“Yo no estoy enferma”, Beatriz Plancarte, sobreviviente del cáncer

Acapulco, Gro., 19 de octubre de 2017.- “Yo no estoy enferma” fue la frase que una y otra vez se repitió Beatriz Plancarte desde que se enteró que...

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19 octubre,2017 2:25 pm
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Acapulco, Gro., 19 de octubre de 2017.- “Yo no estoy enferma” fue la frase que una y otra vez se repitió Beatriz Plancarte desde que se enteró que el tumor que tenía en el seno derecho era cancerígeno y así evitaba pensar en la muerte que para muchos es el sinónimo de cáncer.

Beatriz  fue uno de los 428 casos de cáncer de mama detectados el año pasado en el Instituto Estatal de Cancerología (Iecan). En este año, hasta septiembre se han registrado 330 nuevos casos; desde 2010 las cifras de este padecimiento se han incremento debido a las campañas de detección oportuna.

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, enfermedad de la cual se detectan en promedio 1.1 casos al día en Guerrero, indicó el director Médico del Iecan, Abelardo Medina Martínez.

Beatriz, colaboradora de El Sur, recordó que tenía todos los factores para desarrollar cáncer, no solo el antecedente familiar, sino también la edad (42 años), no hijos, desvelos (lleva 18 años trabajando de noche), vida sedentaria, alcohol y tabaco.

Al enterarse se puso como reto vencer el cáncer en un año. “Dije: en un año ya esto para mi va a ser historia, entonces necesito cumplir con todo lo que me digan para cumplir con la meta”.

El cáncer de mama afecta principalmente a mujeres que están entre los 60 a los 64 años, le siguen mujeres de entre los 50 a los 59 años, en tercer lugar están las de 45 a 49 años, le siguen las de más de 65 años y en menor frecuencia las de 25 a 44 años, y algunos casos de mujeres de 20 a 24 años.

Ante el temor del cáncer, Beatriz era constante en la autoexploración. El primer síntoma que tuvo fue una bolita que después de una revisión médica le dijeron que era de grasa, sin embargo seis meses después el tamaño había incrementado al triple y estaba dura. Los cambios en su descubrimiento alertaron a su doctora que le mandó nuevos estudios y dos meses después de haber encendido la alarma le estaban confirmando que era un tumor cancerígeno.

“Por la falta de información que tenemos uno piensa cáncer y es sinónimo de muerte, por dentro estaba muerta de miedo, pero yo desde un principio decía yo no estoy enferma, nunca me declaré enferma”, recuerda del día que le informaron el diagnóstico. Lo más difícil en ese momento fue informarle a su familia. “Yo les dije esto no me va a vencer”.

La confirmación se la dieron en el Iecan, donde no perdieron tiempo en empezar su tratamiento: el tumor estaba en etapa 3 con un tamaño de 6 centímetros; tres semanas después de su diagnóstico vino la primera quimioterapia. En total recibió seis quimioterapias, tres de ellas la llevaron de emergencia al hospital al descompensar su cuerpo y en esos momentos pensó en renunciar al tratamiento.

“En todo mi proceso médico la etapa de la quimio fue la que más sufrí” tuvo que incapacitarse después de su segunda quimioterapia para seguir su tratamiento.

“La familia jugo un papel fundamental, empieza el proceso de aceptarme, de verme en el espejo de decir esta soy yo, fue devastador, complicado y sí lloré mucho a solas porque no quería que mi familia lo sufriera; en más de una ocasión me dieron ganas de tirar la toalla porque sentía que el cuerpo ya no respondía, pero cuando mi familia veía que yo ya no podía más, me daban ánimos”.

Después de las quimioterapias el tumor se redujo a un centímetro, lo que sorprendió a los médicos e incluso ella pensó que libraría la cirugía, pero no fue así: en abril entró al quirófano donde le extrajeron el seno.

“Yo siempre he estado consciente que una mujer es más que una apariencia física, me paré y me vi al espejo: sí, fue fuerte, aunque antes hice un ejercicio para despedirme de mi seno, pero estaba en una realidad que no visualizaba, yo decía hace un año estaba yo bien”.

Luego de la cirugía vino una etapa de 28 radioterapias, que los médicos decidieron que las recibiera por el tamaño inicial del tumor.

A un año y dos meses de haber sido diagnosticada, en septiembre le informaron que no hay cáncer en su cuerpo, sin embargo los cuidados deben de seguir, por dos años más tendrá revisiones frecuentes para confirmar que no se presente nuevamente la enfermedad.

Como creyente católica confía en que los “tiempos de Dios son perfectos”. En este tiempo no recuerda haberse reprochado ni reprochar el tener cáncer, “yo lo tomé con filosofía, jamás me puse a reprochar porqué yo”.

A quienes acaban de diagnosticar les dijo que “no pierdan el ánimo, el ánimo juega un papel fundamental. Si se acaban de enterar, que no se dejen abatir por la pena, ya esta el problema hay que darle con todo y mantener el buen ánimo, disfrutar cada momento; que si necesitan ayuda la pida y que no dejen por nada del mundo el tratamiento que los médicos les den, aunque les hablen la medicina alternativa porque finalmente es el que nos va a salvar”.

Pidió no tratar a las mujeres con cáncer como “bichos raros”, porque ella se enfrentó a la pena de salir a la calle donde la hicieron sentir “señalada, rechazada, marginada… nos hacen sentir que traes una enfermedad contagiosa, cuando no es así, la sociedad a veces s bastante cruel”.

El director médico del Iecan, Abelardo Medina indicó que Guerrero ocupa el lugar 28 en la mortalidad por cáncer de mama, con un índice de 11.3 por cada cien mil mujeres. El año pasado se hicieron en el instituto 14 mil 467 mastografías, se diagnosticaron 428 casos nuevos, lo que significa un promedio de 1.1 casos por día.

Medina Martínez expuso que la campaña de detección oportuna del cáncer, no solo de mama sino de otros, ha permitido que la detección oportuna de este padecimiento se incremente. Indicó que desde que se iniciaron las campañas en 2010 inició la curva ascendente de casos.

“Eso nos ha permitido encontrar casos de cáncer de mama en etapas más tempranas; el pronóstico tiene que ver directamente con la etapa en la que se detecte, tumores de menos de 2 centímetros que no han dado enfermedad a otros órganos tienen una sobrevida de más del 85 por ciento”, explicó. Añadió que en las etapas 4, la mortalidad es cercana al 70 por ciento.

Recordó que el cáncer es multifactorial, los que se pueden modificar son la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, que afectan principalmente a mujeres jóvenes y los que no se pueden modificar son el estado hormonal, y la herencia genética.

De acuerdo con las cifra del instituto los municipios en los que se han registrado más casos de este tipo de cáncer son Acapulco, Chilpancingo, Tecpan, Atoyac, Zihuatanejo, Petatlán, Coyuca de Benítez, San Marcos, Iguala y Taxco.

El médico recalcó la importancia de la autoexploración, e incluso una mastografía aunque se recomienda después de los 45 años a mujeres asintomáticas, a criterio del médico esta se podría hacer a alguien después de los 30 años, en las que se recomiendan los ultrasonidos.

Secreción, apariencia de piel de naranja del seno, olor, hinchazón en la mama y cualquier bolita extraña, son síntomas de cáncer en etapa temprana.

Nota: Mariana Labastida/ Foto: Cortesía Beatriz Plancarte.

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