Ubica al caído capo como líder máximo del Cártel de Sinaloa. Señala que el tráfico de drogas estaba protegido gracias a los sobornos a la PGR y a la Policía Federal de Caminos. Lo más efectivo, advierte, era enviar drogas en pipas de gas.
Nueva York, 15 de noviembre de 2018. El gobierno de Estados Unidos llamó al estrado a Jesús El Rey Zambada, el primer testigo involucrado con el Cártel de Sinaloa que cooperará en el caso contra Joaquín Guzmán Loera, El Chapo Guzmán.
En un interrogatorio por parte de la Fiscalía que se extendió por casi tres horas, el hermano de Ismael El Mayo Zambada detalló con precisión la jerarquía de la organización criminal; la forma en que traficaban droga entre Colombia, México y Estados Unidos; las ganancias que les dejaba el crimen y hasta dónde podían obtener las mejores utilidades.
El Rey entró a la sala vestido con el uniforme azul que portan los prisioneros en Estados Unidos. Casi sin cabello y con un semblante resignado, no cruzó la mirada con El Chapo sino hasta el receso, cuando ambos se reconocieron con un ligero movimiento de cabeza.
A petición de la Fiscalía narró que, tras el escape de Guzmán del penal de Puente Grande en 2001, en un momento en que estaba a punto de ser capturado por el Ejército mexicano, los hermanos Zambada coordinaron el arribo de un helicóptero que recogió al sinaloense y evitó que fuera capturado.
Durante su testimonio, se refirió constantemente a El Chapo y a El Mayo como socios y líderes del Cártel de Sinaloa. En la jerarquía de la organización, dijo, también se encontraban los sublíderes; los “trabajadores”, incluyendo sicarios, choferes e ingenieros; así como las autoridades corruptas.
Bajo juramento, dijo que los sobornos que entregó el Cártel de Sinaloa fueron para funcionarios a nivel estatal y federal, así como a la Policía Internacional, conocida como la Interpol.
Y el periodista Alan Feuer, quien cubre desde adentro el juicio en Nueva York contra Guzmán Loera, precisó que Zambada dijo que los sobornos más importantes en el estado de Sinaloa fueron pagados generalmente a los gobernadores en turno y a los fiscales, a los directores de la Policía Federal, a la Policía Federal de Caminos y a la policía municipal.
“Dijo que en 2004 El Chapo le hizo traer 100 mil dólares para un general Toledano que, en ese momento, trabajaba en Guerrero, para que el Cártel [de Sinaloa] pudiera importar más fácilmente cocaína colombiana a la orilla del mar. Zambada también dijo que a menudo pagaba a los militares, incluyendo las fuerzas especiales”.
Zambada admitió que, entre 1987 y 2008, fue el contador del Cártel de Sinaloa y encargado de recibir la droga colombiana en el aeropuerto de la Ciudad de México, para después coordinar su envío a Estados Unidos. Para mover toneladas de cocaína utilizaban barcos, lanchas, aviones, submarinos y camiones.
Sin embargo, aseguró que la manera más efectiva de trasladar la droga era a través de pipas de gas, dado que las autoridades no podían abrirlas por miedo a una fuga del gas.
El tráfico de drogas, dijo, estaba protegido gracias a los sobornos a la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Policía Federal de Caminos (PFC), que los resguardaba en el tráfico por tierra. El Cártel de Sinaloa llegó a controlar los puntos principales de la frontera con Estados Unidos, aseguró.
También testificaron dos agentes de la Agencia Antidrogas del gobierno de Estados Unidos, quienes participaron en el operativo en Agua Prieta en mayo de 1990, cuando incautaron 945 kilogramos de cocaína con 95 por ciento de pureza.
El gobierno de Estados Unidos también presentó una moción ante el juez de la Corte Federal de Brooklyn, Brian Cogan, para eliminar todo el argumento inicial de la defensa de Joaquín El Chapo Guzmán.
El martes, el abogado Jeffrey Lichtman acusó al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y al presidente Enrique Peña Nieto de recibir sobornos del Cártel de Sinaloa, como parte de una confabulación para proteger a Ismael El Mayo Zambada.
“El alegato inicial hecho el martes por el Sr. Lichtman estuvo tan lleno de cosas impropias que el Tribunal debería eliminarla en su totalidad”, lee la moción.
La moción considera impropia la afirmación de que los gobiernos de México y Estados Unidos seleccionaron a El Chapo para perseguirlo debido a su estatus como “figura mitológica”; que lo eligieron en lugar del Mayo y que han cometido acciones indignantes en su desesperación por procesar al sinaloense.
Asimismo, destacó que algunas afirmaciones, como que el gobierno mexicano posiblemente asesinó al cardenal Juan Jesús Posadas, son frases retóricas que no pueden ser probadas con la evidencia que se tiene en el caso.
Aunque el juez desestimó la moción, pidió al abogado de El Chapo moderar sus alegatos y abstenerse a argumentos que puedan ser comprobados con evidencia.
Texto: Grupo Reforma
Foto: Archivo El Sur-EFE
