Yordy Ramiro Lobato, el tenor acapulqueño que triunfó en la Ópera de Viena

Anituy Rebolledo Ayerdi Segunda y última parte   El Orfeón Infantil Mexicano Arturo Zúñiga Guzmán, cronista de los Barrios Históricos, relata en su libro Recuerdos del viejo Acapulco...

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14 julio,2022 5:13 am
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Anituy Rebolledo Ayerdi

Segunda y última parte

 

El Orfeón Infantil Mexicano

Arturo Zúñiga Guzmán, cronista de los Barrios Históricos, relata en su libro Recuerdos del viejo Acapulco el episodio sobre la incorporación del niño Yordy Ramiro Lobato al Orfeón Infantil Mexicano (OIM):

“En 1953 llega al puerto el afamado conjunto vocal integrado por 22 voces infantiles para ofrecer un concierto en el Casino de Acapulco (edificio Pintos), al que desde luego asiste Yordy acompañado por sus padres. Estos aprovecharán la ocasión para invitar al director del conjunto a escuchar a su muchacho, quien canta en el coro de la parroquia de La Soledad.

El maestro Rogelio Zarzosa y Alarcón, director fundador del OIM, se manifestará gratamente sorprendido al escuchar a Yordy e invita a sus padres para que estudie con ellos. Y así sucede, el señor Ramiro y su hija Lourdes viajan con el chamaco a la Ciudad de México donde, pasados unos meses, quedará integrado como primera voz del coro.

Durante la gira del Orfeón Infantil Mexicano por cuatro continentes el grupo fue llamado The singing boys of México, Les petits chanteurs du Mexique, Mexicanska Guttekor (noruego), Mexicanska Gosskoken (sueco) , Meksikolainen Poikakuoro (finlandés), entre otros idiomas. En su amplio repertorio nunca faltaron México lindo y querido, La paloma, Las golondrinas, canciones de la Revolución Mexicana, Estrellita, La barca de oro, Guadalajara, y por supuesto, Torna a Sorrento.

 Un recuerdo de infancia

Luis Suárez Ávila recuerda a Yordy Ramiro en una colaboración para el Diario de Cádiz, Andalucía, España.

“Cuando yo era pequeño , tenía unos 10 años, vino al puerto de Cádiz el Orfeón Infantil Mexicano, que actuó en el Teatro Principal. A cada niño cantor se le ubicó con las familias de la población. Uno de ellos, llamado Yordy Ramiro, fue recibido en mi casa. Se tocaba con una especie de solideo tejido con lanas de Jerez y colores muy vistoso. En esos días estuvimos en el parque zoológico de Jerez y visitamos algunos monumentos portuenses, ciertamente en buen estado, cuando esta era todavía “la Ciudad de los Cien Palacios”. En la estación, cuando el Orfeón partía, fuimos a despedirlo y nos abrazamos llorando como si no fuéramos a vernos más, como ha sido.

Por casualidad, en internet he encontrado páginas y páginas que citan a Yordy Ramiro como un importantísimo tenor de ópera, con una discografía numerosa y actuando en los mejores teatros del mundo, alternando con los mejores cantantes. Ha sido una sorpresa. Aunque él era solista en el Orfeón, no esperaba que hubiera hecho tan gran carrera . He escrito un e-mail al alcalde de Acapulco para que me ponga en contacto con Yordy. Me encantaría volver a invitarlo a mi casa”.

El escrito de Suárez Ávila está fechado el 13 de noviembre de 2005. Yordy morirá en Acapulco seis meses más tarde, el 8 de abril de 2006.

Tenores pesados

 Félix Larequi Radilla, tenor porteño que no se ha dedicado profesionalmente al bel canto –sí en eventos culturales y fiestas familiares– rechaza la idea de que los cantantes de ópera deban necesariamente estar excedidos de peso, gordos y gordas, pues. Ello, ante la exigencia de una caja torácica que proteja los pulmones, permitiéndole la inhalación. Están los casos de Caruso, Mario Lanza, Pavarotti, etcétera, y sopranos igualmente voluminosas.

Larequi precisa al respecto que no existe hoy ninguna evidencia científica de que el peso corporal ayude a controlar la respiración o a proyectar mejor la voz. Es más, dice, hoy la ópera ya no sólo valora lo musical sino también las cualidades actorales y la presencia física con lo que la obesidad se convierte en desventaja. Y recuerda: como le ocurrió en el pasado a la soprano estadunidense Deborah Voigt, excluida de la ópera Ariadna en Naxos porque su personaje no hubiera sido creíble con sus 120 kilogramos de peso.

Su conclusión: Yordy Ramiro, con su figura esbelta y ágil presencia, colaboró en la aniquilación de la arraigada tesis

 Yordy e Isaura

Yordy Ramiro e Isaura Chacha Reyna Aguirre llegan aquí al altar luego de un corto noviazgo juvenil. Ella es hija de Ramiro Reyna y Lupita Aguirre, de Ometepec, propietarios del restaurante con especialidades culinarias de ambas costas. Ramiro, conocido popularmente como Sevavep (¡se va a ver!), que tal es el nombre del negocio, tiene el don de la simpatía y es promotor entusiasta de nuestra música. No será extraño, pues, que su lugar sea visitado a toda hora por músicos, cantantes y trovadores para “echarse la paloma”. Álvaro Carrillo y Tadeo Arredondo fueron dos frecuentes contertulios.

El matrimonio Ramiro Reyna procreará durante su vida conyugal a Alicia Marina (fallecida) y a Yordy Esteban. La ruptura sobrevendrá cuando Yordy decida emprender el viaje al Viejo Mundo.

 El regreso

Al regresar de Europa, luego de sus triunfos en la Ópera de Viena, Yordy vendrá acompañado con su nueva esposa, Dorte Rommy Hacheney, de origen germano, con la que procrea a Rebeca. Enfermo, residirá los últimos tres años en su casa de Pie dela Cuesta, colmado por el cariño y atenciones de los suyos.

A partir de su retorno, el tenor capireño concibe a la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad como un escenario ideal para acercar a la paisanada al bel canto y será a partir de entonces cuando programe eventos operísticos. Célebre será el que festeje a las madres en su día con la participación de los tenores José Guadalupe Reyes y Carlos Courrech, acompañados por el pianista Nereo del Río. Su última participación bajo la impresionante bóveda eclesiástica será en diciembre de 2005, durante la edición número 17 del Festival de Música Clásica de la Catedral, auspiciado por el maestro Enrique Moreno, de la UAG.

 El deceso

El deceso de Yordy Ramiro Lobato en Acapulco, el 8 de abril de 2006, fue anunciado al mundo por la Ópera Estatal de Viena, Austria, la máxima casa operística que le había abierto sus puertas 30 años atrás para cobijar sus triunfos durante casi un lustro.

Los cables de las agencias internacionales de noticias difundieron la noticia sorprendiendo incluso a no pocos acapulqueños amigos del tenor. Así rezaba el escueto texto publicado por El Sur, el 10 de abril de 2006.

“El tenor mexicano Yordy Ramiro falleció en Acapulco el pasado 8 de abril a los 64 años, según lo dio a conocer la Ópera Estatal de Viena, Austria, en cuyo escenario había debutado en 1977 con la ópera Madame Butterfly, de Puccini. Figuraba en la lista de invitados a los festejos del medio siglo de la nueva sede de la institución, en noviembre de 2005, cuyo original, el Teatro de la Ópera de la Corte Imperial, había sucumbido por los bombardeos estadunidenses durante la Segunda Guerra Mundial. No se proporcionaron mayores detalles sobre la causa del fallecimiento”.

Allí estuvieron los más celebrados músicos y cantantes de ópera para interpretar las piezas clásicas del repertorio universal. Entre muchos, Plácido Domingo, Agnes Baltsa y Bryn Terfel, acompañados por orquestas dirigidas por Christian Thielemann y Zubin Mehta. Fue Yordy un gran ausente en tal evento, obligado por el cáncer terminal de páncreas que lo llevó a la tumba.

Primeros homenajes

Uno de los primeros homenajes póstumos tributados a Yordy Ramiro Lobato se dio en el barrio El Pozo de la Nación, el 31 de mayo de 2006, cuya reseña redactó Héctor Manuel Rodríguez para El Sur.

“En la plaza principal del Pozo de la Nación se instaló un pequeño escenario donde más de un centenar de vecinos y el Taller Coral del Fuerte de San Diego fueron parte también de este homenaje iniciado a las 7 de la noche con duración de más de dos horas.

“El programa estuvo conducido por el cronista de los Barrios Históricos del puerto, Arturo Zúñiga, con la presentación del Coro de Santa Lucía, integrado por una docena de voces femeninas que interpretaron temas como Cantares, de Joan Manuel Serrat, Acapulqueña y Por los caminos del Sur, de José Agustín Ramírez. Las cantantes Vicky Palomino y Paola Ortega, cantaron temas del cancionero mexicano.

“Acompañado por la señora Dorte Hacheney, el cronista Zúñiga recordó algunos anécdotas del tenor desaparecido el pasado 8 de abril y entre ellos uno relacionado con los primeros concursos de canto ganados por Yordy en la estación de radio XEKJ, que le motivó más tarde desarrollar la carrera profesional.

“Ramiro, originario del barrio de El Capire debutó en la Ópera Estatal de Viena con el personaje de Pinkerton en Madame Butterfly, de Puccini. En los años siguientes se desempeñó en otros papeles y entre ellos el Rodofo de La Boheme, el Ernesto de Don Pasquale y el Duque en Rigoletto.

 Tributo a Yordy de la OFA

La Orquesta Filarmónica de Acapulco ofreció un concierto de gala a la memoria de Yordy Ramiro Lobato el 16 de julio de 2006, a tres meses de su fallecimiento. La nota es también de Héctor Manuel Rodríguez, en El Sur:

“Con un concierto de gala que reunió a los clásicos de la ópera italiana en las voces de la soprano Aleida Ibarra y el tenor Mauricio O’Reilly, la Filarmónica de Acapulco rindió un homenaje al desaparecido Yordy Ramiro, la noche del viernes.

“En un foro repleto del teatro Juan Ruiz de Alarcón , con más de un millar de asistentes, la presentación de la orquesta estuvo dedicada en su totalidad a la memoria del desaparecido tenor acapulqueño y a su trayectoria dentro del llamado bel canto.

“Al homenaje asistieron familiares y amistades cercanas del tenor como su viuda Dorte Hacheney.

Los primeros sonidos de una singular sinfonía presagiaron lo que sería una noche en la que la ópera y la memoria de Yordy serán los principales protagonistas. La OFA, dirigida por Eduardo Álvarez, entregaba la obertura Los secretos de Susan, de W. Ferrari.

En su primera participación y con una textura de voz impecable, el tenor Mauricio O’Reilly cantó Recondita armonia y Hai ben ragione, de Giacomo Puccini, secundado por la soprano Aleida Ibarra con Caro nome, de la ópera Rigoletto, de Verdi.

El preludio de la ópera Carmen de Georges Bizet, tuvo en las voces de Aleida y Mauricio un encuentro afortunado al dar cuerpo al tema Parle-moi de ma mère, para luego mostrar cada uno sus talentos con La fleur que tu m’avais jetée, él, y Je dis que rien ne m’épouvante, ella. Ambos, cantarán finalmente Mi ciudad, de Guadalupe Trigo y Granada, de Agustín Lara.

Así, con un concierto que se prolongó por horas, la OFA se sumó al homenaje que el pueblo de Acapulco ha brindado al tenor Yordy Ramiro, nacido en el tradicional barrio de El Capire y fallecido el 8 de abril en este puerto.

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