Ciudad de México, 4 de octubre de 2017. A pesar de recibir una jugosa oferta de último minuto del multimillonario Carlos Slim, la selección mexicana de futbol renovó por ocho años más el contrato por los derechos televisivos con Televisa y TV Azteca, las dos cadenas más poderosas del país, en un movimiento lleno de polémica.
El nuevo acuerdo, para los siguientes dos ciclos mundialistas Qatar 2022 y el Mundial de 2026 era inevitable, ya que había una cláusula de renovación automática en favor de las televisoras, que los dueños de clubes opositores denunciaron como poco transparente.
“El contrato era de ocho años con una cláusula de renovación de ocho años más”, señaló Alejandro Irarragori, dueño del Santos Laguna y parte del “Comité de Comercialización” de la Federación mexicana, compuesto por cuatro equipos y creado hace ocho meses precisamente para revisar la situación actual de derechos de transmisión.
La selección mexicana es uno de los grandes negocios del fútbol local y es por eso que todas las decisiones, ya sea deportivas o comerciales, recaen en el llamado “Consejo de dueños” de los 18 equipos de la Primera División. “Por más halagador que sea una propuesta económica, hay un contrato firmado”, le dijo Irarragorri al diario “Marca”.
El directivo se refería a la oferta que el multimillonario Carlos Slim, a través de su empresa “América Móvil” y aliado con “NBC Universal/Telemundo”, presentó el jueves pasado por los derechos de las transmisiones televisivas de la selección mexicana de fútbol.
Según los opositores al acuerdo, la supuesta cláusula de renovación obligatoria surgió en la conversación a partir de que una oferta de terceros apareció en la mesa.
La tardía propuesta de Slim y compañía fue desechada casi de inmediato y la Federación mexicana de fútbol anunció un día después la renovación con las televisoras. Hubo 12 equipos que votaron a favor contra los cuatro que lo hicieron en contra.
Pero, debido a la avalancha de críticas, los dueños tuvieron que justificar su decisión en un comunicado, aunque ninguna de las dos partes reveló sus cifras.
Lo más destacado del nuevo acuerdo fue que se triplicó el beneficio económico con respecto al período anterior. Los medios locales aseguran que la oferta de Televisa y TV Azteca fue de 240 millones de dólares, 20 millones menos que lo supuestamente ofrecido por América Móvil y Telemundo, como reclamaban los opositores.
También se eliminó la figura de la cláusula de renovación automática del contrato, que según los defensores del acuerdo era un impedimento a la hora de analizar otras ofertas.
El tercer beneficio fue la obtención de “ingresos variables por la explotación de derechos en plataformas digitales”, una de las apuestas principales de Slim.
Pero Jesús Martínez, dueño de Pachuca y una de las principales voces opositoras a la renovación, denunció este lunes que algunos dueños habían sido amenazados para votar a favor del acuerdo.
“Me dijeron (algunos directivos): ‘oye nos están amenzando'”, manifestó Martínez en “ESPN”. “En ningún momento les habían mostrado el contrato anterior y les dijeron que si ponían trabas habría un aumento de apenas el 20 por ciento”, aseguró, aunque preservó la identidad de los dirigentes para protegerlos.
Ante los cuestionamientos, Irarragorri defendió la decisión de no dar a conocer ninguna cifra. “El futbol mexicano es un negocio privado que no tiene la obligación de declarar sus ingresos ante la población en general”, declaró tajante a la cadena “Fox Sports”.
Durante el ciclo mundialista pasado, cuando el pasaje al Mundial Brasil 2014 era incierto para México, la cadena “ESPN” aseguró que, si el “Tri” no hubiera asistido a Brasil 2014, las pérdidas económicas habrían sido de hasta 600 millones de dólares.
Este año, México se clasificó con tranquilidad a Rusia 2018. Además, como la cereza del pastel, el “Tri” podría ser sede del Mundial de 2026, ya que es el único que formalizó su candidatura conjunta con los Estados Unidos y Canadá.
Aunque fuera Slim, un peso pesado de los negocios mundiales, el que tocara a la puerta, las televisoras locales, acostumbradas a dominar sin concesiones el fútbol mexicano, fueron implacables con uno de sus productos más rentables: la selección.
Texto de DPA/ Foto de Selección Nacional de México (Facebook).
