceso a la sucursal.
Sin embargo, a las 2:30 de la tarde iban 11 de una la lista, donde estaban mujeres de comunidades de Coyuca de Benítez que llegaron entre 5 y 5:30 de la mañana. De otras que llegaron en horario similar estaban 16, lo que provocó desesperación en las mujeres que buscaban un espacio en la banqueta para sentarse y esperar, aunque la mayoría estuvo de pie.
Además de la espera las mujeres se quejaron del monto que les estaban entregando debido a que se enteraron que a algunas les dijeron que no recibirían nada, “no nos dijeron cuánto nos iban a dar nada mas que nos iban a pagar la beca de los hijos”, comentó una de las beneficiarias. “Nos hubieran dicho cuánto y no venimos, a lo mejor gaste más de pasaje que lo que van a dar”, reprochó otra.
En el caso de Tlapehuala desde la medianoche había gente formada, las personas llegaron para poder hacer algún retiro debido a las largas filas que se han mostrado con motivo de la entrega de tarjetas del programa de Bienestar.
En Tlapehuala las mujeres durmieron en la calle en espera de conseguir por la mañana el saldo de sus tarjetas o realizar algún retiro del depósito que les hizo el gobierno en la mayoría de los casos de mil 600 pesos.
En Cutzamala desde las 6 de la mañana había gente formada la sucursal se mostró saturada de gente todo el día había filas hasta con unas cien personas e incluso al mediodía con unos 40 grados de temperatura la gente esperaba en el sol la oportunidad de realizar el retiro de su dinero en caja.
Se observaban mujeres con niños que estuvieron haciendo filas durante todo el día para realizar su trámite.
En Cutzamala se concentra la gente de Zirándaro, de Pungarabato, Tlalchapa y de Coyuca de Catalán, en tanto que en Tlapehuala llegan de Ajuchitlán, Arcelia y San Miguel Totolapan.
En ninguna de las sucursales se observó alguna patrulla para brindarle seguridad a las personas que estaban realizando movimientos o consultando sus estados de cuenta.
Para quienes no hicieron fila antes de que se abrieran los bancos, y llegan en horario normal, la fila puede tardar hasta tres horas en que los atiendan.
En Marquelia, afuera de la sucursal de Bansefi hubo decenas decenas de mujeres, que se trasladaron de distintas comunidades, esperando cobrar pero no lo hicieron al no haber sistema. La joven que atendía en el banco pidió el apoyo de policías ciudadanos y municipales porque la gente trató de encerrarla hasta que los atendiera, contaron por teléfono.
A nombre de las mujeres que tienen entre 40 y 50 años de edad, Ángel Contreras, originario de San Miguel El Progreso, narró que las habitantes de su comunidad salieron a las 3 de la mañana y llegaron alrededor de las 6 a Marquelia para formarse y poder cobrar el apoyo del gobierno federal.
Sin embargo luego de que la trabajadora fue rescatada por policías municipales y policías ciudadanos de Marquelia porque su horario había terminado las mujeres decidieron esperar y dormir en la iglesia de la cabecera municipal. Algunas son acompañadas por niños que duermen en el piso y en las bancas a espera de poder cobrar hoy.
El pasado miércoles el delegado federal, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros admitió que fue un problema de organización el que ocasionó los empujones y el desorden afuera de la sucursal de Bansefi para que las beneficiarias del programa Bienestar recibieran sus pagos. Aseguró que fue un pago único, que evitarán en próximas ocasiones aglomeraciones, “un gran número de beneficiarios que implicará un cambio en los mecanismos de cobro, los que se tenían”, por lo que abrirán Centros Integradores para evitar la saturación que se experimentó el pasado lunes.
Texto: Israel Flores, Jacob Morales y Mariana Labastida / Foto: Carlos Alberto Carbajal
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