Ciudad de México, 18 de octubre de 2017. Comenzó como una propuesta para dimensionar las agresiones que sufren las mujeres de todo el mundo, hacer visible que la mayor parte han tenido que pasar por abusos sexuales, violencia verbal y física y vivir en un mundo de miedo, diseñado para sojuzgarlas.
La propuesta, nacida en la red social de Facebook, propuso colocar la frase “Yo también” en los muros de las mujeres con este tipo de experiencias, publicarla y compartirla. La respuesta fue inmediata y millones de páginas de red social viralizaron de inmediato esta frase, dos palabras que pronto dieron la vuelta al mundo.
“Yo también” es un ejercicio simple pero escalofriante que echa por tierra, también, la creencia de que en algunos países los derechos de las mujeres se respetan. No es verdad. El primer mundo, sociedades de países hiperindustralizados se comportan tan violentamente como los considerados como más violentos.
Estudios recientes demuestran esto. La ciudad de México, desde ahí, es la sexta ciudad más peligrosa para vivir para una mujer. Acapulco, el puerto más turístico de este país, ha sido la ciudad más peligrosa del mundo. Esa lista de letalidad la complementan ciudades como Nueva York o París, pasando por Delih en India o Sao Paulo en Brasil.
Nota de Redacción/ Foto de Jessica Torres Barrera.
