Terminó el “efecto boda real”: los británicos vuelven a sus problemas

Mientras el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, recorrían en su carroza Windsor el fin de semana bajo un sol radiante, problemas como el terrorismo, el incendio...

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21 mayo,2018 1:41 pm
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Texto: Christoph Meyer, DPA / Foto: EFE

Mientras el príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, recorrían en su carroza Windsor el fin de semana bajo un sol radiante, problemas como el terrorismo, el incendio de Grenfell o el Brexit parecían más bien lejanos.
Decenas de miles de personas los vitoreaban y ondeaban la Union Jack, como se conoce la bandera del Reino Unido. El obispo estadunidense Michael Curry emocionaba a los invitados a la boda real con un sermón inflamado sobre el poder transformador del amor. Por un momento, el mundo parecía detenerse.
Pero los problemas ya volvieron. El martes se cumple un año del atentado contra el Manchester Arena, donde tocaba Ariana Grande, y en el cual murieron 23 personas y cientos resultaron heridas o traumatizadas cuando Salman Abedi detonó una bomba fabricada por él mismo. El Reino Unido fue el año pasado objetivo de cinco atentados terroristas con un total de 36 muertos. Hace poco, el jefe del servicio secreto interior MI5, Andrew Parker, afirmó que la milicia terrorista Estado Islámico (EI), planeaba más atentados “demoledores” y “complejos”.
La primera ministra británica, Theresa May, y el príncipe Guillermo participarán este martes en una misa en la catedral de Manchester, mientras la jefa de Gobierno se enfrenta a difíciles preguntas. ¿Se podría haber evitado el atentado si la policía hubiera estado mejor preparada? Abedi no era un desconocido y como ministra de Interior, May fue responsable de recortes sin precedentes en la policía.También se criticaron los ahorros en el cuerpo de bomberos.
Las fuerzas especiales no pudieron acceder a las víctimas hasta horas después por motivos de seguridad. Y las líneas de emergencia para los afectados que iba a crear la empresa de telefonía móvil Vodafone no funcionaron.
También son conmocionantes los testimonios de los familiares de las víctimas del catastrófico incendio de Grenfell que declaran desde esta semana en una investigación pública. Setenta y dos personas murieron en el incendio del edificio de varios pisos de Londres en junio de 2017. La composición del jurado y el nombramiento del juez también fueron controvertidos, al igual que el alcance de la investigación.
El Brexit también preocupa a los británicos. Sigue sin quedar claro cómo hará el Gobierno para evitar que, después de los dos años de fase de transición tras la salida de la Unión Europea (UE), se restablezcan los controles fronterizos entre Irlanda del Norte (británica) y la República de Irlanda, que es miembro de la UE.
El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, habla abiertamente de que el Reino Unido podría salir de la UE en marzo de 2019 sin acuerdo si no se encuentra una solución. Bruselas pide que los británicos hagan propuestas concretas hasta fines de junio.
La primera ministra, Theresa May, está bajo presión desde todas partes. Los rebeldes cercanos a la UE de su partido conservador quieren unirse a la oposición para atarla de manos y buscan asegurarse al menos la permanencia en la unión aduanera. Por otra parte, los partidarios de la línea dura en el “Brexit” de su partido amenazan con derribarla si no impone el duro curso del “Brexit”. La próxima semana podría haber un enfrentamiento en el Parlamento. Ya hay incluso rumores de elecciones adelantadas.
Con este contexto, es posible imaginar que muchos británicos sueñan en estos días con poder recrear al menos por un rato el “efecto boda real” que los hizo olvidar por unos días sus mayores problemas.
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