Texto: Mariana Montes / Agencia Reforma/ Foto: ONU
Monterrey, Nuevo León, 7 de marzo de 2018. En las elecciones del 1 de julio, millones de mexicanas ejercerán el derecho al voto para marcar el rumbo del país.
El sufragio femenino, tan natural hoy, es el resultado del esfuerzo de mujeres que desafiaron al establishment.
“Muchos hablan de que a la mujer se le concedió el voto, pero estas palabras no son correctas”, expresa Miriam Hinojosa Dieck, politóloga y consejera electoral. “El voto es un derecho y a la mujer, como ser humano, se le reconoce, no se otorga”.
La batalla por el sufragio se desarrolla a la par de los movimientos feministas del resto del mundo con auge en el siglo XX, agrega la socióloga María Gutiérrez Falcón.
En vísperas del Día Internacional de la Mujer y en año electoral, ésta es una breve historia del voto femenino en México.
La historia comienza en 1857 cuando un grupo de mujeres envía una misiva al Congreso Constituyente, pidiendo que se les reconozca el sufragio.
“En el texto de esta Constitución no se incluye expresamente el derecho, pero tampoco se niega, y esta ambigüedad se vuelve importantísima en la lucha”, señala Hinojosa Dieck.
En el país también se realizan congresos feministas donde se tocan, entre otros temas, la oportunidad de que ellas puedan aspirar a un puesto de elección popular, dice Gutiérrez Falcón.
Pero la historia se repite en el Congreso Constituyente de 1917: los diputados hacen oídos sordos al movimiento sufragista, y una vez más el texto no reconoce el voto femenino, aunque tampoco se niega.
“En estos años surge la figura de Hermila Galindo, quien aprovechando la falta de claridad en la Constitución se lanza como candidata a diputada, carrera que pierde”, asegura Gutiérrez Falcón, también catedrática de la UDEM.
Llega la victoria
Mientras las mexicanas empujaban por el derecho al voto, otros ofrecían argumentos para negárselo, asegura Dieck Hinojosa. Decían que no tenían la suficiente educación o que eran fácilmente influenciadas por los sacerdotes.
“Incluso había feministas que se oponían a que se les reconociera el derecho, porque decían que un mundo tan corrupto como la política, no comulgaba con sus actividades tan nobles”, puntualiza la consejera electoral.
Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas se estuvo a un paso de lograr el objetivo, pero el triunfo del conservadurismo en España, ligado al clero y la religión, hizo surgir miedos que derrumbaron todo, añade la politóloga.
La victoria llegaría hasta el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines quien, en campaña, ya esbozaba el apoyo a las sufragistas.
“Empoderadas, ellas consiguieron 500 mil firmas en apoyo a su causa, lo que hizo que el presidente mandara la iniciativa al Congreso”, indica Gutiérrez Falcón.
¿La fecha de su triunfo? El 17 de octubre de 1953. La mujer ya podía votar y ser votada.
