Un sureño en Perú I*

“¿Quieres coquear?”, me preguntó con una sonrisa Zacarías, le contesté que sí y me dijo que habría que salir muy temprano para ir a la selva a recolectar...

460 0
13 octubre,2019 8:00 am
460 0

Polvo de coca, por Carlos Alberto Carbajal*
Acapulco, Guerrero, 12 de octubre de 2019. San Andrés es un pequeño pueblo de unas 20 casas en la selva amazónica. Para llegar hay que tomar una lancha que sale de Iquitos recorriendo los ríos Nanay y Momón, una media hora. Se respira tranquilidad.
Al lugar llega de vez en cuando uno que otro turista despistado que casi siempre es recibido por Zacarías, un nativo bora de unos 70 años, quien ha trabajado para el Ministerio de Cultura de Perú como traductor de libros de cuentos y de la Biblia al bora, trabajo que lo ha llevado a recorrer la Amazonía, que afirma, conoce como la palma de su mano.

San Andrés una pequeña comunidad de nativos Boras, ubicada en la selva peruana. 

Además de ser traductor, Zacarías es especialista en preparar polvo de  hoja de coca, utilizado en las ceremonias de los nativos boras para invocar a los espíritus.
“¿Quieres coquear?”, me preguntó con una sonrisa Zacarías, le contesté que sí y me dijo que habría que salir muy temprano para ir a la selva a recolectar las plantas necesarias.
En la mañana me esperaba muy temprano a la orilla de un camino, nos introducimos por una pequeña brecha hacia la selva y caminamos unos minutos hasta encontrar hojas secas del árbol yarumo. Después de recolectar las suficientes nos dirigimos a su chacra (un pequeño terreno de cultivo) donde siembra plantas de coca, las cuales corta delicadamente, y entonces nos dirigimos al patio de su vivienda, en donde se hace la preparación.
Las hojas de coca primero son tostadas en una cazuela de aluminio durante una media y poco a poco se deshidratan hasta quedar secas. Durante la preparación Zacarías entona cantos en lengua bora, que se usan para acompañar sus danzas rituales; “la anaconda se enrosca en el agua y forma una pequeña isla de tierra”, dice el canto traducido al español. Después toma las hojas de yarumo y las quema, mientras tritura las hojas de coca hasta hacerlas polvo, toma las cenizas de yarumbo y las mezcla con el polvo de coca y cuela la mezcla hasta que se convierte en un polvo fino.
“Está listo”, dice y toma una pequeña bola que contiene ampiri, una pasta concentrada de tabaco, que es el ingrediente final, prende un mapacho, un cigarro artesanal de la selva cuyo humo es utilizado para ahuyentar a los malos espíritus.
“Ahora es tu turno, Carlos” y me invita a probar. Con una cuchara toma el polvo de coca, lo pone sobre la lengua y sostiene un poco la respiracion. Poco a poco el polvo se mezcla con la saliva y muy pronto se sienten los efectos: entumecimiento de la boca, energía y falta de apetito.
Se tiene registro del consumo de la hoja de coca desde hace 8 mil años, entre las culturas pre incas e incas de Perú.
La hoja de coca se tiene registro de su consumo desde hace 8 mil años, entre las culturas pre Incas e Incas de Peru. 

* Esta es la primera entrega de una serie de fotorreportajes que se publicarán cada sábado en estas páginas, y los domingos en nuestro sitio de internet https://devtest.suracapulco.mx/fotogalerias/.
 

In this article

Join the Conversation