Villarreal existe y lucha: la hegemonía del APRA 

¿En qué condiciones institucionales se encuentra Villarreal para que se llegue a estos límites? Los factores son varios, la suma de ellos configuran la realidad en la que...

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15 octubre,2017 5:02 pm
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Lima, Perú, 16 de octubre de 2017. Hace aproximadamente un año, en julio de 2016, se gestó la protesta estudiantil sin precedentes en la universidad pública más conservadora y desorganizada en cuanto a reivindicaciones estudiantiles se refiere. Los 15 locales de las 18 facultades de la Universidad Nacional Federico Villarreal[2], dispersos todos ellos en Lima Metropolitana, fueron tomados por sus indignados estudiantes y egresados como medida de fuerza, exigiendo la renuncia de la Asamblea que tenía a su cargo la redacción de un nuevo estatuto universitario. Además, el movimiento denunció su rechazo a la multa impuesta a la universidad por la Superintendencia Universitaria de Educación Superior (SUNEDU)  y que ascendiera a la suma de un millón 185 mil nuevos soles[3]. Por otro lado, SUNEDU también sancionó la permanencia ilegal de las autoridades con el desconocimiento de las firmas de los decanos de facultad, las cuales son indispensables para la tramitación de los grados y títulos de los egresados.

La causa de ambas medidas, haber encontrado vicios en el proceso de adecuación de la nueva ley universitaria aprobada en julio del 2014; proceso que estaba a cargo de la asamblea estatutaria y de su predecesor en la adecuación, el Comité Electoral Transitorio.[4]

Los estudiantes, con algunos precedentes, temían que esta multa fuera cobrada de los recursos ordinarios o directamente recaudados considerándola una medida injusta, cuando la responsabilidad legal del descalabro institucional era del rector, vicerrectores y decanos. Sin embargo, usted lector se debe estar preguntando por qué una universidad pública debería pagar de su recortado presupuesto[5] la retorcida gestión de sus “autoridades” si sus recursos son producto de la recaudación de impuestos a todos los peruanos. O por qué los egresados, que salen de la universidad para insertarse en un puesto de trabajo, ganar experiencia y un salario que les permita prosperar, deben perder oportunidades de trabajo por no contar con el documento que los certifica para ejercer la profesión por la que estudiaron sacrificadamente durante años.

¿En qué condiciones institucionales se encuentra Villarreal para que se haya llegado a estos límites? Los factores son varios, la suma de ellos configuran la realidad en la que viven aún hoy sus estudiantes y que pasaremos a contar en esta primera parte.

Villarreal es una universidad con 64 años de vida institucional,  relativamente joven si la comparamos con casi todas las universidades públicas de la capital. San Marcos, la más longeva del continente, tiene cerca de cinco siglos de existencia. La Universidad Nacional de Ingeniería, con poco más de un siglo, al igual que la Universidad Nacional Agraria La Molina. Sin embargo, Villarreal tiene una característica fundacional peculiar: además de su corta edad, que no tienen las universidades antes mencionadas. Los académicos gestores de su creación fueron convictos y confesos militantes del considerado primer partido moderno de la historia republicana, el Partido Aprista Peruano.[6]

En sus inicios el APRA gozaba del prestigio popular al ostentar una doctrina antiimperialista y ser un partido de masas. No obstante, tal prestigio fue mellado a consecuencia de ciertos virajes  políticamente conservadores en sus primeros treinta años de historia; la más  controversial de sus tácticas, el pacto con sus persecutores políticos para participar de la “democracia” que defendía el régimen tradicional de haciendas pactando tibias reformas a la concentración de la propiedad de la tierra con el único fin de evitar el germen de una revolución socialista en los Andes peruanos.

Ya cuando el APRA llega al poder por primera vez en 1985, según el sociólogo Carlos Reyna en su investigación La anunciación de Fujimori: Alan García 1985-1990; producto de este viraje y el ascenso del general Juan Velazco al gobierno que se propuso aplicar un programa de reforma agraria que el aprismo reclamaba como suyo, el APRA recibe un golpe durísimo con el crecimiento de la izquierda marxista en las universidades, sindicatos y las organizaciones populares en los años setentas. La generación de Alan García fue la que vio cómo las centrales sindicales y campesinas de su partido se convertían en cascarón. El aprismo, sostiene Reyna, sólo mantenía el control en la Universidad Federico Villarreal, pero allí campeaba una escandalosa corrupción, al punto de que una parte de la juventud aprista tuvo que enfrentarse a los funcionarios, también apristas, de tal universidad; juventud que se expresaba en los términos antiimperialistas y radicales originales del partido[7] para intentar recuperar el prestigio perdido y renovar la dirigencia.

Desde entonces, nada queda del ambicioso proyecto continental del joven Haya de la Torre y de quienes perdieran la vida por el ideal revolucionario. Sólo una enrarecida mística partidaria, corroída por sórdidos casos de corrupción y violación de los derechos humanos durante los dos periodos que gobernaran el país, bajo la complacencia de sus bases y la impunidad del único presidente de la república vivo que no ha sido condenado por ninguno de sus delitos siendo gobernante. Siendo estos innumerables para la brevedad del caso, dejamos para su consulta un recuento en este pie de página.[8]

Bajo ese espectro de impunidad hoy vive Villarreal en el imaginario popular capitalino. Si usted caminara por los pasillos de alguno de los locales de la universidad, seguro encontraría el retrato de Haya o algún otro líder histórico en sus muros, la bandera indoamericana o alguna otra iconografía distintiva. Eso sin contar las pegatinas de la estrella de cinco puntas que lucen como signo partidario y que el Comando Universitario Aprista, órgano oficial de juventudes, deja en aulas y pasadizos cada 22 de febrero; fecha en que celebran oficialmente el Día de la Fraternidad con romerías y cantando La Marsellesa aprista, himno oficial, a viva voz, donde entonces se alzara el desaparecido busto de Haya, sobre un pilar con una frase grabada que permanece y dice “A la gloria eterna de Víctor Raúl”; reventando bombardas con pañuelos en mano, agitándolos con cada viva al “jefe”.

La simbología es un componente omnipresente que sin lugar a dudas reclama el espacio universitario como si fuese propio. Termina siendo entonces, un  lugar más de culto partidario,[9]a tal punto que uno culmina preguntándose, ya algo desubicado, ¿quién fue Federico Villarreal? ¡Ah, claro!, el sabio matemático que a sus 23 años superase el binomio de Newton y que funge como nuestro patrono. Hoy Haya se encuentra defenestrado por el usurpado busto de Villarreal. Como la toma de las 15 facultades, también cumple su primer aniversario en el lugar que le fuese arrebatado. Incólume, solemne, ornamentado sobre los azulejos de lo que parece ser una estrella de David y las escalinatas de mármol que dan al paraninfo de estilo republicano del local central.

Sin embargo, tal espectáculo es algo que al estudiante promedio poco o nada le inmuta. La universidad se hizo para estudiar, terminar la carrera y a trabajar, es lo que la mayoría piensa. ¿Acaso no levanta sospechas que un partido con los antecedentes que tiene fuera de la universidad alternándose el gobierno nacional, viva sin intermitencias de los recursos de la universidad sin causarles pudor mostrar en público su inmunda afiliación? No es que uno espere que de la universidad salga el o la nueva promesa de la política peruana. De ser así, bienvenido sea, pero la universidad, e incluso la ciudad, ameritan protesta y propuesta sobre su presupuesto y gestión. En fin, el funcionario o militante aprista lo sabe bien y saca provecho de la displicente actitud. Salvo que estén en juego necesidades que no sean negociables.

Artículo de Álvaro Liendo Moscoso para El Sur.

[1] Alianza Popular Revolucionaria Americana

[2] En sus siglas, UNFV

[3] http://larepublica.pe/impresa/sociedad/781660-sunedu-multa-con-un-millon-185-mil-soles-la-universidad-villarreal-por-faltas-graves

[4] https://www.sunedu.gob.pe/comunicado-situacion-de-la-universidad-nacional-federico-villarreal-ante-la-ley-universitaria/

 

[5] A inicios del 2017 el Ministerio de Economía y Finanzas redujo cerca de 6millones del presupuesto institucional de Villarreal. http://exitosanoticias.pe/reducen-presupuesto-para-17-universidades-publicas/

[6] http://www.unfv.edu.pe/site/resena-historica. Ramiro Prialé fue, el más destacado de sus dirigentes, fue secretario general del APRA entre 1945 y 1965.

[7] http://lanic.utexas.edu/project/laoap/desco/desco00001.pdf

[8] http://larepublica.pe/politica/699434-alan-garcia-y-el-historial-de-denuncias-y-malos-manejos-que-pesen-en-su-contra

[9]https://www.facebook.com/cuaVilla/photos/a.447898848634800.1073741825.288648717893148/447898998634785/?type=3&theater

 

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