Suman 113 mil 704 muertes por Covid en el país; hay un millón 241 mil 436 casos confirmados

A nueve meses de la llegada del SARS-CoV-2 a México y con un inminente repunte de contagios, el personal de salud público y privado enfrenta otro reto: seguir...

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13 diciembre,2020 9:44 am
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Ciudad de México, 12 de diciembre de 2020. La Secretaría de Salud reportó ayer 685 muertes más por Covid con lo que suman 113 mil 704, hay un millón 241 mil 436 casos confirmados, 12 mil 57 más que el viernes.

En conferencia de prensa en Palacio Nacional este sábado, Ricardo Cortés, director de Promoción de Salud, informó que 3 millones 182 mil 316 personas han sido estudiadas por el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica.

De éstas, un millón 543 mil 802 han resultado negativas a la prueba.

El funcionario indicó que la positividad es del 42 por ciento en la semana 48.

En tanto, explicó que 55 mil 61 personas son sospechosas y están a la espera de su resultado.

Del mismo modo, informó que existen 88 mil 480 casos activos, es decir, el 6 por ciento del total acumulado y que 911 mil 965 pacientes se han recuperado.

Covid-19: una batalla sin tregua

A nueve meses de la llegada del SARS-CoV-2 a México y con un inminente repunte de contagios, el personal de salud público y privado enfrenta otro reto: seguir en la primera línea de atención pese al cansancio físico y mental que viven día a día.’No tenemos espacio y estamos cansados’ En el Hospital General de Zona (HGZ) número 29, de la Alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México, médicos, enfermeros y personal de ropería se sinceran: pese a lo atractivo de los bonos que ofrece el IMSS, el cansancio les impide postergar sus vacaciones.

Antelmo, quien pidió modificar su nombre y cargo para evitar represalias, considera que diciembre llegó cargado de las consecuencias causadas por la imprudencia de la gente que festejó en noviembre y las compras del Buen Fin.

En su unidad hospitalaria, refiere, hace un mes las salas empezaron a llenarse de nuevo.

“En Covid ya no había muchos pacientes, pero después empezamos a saturarnos, empezaron a llegar dos, tres, cuando nada más teníamos un paciente. Después había un 40 por ciento más o menos, 50 por ciento en el primer y segundo piso, que son los que se conocen como pisos Covid, y luego se rebasó la capacidad en Urgencias Covid, que es a donde llega el primer grupo de pacientes con síntomas fuertes”, explica.

Hace dos semanas, cuenta, se alcanzó una ocupación del 90 por ciento, hasta rebasar su límite.

“Esta semana estuvimos mandando pacientes al Autódromo, a la Clínica 27, a La Raza, pero esos también ya están saturados. Estamos más saturados del 100 por ciento, ya no tenemos espacio y los pacientes llegan muy graves, casi para intubación con una saturación entre 60, 54, 45 por ciento”, comenta.

En la zona de Urgencias Metabólicas destinada a personas con enfermedades como diabetes, hipertensión u obesidad, con capacidad para 32 pacientes, hay 72; los dos pisos para Covid y Urgencias Covid, operan al doble de su cupo que es de 33 personas, detalla.

Antelmo señala que los contagios entre personal de salud continúan, los reclamos de pacientes y familiares incrementan al no sentir que reciben la atención necesaria, y cada enfermero debe atender al menos a 10 personas, cuando generalmente estaban asignados a cuatro o cinco.

“Estamos súper cansadísimos, estamos fastidiados. Ayer mucha gente estaba enojada porque tanto como pacientes, familiares, médicos, desde que empiezan a llegar exigen cuidado y nosotros también tenemos muchísimos pacientes. Hay mucho personal que se está yendo de incapacidad. Ya nos supera”.Asueto, el mejor alicientePara Verónica, enfermera de Terapia Intensiva de la Torre Quirúrgica del Hospital General de México, en la Capital del País, obtener dos semanas de vacaciones a finales de diciembre sería el mejor reconocimiento que podría recibir; sin embargo, su petición está sujeta a que haya personal que la cubra.

En un inicio le tocó la atención de Covid-19 y por su horario y labor, en el turno de la noche, le dieron un día de descanso extra al mes y un periodo extra de 15 días de vacaciones.

“Pero todos estos días están condicionados a que haya personal. Dices: ‘Híjole es que ya me siento cansado’, pero resulta que te dicen: ‘Déjame ver si se puede porque no sabemos si llegue o contraten (personal extraordinario)”.

Detalla que aunque debería de cubrir el turno nocturno los lunes, miércoles y viernes, debido a la falta de personal la hacen trabajar lunes, miércoles, viernes, domingo, martes y jueves, es decir, seis desveladas continuas y un descanso en la quincena.

Muchos compañeros, cuenta, se encuentran en la misma situación, pese al desgaste físico y emocional.

Tras el primer pico, su área dejó de atender casos de coronavirus, pero ante el repunte del virus, Verónica ve muy probable que la Torre vuelva a reconvertirse.

“Es totalmente desgastante el trabajo con el equipo de protección. Es mucho estrés”.

Aún así, considera que los compañeros del turno matutino de hospitalización son quienes han vivido los casos más desgarradores.

“Me quedé muy impactada al ver a un paciente de 44 años pidiendo aire a gritos. Nos pedía que no lo dejáramos morir, (…) Como pudimos lo colocamos para intubarse y a pesar de todas las medidas falleció. Esas escenas son muy duras”.Acusan falta de equipoEl 2020 ha transcurrido con los ojos de la enfermera Nancy pegados al reloj y al calendario; sin embargo, dice, no llega la hora en que se vea el fin de “la maldita pandemia”.

Trabaja en la Unidad de Medicina Familiar 120, en la Ciudad de México, sitio que ha sido filtro para canalizar a hospitales a pacientes con coronavirus. Debido a la demanda, cuenta, los casos positivos se han quedado en este lugar hasta dos días.

En mayo, al exterior de la unidad se registraron protestas por falta de insumos. La escasez de materiales, asegura Nancy continúa, o la calidad, considera, es insuficiente, por lo que siguen comprando de su bolsillo.

Ha perdido a compañeros entrañables. De forma reciente a su amiga Marisela Medina.

“Tan sólo en mi unidad que está sobre la Calzada Ignacio Zaragoza (Iztapalapa), es todo un caos. Hay muchos compañeros positivos a Covid-19. Está cada vez más fuerte. Tan sólo mi amiga de 45 años murió por complicaciones. Era diabética, regresó a trabajar en agosto, contaba con permiso Covid, pero después de una evaluación de la médico de medicina del trabajo, la regresó a laborar junto con varias compañeras ya que la carga de trabajo está pesada”, comenta.

Para ella, los incentivos que ofrecen las autoridades de salud no son suficientes para el desgaste que a estas alturas sufre el personal de salud.

“Creen que con un bono de 800 pesos ya se cubre todo lo que estamos dejando en el trabajo, pero esos 800 pesos sirven para comprar caretas de mejor calidad que las que otorga el IMSS, cubrebocas KN95 y overoles”.

“Ya estoy harta de esta maldita pandemia se está llevando a seres queridos”, finaliza.Padece personal insomnio y estrésEn el hospital San José TecSalud, en Monterrey, el 54.8 por ciento del equipo médico que atiende a pacientes con Covid-19 tiene insomnio, el 51.1 sufre ansiedad y el 50.8, estrés.

Los resultados fueron obtenidos mediante una encuesta a 146 elementos, aplicada por Michel Martínez, líder de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de TecSalud, y el psiquiatra Carlos Arnaud, también de TecSalud.

“Están cansados y preocupados, sobre todo los que son padres, porque nos tenemos que apoyar en los abuelos; ahorita no hay guarderías”, señala Martínez.

“El cansancio ahorita es más que nada mental”.

El hospital San José es donde TecSalud atiende a enfermos de Covid-19, que ahora son cerca de 120; su ocupación es del 80 por ciento y va en ascenso, detalla Martínez.

Los pacientes son atendidos principalmente por seis infectólogos y cinco neumólogos.

Como apoyo hay 14 intensivistas, 10 médicos urgenciólogos y 10 internistas, y especialistas como cardiólogos, cirujanos, nefrólogos, urólogos, neurocirujanos. Las enfermeras son alrededor de 230. Contando a los técnicos y el personal de limpieza, el equipo de atención a pacientes con Covid-19 llega a 800 personas.

Los infectólogos, por ejemplo, tienen un rol de descansos que es intercalado de uno o dos días por semana.

“El modelo de nosotros, los infectólogos, con ese día o dos de descanso sirven. Creo que es lo que nos ha mantenido unidos como equipo a lo largo de 10 meses”, comparte Martínez.

“Finalmente ese día que no vas a la zona Covid tienes que ver a tus pacientes en algún otro hospital. Salvo el día de mi cumpleaños, no ha pasado un día sin que vea pacientes.’Resulta frustrante que no se cuiden’Tras nueve meses de estar en la línea de batalla contra el Covid-19, el personal de salud de Oca Hospital, en Monterrey, Nuevo León, está cansado, señala Cynthia Ocegueda, directora médica del área Covid de este centro privado.

Aunque existe agotamiento físico ante las largas jornadas laborales, indica, lo más desgastante es lidiar con una enfermedad incierta.

“No hay una cura, no hay una vacuna, tienes todos los medios, los intubas, les pones medicamentos y de todas formas el paciente no mejora. Empieza a haber una cierta frustración o tristeza de que les va mal a pesar de todos los esfuerzos”, expresa.

También es frustrante que los ciudadanos no se cuidan y llegan tarde al hospital, cuando su estado de salud es más complicado, señala.

“La gente no hace caso, la gente llega tardíamente a los hospitales, no se cuida, entonces, sí llega a ser un poquito desgastante estar dando el 100 por ciento”.

Para combatir el cansancio, el equipo formó un grupo donde comparte técnicas de relajación y ejercicios de reducción de estrés.

“Tienes que buscar ayuda, no puedes decir que tú solo vas a salir adelante porque te agota y llega un momento en que pierdes el punto o pierdes el sentido”, explica Ocegueda.

Los turnos laborales varían según cada departamento. En el área de enfermería, por ejemplo, el personal trabaja 12 horas y descansa 36.

Todos tienen al menos un día de descanso, excepto ella, quien acude al hospital todos los días.

Ante la posibilidad de que en las próximas semanas aumente la hospitalización, estos días están turnando vacaciones. Actualmente, están ocupadas 33 de 54 camas.’La pandemia nos vino a cambiar todo’La pandemia no sólo ha obligado al personal de salud a prácticamente vivir en los hospitales, sino también a cambiar de hábitos y alejarse de sus familias.

“Nos cambió todo, nos cambiaron turnos, horarios, guardias, descansos, vacaciones, todo. Debemos de estar rolando para cubrirnos”, cuenta una médica del IMSS, quien prefiere mantener el anonimato.

Esto también impactó en su vida familiar: de tener un horario matutino, se le cambió al nocturno, por lo que llega a casa, duerme un par de horas y se levanta para atender a sus hijos y apoyarlos en la escuela.

“Ya estamos cansados, pero esto sigue, la epidemia sigue y crece, la gente no entiende y se va de fiesta y así, por más esfuerzo que hagamos, no podemos”, lamenta.

Durante la reapertura económica en Jalisco, en junio pasado, se incrementó el número de pacientes que llegaba a los hospitales.

De acuerdo con otro médico del Hospital Civil, en Guadalajara, y quien también reservó su nombre, las áreas llegaron a estar llenas. Un paciente era dado de alta o fallecía y ese espacio se ocupaba de inmediato.

Y aunque actualmente la ocupación hospitalaria es de 30.4 por ciento en esta entidad, con 832 pacientes internados en nosocomios públicos, hay hospitales al límite de su capacidad en camas generales y con respirador, como el Regional de Puerto Vallarta, el Hospital 7 del IMSS, en Lagos de Moreno, el Hospital Regional de Tepatitlán y el Ángel Leaño, según la Red IRAG.

Ante esta situación, Víctor Huerta, integrante de la Asociación de Salud Mental de Jalisco, afirmó que es necesario que las instituciones de salud den tiempo para el descanso de sus trabajadores.

 

Texto y foto: Agencia Reforma

 

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